REPRESIÓN JURÍDICO-POLÍTICA
La denuncia contra la euroorden se hace fuerte en Izpura
Ocho jóvenes independentistas se encuentran encerrados en la localidad bajonavarra de Izpura desde ayer. Todos ellos abandonaron sus casas tras la operación policial contra Segi del pasado 22 de octubre y, como está ocurriendo en los últimos años, tienen el riesgo de ser entregados a Madrid en base a sendas euroórdenes. Arropados por decenas de personas, reiteraron su compromiso militante y denunciaron la «aplicación política» de tal instrumento.
Arantxa MANTEROLA | IZPURA
Arropados por amigos, familiares y miembros de diferentes organizaciones políticas y sociales, ocho jóvenes independentistas iniciaron ayer, en Izpura, un encierro para denunciar la situación en la que se encuentran debido al riesgo de que se les aplique la euroorden, como ya ha ocurrido con decenas de militantes en los últimos meses.
Con su presencia, el Colectivo contra la Euroorden en el que participan Askatasuna, Anai-Artea, CDDHPB, Segi, AB, Batasuna, NPA y los sindicatos LAB y Solidaires reiteraba su solidaridad y apoyo a los jóvenes.
El sindicalista de Solidaires, Francis Charpentier y la portavoz de Segi, Amaia Elixiri, recordaron que con el precedente de aceptar la petición de euroorden de Aurore Martin, el Estado francés dió «un nuevo paso que ha hecho que numerosas voces se alcen contra esta situación y que varias organizaciones unan sus esfuerzos en un colectivo».
Los objetivos de dicho Colectivo son, según manifestaron los dos portavoces, «dejar en evidencia la vulneración de los derechos políticos y civiles (derecho a militar, libertad de expresión, derecho de reunión...) que supone ese procedimiento» y «apoyar a cualquier militante que se encuentre en riesgo de que se le aplique tal medida».
Una semana
Así, varios miembros de dicho Colectivo acompañarán al zumaiarra Beñat Lizeaga, a la portugaluja Irati Tobar, al larrabetzuarra Endika Perez, a los donostiarras Jazint y Xalbador Ramirez Cruz, a la bergararra Aitziber Plazaola y a los gasteiztarras Bergoi Madernaz y Aiala Zaldibar durante el encierro de una semana en la sala polivalente Faustin Bentaberri de la localidad bajonavarra.
Todos ellos, son miembros de Segi que abandonaron sus casas tras la operación policial del 22 de octubre pasado en el que fueron detenidos catorce jóvenes. El objetivo de la operación dirigida por el juez Fernando Grande-Marlaska era «desmantelar la dirección de Segi».
Desde entonces se encuentran en Ipar Euskal Herria con el consiguiente riesgo de ser detenidos en cualquier momento en base a una petición de euroorden.
De hecho, es lo que le sucedió a Aiala Zaldibar el pasado 18 de enero cuando se disponía a acudir a su trabajo, en una ikastola de Baiona. Tras comunicársele la petición de la Audiencia Nacional, quedó en libertad provisional. Actualmente, se encuentra a la espera de la resolución del Tribunal de Casación (Supremo) ante el que ha recurrido la decisiñon de la Corte de Instrucción de Pau que el 1 de febrero dió el visto bueno a la demanda.
Precisamente, el Colectivo contra la Euroorden recordaba el carácter de «tribunal especial» de la A.N. «que ha puesto en marcha la estrategia de la ilegalización y que avala la aplicación casi sistemática de la tortura cuando se producen detenciones».
En ese sentido, añadieron que, la ilegalización de Segi y de otras organizacioneos políticas y sociales, dejan la puerta abierta al Estado español para condenar cualquier idea política: «No son los actos los que se juzgan, sino las ideas. Basta con ser miembro de cualquiera de esas organizaciones para ser detenido, torturado y encarcelado» subrayaron.
Cuestión de derechos
«Estos jóvenes que corren el riesgo de ser condenados a hasta 12 años de cárcel son, como Aurore Martin, militantes de la izquierda abertzale y es su militancia política lo que pretenden obstaculizar. Es obvio que la euroorden no es una cuestión de nacionalidad. En realidad, es la vulneración de los derechos políticos y civiles lo que está en el fondo de este proceder» aseguraron antes de pasar la palabra a la propia Zaldibar y a Xalbador Ramirez.
Los dos jóvenes comenzaron a explicar su gesto con una frase contundente: «Amamos Euskal Herria y soñamos con la libertad. Esas son las razones que nos han llevado a los jóvenes, generación tras generación, a compremeternos en la lucha».
Tras dejar claro el objetivo perseguido -la independencia y el socialismo- ilustraron su lucha con diferentes ejemplos: «Nos castigan, nos persiguen, nos detienen, nos torturan y nos acosan por trabajar a favor de la independencia y el socialismo. Al parecer, somos terroristas por trabajar en la asamblea de estudiantes, en el movimiento feminista, en un gaztetxe o por una vivienda digna».
Esa es, según manifestaron, la «excusa» esgrimida por la A.N. también para la operación del pasado 22 de octubre. Destacaron que ellos tuvieron entonces «más suerte» que sus compañeros: «Nosotros escapamos de las garras de a Policía pero ellos, después de sufrir torturas terribles, están encarcelados».
Mucho quehacer
«A pesar de todo, reiteramos nuestro compromiso y, lejos de renunciar a nuestra militancia, nos sentimos orgullosos de lo que somos», afirmaron resueltos antes de asegurar que ahora se sienten con «más ganas y fuerzas para seguir adelante».
En esa línea, Ramirez y Zaldibar hicieron un llamamiento a la juventud vasca: «Los jóvenes tenemos mucho quehacer en el nuevo camino que se está abriendo en Euskal Herria. Nos corresponde dar un salto a la situación que traerá la libertad a Euskal Herria; nos corresponde pasar a un escenario democrático en el que sean aceptados el derecho de autodeterminación y la territorialidad. Euskal Herria ha dado diferentes pasos para solucionar democráticamente el conflicto político oy armado. Los estados español y francés deben arrinconar los mecanismos represivos y abordar la vía del diálogo y el acuerdo para que, de una vez por todas, se alcance la solución democrática que Euskal Herria merece y necesita».
Durante el encierro, el Colectivo apeló a apoyar y arropar a los ocho jóvenes «que corren el riesgo de ser torturados» si se les aplica la eurooroden y son entregados a las autoridades españolas. Instaron a movilizarse, en particular, a los agentes políticos y sociales pero también lanzaron un llamamiento general a la ciudadanía a participar en las movilizaciones convocadas para los próximos días.
Movilizarse
En concreto, dos concentraciones tendrán lugar diariamente -a las 12.00 y a las 10.00- en Izpura y se organizarán conferencias y mesas redondas a las 20.00.
El Colectivo contra la Euroorden recordó, asimismo, el Kantaldi que se celebrará en Kanbo el próximo viernes a partir de las 20.00 y en el que participarán numerosos grupos y cantautores. También apelaron a la cadena humana de Baiona, que el 5 de marzo, a partir de las 15.00 unirá la rotonda de Saint Léon con la de la carretera nacional.
Los jóvenes que se han encerrado en Izpura han denunciado que sus nombres fueron «arrancados a compañeros detenidos en operariones anteriores y que fueron torturados para conseguir la autoinculpación y nombres».
Tienen entre 20 y 25 años y desarrollan su militancia en Segi participando en el movimiento estudiantil, en asociaciones de barrios, en asambleas de jóvenes, en gaztetxes o en el ámbito del euskara, de la cultura o del feminismo.
La primera concentración de apoyo a los ocho militantes que tuvo lugar ayer al atardecer, congregó a 137 personas. Se repetirán dos veces al día -a las 12.00 y a las 19.00- mientras dure el encierro.
Han reafirmado su compromiso de seguir trabajando y reivindican el derecho legítimo a militar por sus ideas políticas. Dicen no estar dispuestos a «renegar de sus sueños» y se sienten «orgullosos» de su labor militante.