La Casa Blanca se ha embarcado en una ofensiva electoral total en un intento de dar la vuelta a los malos sondeos e impedir que las elecciones de medio mandato supongan un nuevo revés para las ambiciones reformadoras de Barack Obama.

A 15 días de los comicios, Obama y su vicepresidente, Joe Biden, así como la primera dama, Michelle Obama, recorren EEUU de este a oeste en un intento de convencer a los electores para que den una segunda oportunidad a los demócratas. La pareja presidencial tenía previsto participar en un mitin en Ohio (norte) de manera conjunta por primera vez desde 2008.

Cada uno tiene su espacio. Obama concentra sus ataques contra la obstrucción de los republicanos que, insiste, han impedido sus reformas en el Congreso. Biden, campeón de la clase media, arremete contra el Tea Party, que disputa a los demócratas varios de sus feudos.

Finalmente, la primera dama encarna el discurso compasivo y las llamadas a la paciencia. Los republicanos necesitan 39 escaños de más para arrebatar la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, y diez para hacer lo propio en el Senado.