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CRíTICA | Quincena Musical

El primer éxito para Pletnev

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Mikel CHAMIZO

Otra gran orquesta rusa actuando en el Kursaal, y uno piensa cuan diferente es de la del Mariinsky, subida a aquel mismo escenario hace dos semanas. La del Mariinsky, como corresponde a la orquesta de un teatro de ópera, es dúctil, rápida, un punto ligera, mientras que la Nacional Rusa es sólida, pesada e imponente. La del Mariinsky podría fácilmente defenderse en cualquier repertorio y con cualquier autor internacional, pero es difícil imaginarse a la Nacional Rusa tocando, por ejemplo, Ravel o Berlioz. Como en Donostia no tuvieron que hacerlo, sino que se centraron en un repertorio cien por cien ruso, el resultado fue implacablemente convincente, como siempre que se pasan por aquí. Me he dado cuenta, además, de que repiten estrategia. Al igual que otros años, lo primero que han tocado en la capital guipuzcoana esta vez fue una obra breve pero de enorme brillantez, para captar al personal con su virtuosismo y potencia. La «Obertura rusa» de Golovanov es una obra exagerada y pomposa hasta límites extremos, pero ofrece un buen espectáculo orquestal y la Nacional Rusa la tocó con altas dosis de adrenalina y muchos trompetazos.

En el «Concierto para violín» de Tchaikovsky pudimos volver a disfrutar del talento de Vadim Repin, que repitió visita a la Quincena Musical. Tendría que ir muy al detalle para encontrar objeciones a su versión del dificilísimo concierto de Tchaikovsky, que en sus manos parecía realmente una bagatela en cuanto a dificultad técnica. La interpretación tuvo la marca Repin, un músico que nunca se altera más de lo estrictamente necesario. Su versión tuvo fuerza, encanto y un encendido lirismo, pero siempre desde la barrera de una elegancia un tanto aristocrática que le distingue como violinista. Fue imposible arrancarle un bis, a pesar de que el público donostiarra lo intentó con empeño.

La segunda parte estuvo dedicada a la «Sinfonía» nº15 de Shostakovich, una obra final personalísima, excepcionalmente concentrada y algo extravagante del compositor ruso. Pletnev la abordó de la manera más inteligente, que es ceñirse a la partitura, a la que no hay que añadir absolutamente nada para que la sinfonía funcione a la perfección. Se agradeció la precisión rítmica y dinámica que aplicó Pletnev. El primer movimiento sonó como una caja de música que no supiera muy bien qué tocar, pero que lo toca implacablemente. En el resto de movimientos, la calidad individual de los músicos de la Nacional de Rusia ayudó a convertir la propuesta de Pletnev para esta sinfonía en un gran éxito artístico.

El director ruso, que parecía algo tímido a la hora de exponerse al público, tuvo que despedir finalmente a su orquesta ante unos aplausos que no cesaban.

Ficha

Intérpretes: Vadim Repin, violín. Orquesta Nacional de Rusia.

Director musical: Mikhail Pletnev.

Programa: Obertura rusa de Golovanov. Concierto para violín de Tchaikovsky. Sinfonía nº15 de Shostakovich.

Lugar: Auditorio Kursaal, Donostia.

Fecha: 21 de agosto .

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