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El lado romántico de la nueva cocina El islamismo en los Balcanes

«Bon appétit»

Unax Ugalde ganó el Premio al Mejor Actor en el Festival de Málaga por su papel de cocinero enamorado en «Bon appétit», una coproducción europea con reparto internacional que se llevó otros tres premios más.

Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Unax Ugalde representa muy bien en «Bon appétit» el perfil del joven cocinero vasco que sale al extranjero para adquirir experiencia y conocer las nuevas tendencias gastronómicas internacionales. Pero como es un actor que da muy bien en el drama romántico, en su caracterización el amor por una compañera de trabajo podrá tanto o más que la pasión que siente por su oficio, enfrentándose a un dilema personal que constituye el meollo de la película.

El gasteiztarra forma pareja con la emergente actriz alemana Nora Tschirner, con la que consigue una química muy parecida a la que antes tuvo con la más cercana Bárbara Goenaga. Sin embargo, esa relación tiene el inconveniente de moverse en un terreno desconocido para el protagonista, lo que implica un riesgo que va emparejado al mero hecho de tener que salir fuera profesionalmente.

El enredo viene dado por el conflicto interno que le provoca la atracción que siente por la sumiller del prestigioso restaurante de Zurich al que acaba de incorporarse y es que ella es la protegida del dueño del local, un consagrado chef del que se supone que todavía tiene muchas cosas que aprender. Todo indica que su jefe y la chica son amantes, estando dispuestos a tener un hijo juntos. Otro actor alemán, en este caso el veterano Herbert Knaup, es quien encarna al maestro de los fogones suizo. Para dar, aún si cabe, un aire más cosmopolita al elenco que simboliza el actual momento de la cocina internacional, no falta el cocinillas italiano, que pone el toque buenrollista al distendido ambiente de trabajo que se respira en la cocina del restaurante con estrellas. Guilio Berruti completa así la parte visible de un rodaje que manejó tres y más idiomas.

Todo un reto para el debutante David Pinillos, quien prueba suerte en la realización, aunque su verdadera especialidad es el montaje. Pese a los premios conseguidos en el Festival de Málaga con su ópera prima, sigue trabajando para otros como montador, labor que acaba de desempeñar para Daniel Sánchez Arévalo en su nueva película «Primos». El tiempo dirá si ha sido una mera probatura o verdaderamente le ha picado el gusanillo de la dirección.

 

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