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Los focos del fútbol continental vuelven a fijarse en Dortmund

El 28 de mayo de 1997 el Borussia Dortmund se elevó a los altares con su triunfo por tres a uno en la final de la Champions ante la Juve de Zidane, Deschamps y Del Piero. Ottmar Hitzfeld construyó un bloque homogéneo que, sin estar exento de calidad, batió a todos sus rivales.

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Beñat ZARRABEITIA

Mattias Sammer, antiguo mariscal de campo del equipo de la ya extinta República Democrática de Alemania y cerebro de la Mannschaft, que se unificó en la Eurocopa de Inglaterra, era el líder natural del conjunto germano. Sin embargo, el carismático centrocampista pelirrojo no estaba solo, ni mucho menos. Los borussians contaban con zagueros curtidos en el Calcio y campeones del mundo en 1990, como Köhler y Reuter -capaz de hacer 100 metros en 11 segundos-; al mencionado Sammer como líbero; un centro del campo trabajador y talentoso con Andy Möller, Paulo Sousa y Lambert; a lo que había que sumar la importante pegada de Riedle y Chapuisat en los metros decisivos. En la final, Riedle hizo un doblete y el jovencísimo Ricken sentenció con una vaselina sublime sobre Peruzzi.

Meses después llegó la consecución de la Intercontinental y la culminación de un gran trabajo que anteriormente había llevado a los gualdinegros a conquistar nada menos que dos Bundesligas. Fue el techo de aquella escuadra y de la propia entidad deportiva. Una importante lesión sufrida por Sammer, que no pudo volver a rendir como hasta entonces, supuso la perfecta metáfora del inicio de la decadencia del Borussia Dortmund. En 2000 comenzaron las penurias, sufriendo para salvarse y echando mano del ex realista Bernd Krauss para mantenerse en la élite del fútbol teutón.

El retorno de Sammer, esta vez como entrenador, supuso el renacer deportivo del Borussia Dortmund. Con figuras como Lehmann, Kehl, Metzelder, Worns, Rosicky, Dedé, Amoroso, Koller o Ewerthon, el equipo de la cuenca del Rhin se proclamó campeón de la Bundesliga en la temporada 2001-2002. Un año después, volvió a brillar con luz propia en el viejo continente, disputando la final de la UEFA ante el Feyenoord en Rotterdam, pero que terminó perdiendo frente al rival holandés.

Para entonces, la entidad ya estaba envuelta en unos gravísimos problemas económicos que obligaron a los propios aficionados a invertir ingentes cantidades económicas con el objetivo de intentar salvar la institución. No les quedó más remedio que vender su estadio para pagar sus deudas; el valor del club se devaluó hasta los 11 millones de euros y bajaron un 20% los sueldos de los futbolistas. Sin embargo, los aficionados no dieron la espalda a su equipo y, por ejemplo, en 2008 el Borussia Dortmund contó con la mejor asistencia media de espectadores dentro de las grandes Ligas europeas.

El renacer con Klopp, Barrios y Sahin

El apoyo de los hinchas, la dirección del técnico Jurgen Klopp y la presencia de numerosos jugadores talentosos en la plantilla actual han llevado al conjunto de Westfalia a liderar la Bundesliga. Vuelve a ser un bloque compacto sin una figura que destaque sobremanera, pero cuenta con varios futbolistas muy a tener en cuenta. Quizá el más conocido sea el goleador Lucas Barrios, argentino de madre paraguaya que fue rescatado del Colo Colo chileno, quien hizo 18 tantos el curso pasado y al que Martino convenció para jugar el Mundial con la selección guaraní. Desafortunadamente para los intereses paraguayos, no le dieron más minutos en cuartos ante España.

Nuri Sahin, la gran perla turca que debutó con 16 años, es otro de los elementos clave. Su eclosión ha provocado el salto de calidad del equipo. La tripleta polaca formada por Lewandowski, Kuba y Piszczek es importante en la medular; el japonés Kagawa aúna dinamismo y verticalidad ante la puerta rival; Grosskreutz ya ha sido llamado por Löew y Schmelzer y Bender son dos de las grandes esperanzas germanas; el egipcio Zidan tiene su cuota de protagonismo; Subotic y Hummels echan el cerrojo atrás; mientras que Kehl, Dedé u Owomoyela sobreviven de la vieja guardia.

A los ricos les toca esta vez estar a la cola de la clasificación

El liderato del Dortmund llega en un momento de cambio de la Bundesliga. Lejos de las locuras económicas de otros lares, en Alemania cualquier equipo puede imponerse a otro rival, las aficiones acuden en masa a los campos y la propia selección nacional ofrece un rendimiento fantástico. Tras los borussians se sitúa el sorprendente Mainz con unos excepcionales 24 puntos. El Hoffenheim también se cuela en la fiesta y es tercero. El primero de los favoritos en aparecer es el Leverkusen de Heynckes.

Peor le va al Bayern de Münich. Los bávaros, en plena polémica entre Van Gaal y el directivo Hoeness, se restañan las heridas con su participación en la Champions. Al Werder Bremen post Özil siquiera le queda ese consuelo y el Hamburgo de Van Nistelrooy se mantiene en una gris zona media. En zona de descenso tres históricos: Schalke 04 -tras firmar a Raúl y Huntelaar, y cuestionado Magath-, Stuttgart y Borussia MG. B.Z.

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