El Consistorio urduñarra sigue trabajando para dar una salida a la grave situación financiera que afronta después de años de gestión jeltzale. El 20 de junio informaron de que optaban por priorizar el pago a proveedores y trabajadores para garantizar la prestación de los servicios públicos, interrumpiendo la amortización de dos líneas de crédito con Kutxabank.

El alcalde se reunió el lunes con representantes de la entidad que preside Mario Fernández para abordar el caso. Carlos Arranz ya avanzó hace dos semanas que iba a trabajar para que Kutxabank no aplicara la «letra pequeña» de los préstamos, lo que podría perjudicar a la actividad del Ayuntamiento y por consiguiente a los vecinos.

En una entrevista en Radio Euskadi, Arranz informó del encuentro y de la voluntad de la entidad por buscar una solución satisfactoria para ambas partes. «No se trata de un ataque a Kutxabank, sino la consecuencia directa de no dar solución a una situación que arrastramos desde hace dos años», precisó.

El primer edil afirmó que «Kutxabank está dispuesta a negociar y tan solo falta la implicación de la Diputación foral de Bizkaia para dar una salida a la grave situación que padecemos en el pueblo». El de ayer fue el enésimo emplazamiento a los responsables forales, que evitan la respuesta directa a los mensajes del Consistorio urduñarra y optan por tratar de menospreciar la capacidad de gestión de Bildu, que gobierna con mayoría absoluta en la única ciudad de Bizkaia.

En la última reacción conocida, el portavoz foral y diputado de Presidencia negó las comunicaciones desde Urduña, a pesar de que es público y notorio que Unai Rementeria ha mantenido varios contactos con Arranz para abordar la grave situación.

Lo cierto es que la decisión del Gobierno local de desobedecer la ley, al no hacer frente a sus obligaciones con los bancos, está avalada por un manifiesto que en mayo aprobó el Pleno, documento que suscribieron los trabajadores municipales, alcaldes pedáneos, una treintena de asociaciones y la plataforma ciudadana ``Urduñak merezi du''.

La institución que preside José Luis Bilbao vuelve a ser requerida para que se implique, aunque lo cierto es que mucho tendrá que variar su posición. Días después del anterior emplazamiento de Urduña, Rementeria eludió cualquier responsabilidad y llegó a decir que mejorar la situación estaba «en manos del propio Ayuntamiento». Además, dejó caer que el último plan municipal no disponía del plácet del interventor.