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NATACIÓN Campeonatos del Mundo

Lochte pasa al primer plano

Gana la batalla de los 200 libre y desplaza a Phelps a la plata, mientras Biedermann atrapa el bronce.

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Miren SÁÉNZ

Ryan Lochte ha empezado su escalada y nada como dominar la exigente prueba de los 200 metros libre, uno de los platos fuertes en Shanghai, para pasar al primer plano. El newyorkino superó a su amigo y compatriota Michael Phelps en una carrera trepidante, encargada de abrir la tercera jornada de finales.

El quinto tiempo de Phelps en las semifinales le obligó a pelear casi desde el extrarradio, por la calle 2, sin perder de vista a un Lochte que viajaba en la 3. La estrella de Baltimore dominó los primeros 100, pero cuando emprendía los 150 su vecino de al lado aceleró y Phelps dejó de hacerle sombra. Bastante tenía con exprimir pulmones y piernas para que desde las centrales su verdugo en Roma'2009, Paul Bidermann, el coreano Park Tae-Hwan o incluso el francés Agnel, no le sacaran del podio.

Phelps, campeón mundial de la distancia en 2005 y 2007, perdió en la pileta romana el título y la plusmarca ante un Bidermann vestido de plástico. Vuelve a ser subcampeón, poco para él, aunque el talento y la motivación de sus adversarios encarecen el valor de su plata.

Lochte no tiene ni su palmarés, ni su físico, pero derrocha confianza y ha salido reforzado. Con menos chapas y menos centímetros ha compartido grandes momentos con la estrella, especialmente en su anterior periplo chino, cuando Phelps se instaló en la gloria. Lochte es otro de esos grandes deportistas que durante años ha coincidido con alguien mejor. Los planes de Phelps no admiten comparación -14 oros olímpicos-. Lo sorprendente es que se cumplan. Pero todos los grandes sufren baches y Lochte, simplemente, ha aprovechado su momento.

Él no ha descuidado sus entrenamientos. Estaba preparado, tanto que en 2010 fue el único capaz de batir un par de récords individuales desde la prohibición de los trajes de poliuretano, aunque fuera en piscina de 25 metros. Aquello ocurrió durante el Mundial de Dubai donde brilló sin ninguna oposición.

De aquella piscina corta a la larga ha continuado progresando. Ya había ganado a Phelps en los 200 libre en dos ocasiones, pero en otros escenarios. La primera vez lo hizo en sus campeonatos nacionales de 2010 y la segunda en enero en Texas. Por eso su victoria en La Corona entraba en las quinielas.

Les queda la segunda batalla, quizás para un estilista como Lochte la menos complicada, puesto que ambos volverán a enfrentarse en los 200 metros estilos. Su amistad ha superado otras rivalidades, aunque seguramente ayer no estaban para bromas. Phelps se tiró a la piscina hasta en tres ocasiones. Por la mañana en las series de los 200 mariposa terminó undécimo y decepcionado. Por la tarde en la final de los 200 libre mantuvo la plata y en las semifinales de mariposa concluyó con el tercer mejor tiempo final.

Lochte, calzado con unas zapatillas verdes de diseño propio, subió al peldaño más alto guardando las formas. Se llevan bien, según el propio Phelps es uno de los pocos con los que habla en el vestuario. Autores del primer doblete del equipo de las barras y estrellas, USA ya encabeza el medallero particular de la competición en línea.

El otro doblete fue francés y concedió un título ex-aequo. Camille Lacourt y Jérémy Stravius demostraron una sincronización tan precisa para tocar la pared en 100 espalda que sus 52.76 les reportó un oro a cada uno y unos momentos de diversión. El empate recordó al protagonizado en los Juegos de Sydney'2000 por Gary Hall y Ervin.

Algo así sería impensable en los 1.500, ese maratón de la piscina que establece grandes diferencias y en donde reinó la danesa Lotte Friis.

Segundo título chino, esta vez en los 100 espalda. Ping Zhao superó a Zueva por una centésima y provocó una nueva ola. Zhao se merendó a las referencias, una rusa omnipresente y la americana Coughlin, primera mujer en bajar del minuto en 2002 algo imprescindible la víspera para alcanzar la final.

Cerró la jornada Rebecca Soni, que conserva su corona en 100 braza después de brillar en la semifinal (1:04.91) y sin que la presión de Leisel Jones le permitiera mejorar el registro.

Ryan lochte

«Michael y yo hemos estado luchando codo con codo desde hace casi ocho años. La ventaja de cada uno va cambiando pero es un rivalidad sana. Es un gran competidor, uno de los mejores del mundo. Soy un privilegiado por estar en el mismo equipo».

Michael phelps

«No me puedo quejar. Es una lástima no haber ganado, pero al mismo tiempo estoy contento con lo que he hecho en los últimos 18 meses. Fui más de un segundo más rápido que el año pasado y un segundo y medio más rápido que mi resultado con un bañador de neopreno».

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