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El caso de violación en grupo puede elevar el control sobre la mujer en la India rural

cLa violación colectiva de una joven estudiante en Nueva Delhi sacó a las calles a miles de indios que reclaman seguridad y respeto para las mujeres. Pero en los pueblos de la India rural, de fuerte tradición patriarcal, las mujeres corren el riesgo de ser todavía más vigiladas y controladas.

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GARA | NUEVA DELHI

El Consejo de Khedar, un pueblo en el estado de Haryana, en el norte de India, decidió este fin de semana prohibir las «canciones vulgares» en las bodas, vestir pantalones vaqueros y camisetas a las mujeres y utilizar teléfonos móviles a las escolares.

«Los líderes de la aldea se reunieron el domingo porque se sorprendieron por lo ocurrido en Delhi. Si una violación en grupo puede suceder en Delhi, también puede ocurrir aquí», señaló a AFP Shamsher Singh, el líder de la comunidad.

«En las ciudades, las niñas pueden usar lo que quieran, pero nuestro pueblo es pequeño. Si una niña comienza a vestirse de modo occidental, todos querrán hacerlo», agregó.

La violación en grupo el 16 de diciembre de una joven de 23 años, que murió a los pocos días por la gravedad de sus heridas, provocó manifestaciones y ocupó amplios espacios en los medios de comunicación, suscitando la esperanza de que este trágico suceso pueda representar un punto de inflexión en las relaciones con las mujeres.

Pero el peso de las tradiciones patriarcales en las zonas rurales -donde viven dos tercios de los 1,2 billones de indios- es un recordatorio de la realidad. Para muchos campesinos, el caso de Nueva Delhi evidencia la influencia negativa de la occidentalización del estilo de vida, un término que abarca desde la ropa considerada provocativa y la música con tono sexual a las mujeres que reafirman su condición.

La estudiante de Nueva Delhi estuvo en el cine en un centro comercial. Se dirigió a casa con su amigo tras caer la noche.

De «Barath» a «India»

«Cuando `Bharat' (término que designa a la India tradicional) se convierte en `India' a causa de la influencia de la cultura occidental, suceden este tipo de cosas», afirmó Mohan Bhagwat, líder de uno de las principales grupos fundamentalistas hindúes, el RSS.

Un responsable del Partido del gobernante Congreso, Digvijay Singh, acusó al RSS de «querer llevarnos de vuelta al siglo XVIII». Pero las declaraciones de Bhagwat reflejan el pensamiento de muchos líderes de aldeas o incluso políticos.

El hijo del presidente de India, Abhijit Mukherjee, parlamentario del Partido del Congreso, ha dicho que las mujeres que protestaban contra el clima de inseguridad estaban «maquilladas» como los coches robados.

Para Reicha Tanwar, director del Centro de Investigación de Estudios de la Mujer de Haryana, la actitud en la India rural, especialmente en los estados del norte, podría sufrir un retroceso a raíz de este caso.

«Ellos retendrán más a las niñas y querrán que no salgan, que no viajen más solas, que no anden en bicicleta, que no tengan portátil y que no hablen con chicos», indicó.

En cuanto a las ideas de los jefes de las aldeas sobre la seguridad de las niñas -que se resumen a veces en que «les pasa lo que se merecen»-, «han salido reforzadas», añadió.

Consejos comunales y kap panchayats -grupos informales que constituidos por los ancianos- tienen una fuerte influencia sobre las reglas de la vida en las zonas rurales, especialmente en el norte, donde a veces acusado han sido acusados por activistas progresistas de tomar decisiones dignas de los talibanes.

Las escasas estadísticas sobre el tema desmienten la idea de que la proximidad entre niños y niñas y el debilitamiento de las estructuras sociales en la ciudad elevaran el número de violaciones.

Según la oficina india de estadísticas sobre crímenes, 2.579 de un total de 24.026 denuncias de violación han sido presentadas en 53 importantes ciudades en 2011, un total de 24.026 denuncias, una por cada diez que tienen lugar en el medio rural.

Y estas cifras subestiman probablemente el número de violaciones en zonas rurales, donde la víctima raramente denuncia por miedo al estigma social, más fuerte que en ciudad.

no culpables

Tres de los cinco adultos acusados del secuestro, violación y muerte de la estudiante india van a declararse no culpables de los cargos, según informó su abogado, quien alegó defectos en la investigación policial.

Nepal se levanta tras el ejemplo indio

Tras el ejemplo de la vecina India, Nepal está viviendo una ola inédita de protestas después de que un policía de aduanas violase a una joven cuando esta regresó a su país tras una estancia laboral de dos años como empleada de hogar en Arabia Saudí.

La joven, de 20 años, viajó con un pasaporte falso y a su regreso a Nepal en noviembre decidió revelar a las autoridades de inmigración su verdadera identidad. Los agentes le robaron todos sus ahorros y uno de ellos la llevó a un motel, donde la violó y la dejó embarazada. El policía fue juzgado y espera el veredicto en prisión. La repercusión mediática y ciudadana de este caso, con protestas continuas ante la oficina del primer ministro en Katmandú, provocaron la detención inmediata del violador.

Igual que en India, según denunciaron activistas a Efe, en Nepal «existe una cultura del silencio en torno a las violaciones. Aseguran que la violación sexual está muy extendida en Nepal, donde solo el 5% de los casos son denunciados a la Policía y solo el 20% de los procesados son condenados.

También en este pequeño país uno de los principales problemas es que la Policía no siempre acepta la denuncias por violación o trata de mediar y conseguir algún acuerdo entre el violador y la víctima. GARA

asharam bapu

Estudiantes indios se manifestaron ayer en Nueva Delhi contra el gurú Asharam Bapu, quien dijo que la joven violada «era tan culpable» como sus agresores, a los que «debió pedir misericordia».

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