Tras 25 años de la muerte de Mikel Zabalza
La Audiencia de Gipuzkoa archiva el sumario con tres hipótesis abiertas
El tribunal no excluye que Mikel Zabalza falleciera a consecuencia de torturas a manos de la Guardia Civil, pero defiende que tampoco se puede rechazar la versión oficial. Tras 25 años, el sumario por su muerte ha sido archivado.
GARA | DONOSTIA
La Audiencia Provincial de Gipuzkoa ha confirmado el archivo del sumario por la muerte de Mikel Zabalza en 1985, dictado inicialmente el 14 de mayo de 2009 y ahora ratificado tras rechazar el recurso de las acusaciones -la familia, el Ayuntamiento de Donostia y Torturaren Aurkako Taldea (TAT)-. En su auto, el tribunal admite que «siguen vigentes hasta tres hipótesis para explicar la muerte del vecino de Orbaitzeta (sumersión en el río Bidasoa, sumersión en un medio líquido distinto, asfixia violenta)», pero considera «agotada» la investigación al respecto.
«A modo de conclusión: tras 25 años de investigación judicial, siguen vigentes hasta tres hipótesis causales compatibles con las leyes de la causalidad general para explicar la muerte de D. Mikel Zabaltza. No obstante, lo insatisfactorio que tal resultado conlleva tomando como referente axiológico el valor justicia -conocer lo ocurrido es la premisa de toda respuesta pública de contenido restaurativo-, en el plano estrictamente procesal está justificado que, una vez agotada la investigación respecto a las circunstancias concurrentes en el óbito investigado, se concluya que no ha quedado debidamente justificada la perpetración de los hechos que motivó la apertura de la causa penal», afirma el auto.
El tribunal reconoce que las pruebas aportadas por las acusaciones pueden poner en duda la versión oficial -que se dio a la fuga junto al río Bidasoa, esposado, cuando era custodiado por tres guardias civiles, y cuyo cuerpo sin vida apareció 20 días después a 150 metros de ese mismo lugar-, pero concluye que no existen suficientes pruebas para que esta versión quede totalmente excluida, ni tampoco para abrir procesamiento contra los guardias civiles acusados de tomar parte en las torturas y muerte de Zabalza. En este caso fueron cuatro los agentes acusados de los hechos, pero cuyo procesamiento fue desestimado tras la reapertura del caso judicial en 1996: Antonio Espejo Valero, Fernando María Castañeda y los condenados por el secuestro y muerte de Lasa y Zabala Enrique Dorado Villalobos y Felipe Bayo Leal.
El caso se reabrió en 1996
Mikel Zabalza fue detenido en Donostia por la Guardia Civil el 26 de noviembre de 1985, junto a otras tres personas. La versión oficial defiende que «fruto de una manifestación espontánea relativa a la existencia de un zulo», el de Orbaitzeta fue sacado del cuartel de Intxaurrondo a las 6.00 de la mañana y trasladado a la zona de Endarlatza por tres guardias civiles. La Guardia Civil y el Ministerio español del Interior defendieron que a las 6.30, en el tunel de Endarlatza, Zabalza, esposado, golpeó a un agente y se dio a la fuga. Hubo equipos de rastreo y buceo que en días posteriores inspeccionaron el lugar, pero fue 20 días más tarde cuando apareció su cadáver a 150 metros del mismo lugar. Un sitio que ya había sido rastreado concienzudamente.
La autopsia confirmó la muerte por «asfixia por sumersión» del joven de Orbaitzeta y en 1988, con un auto, la Audiencia Provincial de Gipuzkoa llegó «a la inequívoca conclusión de que toda la investigación abona la explicación de la huida de Mikel Zabalza por el agujero del túnel de Endarlaza, las periciales médicas y analíticas son coherentes y abonan la versión dada en el sentido de que Mikel Zabalza murió por sumersión y que ésta lo fue en el río Bidasoa».
Un informe que, sin embargo, contradijo el realizado por los forenses en 1996, cuando se reabrió el caso a tenor de las informaciones periodísticas de los diarios «El Mundo» y «Egin», donde detallaban la participación de la Guardia Civil en las torturas y muerte de Zabalza. El médico forense concluyó que «no es posible afirmar el fallecimiento como consecuencia de una sumersión vital en medio líquido con las características del descrito en el río Bidasoa», y sostuvo esta idea por la alta cantidad de trietanolamina encontrado en el cuerpo de Zabalza y la ausencia de lesiones por el arrastre del agua. Pero al entender del tribunal, este extremo no excluye la versión oficial.