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Tras la histórica declaración de ETA

La experiencia de otros conflictos como ayuda para resolver el vasco

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Arantxa MANTEROLA | BAIONA

Jean-Pierre Massias presentó ayer, en Baiona, el libro «Faire la paix au Pays Basque» (Hacer la paz en el País Vasco), en un momento en el que la cuestión está de «rabiosa actualidad», como recalcó Peio Etxeberri-Aintxart en nombre de la editora Elkar, quien subrayó que el libro, no muy extenso (94 páginas), pretende ser «lo más divulgativo y accesible posible» para la ciudadanía.

Massias es profesor de Derecho Público, especialista en procesos de autodeterminación en Europa del Este y experto independiente en el Consejo de Europa. Y lleva seis años estudiando el «conflicto vasco». El acercamiento a esta cuestión le trajo también a Ipar Euskal Herria, donde reside desde hace tres años.

Está muy satisfecho de que el ex primer ministro francés Michel Rocard, con quien ya coincidió en la conferencia que junto al eurodiputado verde Gérard Onesta ofrecieron en Donibane Lohizune en 2007, haya escrito el prólogo de su obra.

Precisamente, las primeras palabras de Massias, en la introducción, revelan que esta obra ha sido fruto de la «profunda frustración» que le provocó el fracaso del proceso de paz de aquel año, en el que fue consultado por el Friendship, el grupo de apoyo del Parlamento Europeo. A renglón seguido se plantea la interrogante de que por qué el conflicto vasco no llega a resolverse cuando factores como la evidencia de que la violencia tiene sus límites y estancamientos y el contexto europeo e internacional presentan un clima propicio a ello.

«Paz positiva»

El decano honorario de la Facultad de Derecho de Clermont Ferrand aclara que no pretende aportar soluciones, sino algunas claves que, en su opinión y tras las constataciones de lo ocurrido en otros procesos, deben tenerse en cuenta imperativamente. Para Massias hay que partir de que «el problema vasco es un problema intrínsecamente político» cuya solución debe darse a través de una negociación en la que se planteen y arreglen las causas, y que debe desembocar en una reconciliación efectiva, que denomina «paz positiva», para evitar que los traumatismos del conflicto perduren y no se conviertan en una bomba de relojería que estallaría de nuevo si sólo se abordara como un cese de la violencia («paz negativa»).

Este analista tiene claro que el conflicto es «indisociable del franquismo y de la transición democrática». Por ello, está convencido de que «la resolución del mismo no sólo es importante para el pueblo vasco, sino también para el español. En la medida en que durante tantos años el Estado español se ha estructurado en base al `enemigo interno', si éste desapareciese, estará obligado a buscar otro factor que le permitiera estructurar en su seno a la ciudadanía española».

No percibe razones objetivas para que la reconciliación sea en Euskal Herria más difícil que en otros países que han conocido conflictos similares. Si acaso, asume que hay un factor que le preocupa, cual es el que se trata de un conflicto asimétrico, entre una parte fuerte y otra débil.

Según este experto en transiciones democráticas, «todas las partes han utilizado en demasía el dolor y el sufrimiento con fines políticos y, a fuerza de tirar de ello, la idea de que no puede haber una reconciliación con gente que ha causado tanto mal está extendida. Así, el sufrimiento se convierte en un argumento en la batalla de la opinión pública, lo que hace muy difícil invertir la situación».

Visualizar el cambio

Para conseguir ese vuelco, considera que es preciso «que en un plazo decente» se visualice el cambio. «Se tienen que dar inflexiones sicológicas claras bastante rápidamente; por ejemplo, con medidas hacia los presos políticos como respuesta a la decisión del cese de ETA. Es indispensable mostrar que la dinámica se está invirtiendo; de lo contrario -advierte- la sociedad no percibe que el cambio ha comenzado».

Massias califica como positivo que electos del Estado francés participasen en la Conferencia de Aiete, en tanto en cuanto el territorio francés también está «estrechamente ligado a este conflicto», si bien elude inmiscuirse en lo que debería hacer el Gobierno de Nicolas Sarkozy.

Dice «entender» que París no quiera erigirse en «motor del proceso» ya que, más allá de la actividad de ETA, le obligaría a plantearse otras cuestiones más complejas, como qué es el conflicto vasco, y abordar las reivindicaciones territoriales existentes en Ipar Euskal Herria.

NIVEL POLÍTICO

Massias reconoce que lo que más le impactó de la Conferencia de Aiete fue el nivel político de los asistentes: «Suele ser muy difícil lograr una mediación internacional de esa talla política. Ese factor es muy importante para llevar a buen puerto un proceso de resolución».

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