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Gloria REKARTE Ex presa política

Un planazo

Está el mundo que se sale de paz, generosidad y solidaridad. Recién habíamos descubierto a los jóvenes católicos, apostólicos y romanos costeando de sus bolsillos los millones de euros que Ratzinger necesitaba para bendecirles y conmutar excomuniones, cuando van los ricos y se hacen solidarios. Solidarios sin fronteras ni nada, dispuestos a pagar por afecto a la humanidad, y en impuestos que luego redundan en su propio beneficio, un dinerillo extra por ser eso: ricos. Pero por si eso no despertara suficientemente nuestros apáticos y escépticos corazones, Patxi López prepara su Plan de Paz. Se arremanga y en el plazo récord de lo que le queda de legislatura, va a traer la paz y la convivencia a esta tierra de conflictos haciendo un «relato correcto» de lo que ha supuesto la violencia en Euskal Herria. El portavoz del PSE-EE, J. Antonio Pastor, confía en que López pueda llegar a consensos y grandes acuerdos políticos que obliguen a que «los sectores de la izquierda abertzale todavía reticentes hagan lo que hay que hacer en democracia, que es pedir la disolución de los asesinos y reconocer el papel de las víctimas». Dicen los descreídos que este «nuevo» plan del Gobierno Vasco es más de lo mismo. Pero no: por primera vez en la historia de los planes de paz, en la asignación de culpas, aparecen los «reticentes». Son éstos elementos incapaces de asumir los dogmas de fe sobre asesinos, violencia y víctimas; recalcitrantes a la hora de absorber sobredosis de olvido y pertinaces en sus reivindicaciones de derechos humanos, civiles y políticos, memoria histórica, justicia y reparación. Un dechado de inconvivencias e incorrecciones que López y sus demócratas se aprestan a neutralizar.