Horas antes de que el Consejo Político de UPN ratificase en Tutera, por una amplia mayoría, la decisión de concurrir en coalición con el PP a las elecciones al Parlamento español, la presidenta de esta formación, Yolanda Barcina, y su socio de gobierno, Roberto Jiménez (PSN), emplearon la misma expresión, «dialécticas y verbales», para definir sus discrepancias en el seno del Ejecutivo.

Barcina realizó las declaraciones antes de acudir a la inauguración del curso de la UPNA, mientras que Jiménez compareció en la sede del Gobierno para presentar las cuentas de Facebook, Twitter y Tuenti del Ejecutivo navarro. Es decir, ambos usaron las mismas palabras en dos comparecencias diferentes.

Tanto Barcina como Jiménez hacían referencia al enfrentamiento que tuvo el líder del PSN con el otro vicepresidente, Álvaro Miranda (UPN), a quien acusó de ocultar las verdaderas cuentas del Gobierno para enmascarar que el déficit es mayor que el que se declara oficialmente.

Pese a la gravedad de estas acusaciones, que fueron rotundamente desmentidas por Miranda, Barcina y Jiménez trataron de vender ayer la imagen de que no había discrepancias de fondo entre UPN y PSN.

Detrás del malestar de Jiménez aparece el acuerdo de coalición firmado entre UPN y PP, un sapo difícil de tragar para el PSN mientras comparte Gobierno de coalición con Barcina.

La presidenta de UPN logró un nuevo triunfo frente a su antecesor, Miguel Sanz, quien se ha manifestado públicamente con contundencia en contra del acuerdo con el PP, después de que el Consejo Político de UPN ratificase ayer la coalición por 117 votos a favor y sólo diez en contra.

Sanz, que no acudió a la reunión de la Ejecutiva de UPN que el lunes aprobó la coalición con el PP, sí asistió ayer al Consejo Político. No quiso realizar declaraciones a los medios, pero periodistas presentes pudieron constatar que se encontraba de mal humor.