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Un fallo que desnuda a la Audiencia Nacional

El Tribunal Supremo ha anulado la condena a seis años de cárcel impuesta por la Audiencia Nacional a quince jóvenes donostiarras porque la sentencia condenatoria no tuvo en cuenta ninguna de las pruebas admitidas y practicadas a petición de la defensa. Este fallo supone una desautorización en toda regla a los jueces del tribunal especial, cuyo carácter excepcional vuelve a quedar al descubierto. Y es que la acusación a un tribunal de que no ha respetado el derecho a la defensa es muy grave y, en este caso, los términos utilizados por el Supremo para enmendar la sentencia son contundentes. Llama la atención, a este respecto, que inste a elaborar un nuevo fallo «con arreglo a derecho».

No es la primera vez que el Alto Tribunal rechaza una sentencia de la Audiencia Nacional. Al contrario, es algo que se viene repitiendo con cierta frecuencia en los últimos tiempos, con la condena de Angela Murillo a Arnaldo Otegi como ejemplo más llamativo, y que pone muy en cuestión el papel de una instancia judicial que es heredera directa del franquista Tribunal de Orden Público y cuyo principal cometido ha sido siempre combatir al movimiento independentista vasco, aunque sea saltándose los más elementales principios de la Justicia. Que un tribunal como el Supremo que, no hay que olvidarlo, decidió la ilegalización de Sortu y de Bildu y que siempre ha juzgado con extrema dureza a la izquierda abertzale, haya reconvenido repetidamente a la Audiencia Nacional constituye un argumento más para quienes exigen su desmantelamiento.

Los jueces que decidieron condenar a quince jóvenes vascos sin considerar las pruebas de descargo y basándose solo en las declaraciones efectuadas durante la incomunicación -los condenados denunciaron torturas-, han sido emplazados a elaborar una nueva sentencia. La lógica judicial invita a pensar que ésta será más favorable a los procesados, pero en los juzgados de la calle Génova siempre ha pesado más la lógica represiva que la judicial, de modo que hay que seguir reclamando la libre absolución de quienes están sufriendo esta pesadilla únicamente por su compromiso político.

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