Promociones, saldos, liquidaciones, y, por fin, las esperadas rebajas. Las de verano. Después de días, semanas quizá, tanteando el género aquí y allá, sucumbiendo a sibilinas publicidades y poniendo la tarjeta de crédito a punto, mañana, 1 de julio, arranca una nueva temporada de rebajas. Será hasta primeros de setiembre, aunque para entonces es difícil que encontremos ya alguna de esas «gangas» a por las que todos corren desde el primer día. Primer fin de semana de mes, primer día de rebajas y antesala de las vacaciones estivales para muchos o final de las de algunos. Menudo cóctel para la cuenta bancaria.

«Las rebajas son un buen momento para la compra. Si el ciudadano está atento, puede adquirir verdaderas gangas. Se puede comprar ropa que no pasa de moda con un 20, 30 y hasta un 40% de descuento», pone en aviso Susana Arizcun, subdirectora de la asociación de consumidores Irache. Un consejo que, seguro, muchas y muchos se saben de carrerilla.

«Cerca de la mitad de los consumidores esperan a esta época para realizar adquisiciones, sobre todo de ropa y calzado. Para realizar la mejor compra, vale la pena comparar precios en distintos establecimientos, ya que puede encontrar diferencias significativas», insiste esta vez Itziar Elorza, de la asociación de consumidores EKA-OCUV. «Pero hay que exigir los artículos ofrecidos en la publicidad y al precio al que se ofertan, teniendo precaución con los productos que actúan como ofertas gancho», no olvida advertir como buena consejera de los consumidores.

El mensaje de esta temporada es claro, aunque suene a repetitivo. Lo resume Susana Arizcun en una frase que bien merecería colgar de cada escaparate: «En rebajas se recorta el precio, pero no la calidad del producto».

Rebajas es sinónimo de consejos. Los de siempre. El primero, «evaluar la necesidad de la compra y hacer una lista detallada de lo que realmente necesitemos», invita esta portavoz de Irache. El segundo, más difícil de cumplir, «no dejarse llevar por las prisas ni por las aglomeraciones».

En las rebajas del pasado invierno, se calcula que casi la mitad de las compras en el Estado español estuvieron motivadas sólo por estar en rebajas.

Del resto, un 33% de los compradores declararon que estaban esperando a que llegaran las rebajas para hacer su compra, mientras que un 20% se decidieron a realizar la compra en ese mismo momento al ver el precio rebajado.

Y un tercer consejo lo da Itziar Elorza: «Si no está de acuerdo con alguna cuestión de su compra, no dude en reclamar y en acudir a su asociación de consumidores más cercana». Sin embargo, los «engaños» son cada vez menos. «El comerciante, en general, ha ido evolucionando y cada vez está más concienciado de lo que es el mundo del consumo», opina Susana Arizcun.

De ello da fe Jon Andoni Zarate, gerente de la agrupación de comerciantes Bilbao Centro, que aglutina a unos cuatrocientos asociados del distrito de Abando. «A nuestros comerciantes ya les indicamos unas pautas a seguir en rebajas y de hecho llevamos unos años en los que no hay problemas, porque los comerciantes saben perfectamente cuáles son sus obligaciones y los clientes cuáles son sus derechos». Se trata de «ofrecer el mismo producto que se ofreció en temporada, en las mismas condiciones y el mismo servicio. Buen servicio, calidad y forma de pago».

Zarate espera que esta campaña de rebajes resulte satisfactoria, aunque admite que venimos de una primavera que no se ha portado mal en cuanto a ventas y es que el verano parece haberse adelantado este año. En cualquier caso, reconoce que las rebajas estivales no deben compararse con las de invierno, «ésas son las potentes». Y es que nada tiene que ver el precio rebajado de una prenda de abrigo con el de una blusa o un bañador. -

BILBO