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CRíTICA cine

«Le quattro volte» (****)

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Mikel INSAUSTI

Las grandes películas aspiran a conectar la vida y el cine, y para Michelangelo Frammartino son la misma cosa. “Le quattro volte” muestra los ciclos de la naturaleza, en la que todo se transforma para seguir igual a través de las épocas. Ese tiempo suspendido es el que el cineasta pretende atrapar, porque la acción de filmar es un movimiento perpetuo. Dicen que el espectáculo cinematográfico agoniza, pero si desaparece dará lugar a otra forma de audiovisual, y así ocurre con todo en “Le quattro volte”, donde a cada muerte le sucede un nacimiento, un cambio permanente para volver a empezar una y otra vez. El proceso vital es descrito mediante una narración circular, sólo posible desde la óptica del cine contemplativo, que hace de la observación silenciosa su razón de ser. No caben las explicaciones, ni tampoco hay lugar para la palabra, porque el elemento humano es un espectador sin voz. Es el entorno natural el que encuentra un elemental medio de expresión, con sus sonidos propios alejados de la civilización.

En “Le quattro volte” son los animales los que conviven con los humanos y no al revés, son las cabras las que velan al pastor muerto, y es el pequeño chivo recién nacido el que toma el relevo quitándole el protagonismo ante la cámara. En una película sin actores, quien asume el lucimiento estelar es un perro bien entrenado, que hasta se permite poner una nota humorística en el largo plano-secuencia de la procesión rodado a la manera de las comedias mudas de Tati. Otro protagonista de excepción es el árbol, tanto en su esencia vegetal como en su estado casi mineral al acabar convertido en carbón, y al que los lugareños del pueblo calabrés visitado por Frammartino le dedican su día, conocido como la Fiesta de la Pita, que es la denominación que allí recibe el abeto. Este singular experimento, que entra dentro de lo que se entiende por documental creativo, empieza y termina con imágenes del ancestral oficio de los carboneros ya inmortalizado por Montxo Armendariz.

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