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Gara > Idatzia > Kultura 2006-06-30
Tras las principales huellas romanasen Euskal Herria
A raíz de los hallazgos de Iruña-Veleia, la Euskal Herria de la época romana está «de moda». Son muchos los restos arqueológicos, pero no son tantos los que se pueden visitar. He aquí algunas pistas para quienes quieran acercarse a lo que fue la romanidad. Tampoco es mala opción acudir este fin de semana a Mendigorria, que celebra el V Festival Romano.

Nafarroa Garaia es, sin duda, el territorio con una mayor riqueza de restos de época romana y, además, en el que existe una mayor tradición arqueológica al respecto. Dos son las citas ineludibles para quienes quieran acercarse a la época: el Museo de Navarra y el poblado de Andelos.

El Museo de Navarra, en Iruñea (la Pompaelo fundada por Pompeyo en el 74-75 a. C. sobre una población vascona) dedica en su discurso un importante lugar a la romanización, que ilustra con abundantes restos de la vida urbana, de las viviendas rurales, de las calzadas y de algunas obras públicas. Destacan las colecciones de mosaicos, estelas funerarias, aras votivas, miliarios (los mojones de carretera de la época) y monedas. Llaman la atención mosaicos como el de Teseo y el Minotauro o el del Triunfo de Baco, procedente éste de Andelos, que es precisamente el yacimiento de época romana referencial de Nafarroa.

Andelos está situado en Muruzabal de Andion, en el término municipal de Mendigorria. El poblado indígena preexistente entra en contacto con el mundo romano en época muy temprana, ya en el siglo II a. C. En el 74 d. C. alcanza la condición de civitas. Los siglos I y II son los de mayor esplendor, y los restos de la época, en los que puede apreciarse un urbanismo típicamente romano, dan testimonio de ello. Junto al yacimiento, un museo recoge abundantes materiales hallados en las excavaciones. Llama la atención un mosaico con una leyenda en alfabeto ibérico, que, transcrita, dice: “Likine Abuloraune Ekien Bilbiliars”. Nadie sabe lo que significa, aunque algunos investigadores han tratado de interpretar el texto desde el euskara.

Pero lo más destacable de Andelos es, sin duda, su sistema hidráulico, según subraya Raquel Unanua, responsable del Museo. Un sistema que incluye la presa de Iturranduz, en el límite entre Mendigorria y Zirauki, conocida popularmente como Puente del Diablo; un depósito regulador con capacidad para 7.000 metros cúbicos; un acueducto y, ya en la civitas, el castellum aquae, desde el que se distribuía el agua en el interior de la población.

Puede obtenerse información sobre la visita a Andelos a través del 660988057.

También en Liedena (justo a la salida de la foz de Irunberri) y Arellano existen yacimientos de época romana. Son restos de villas, explotaciones agrícolas, que permiten visitas mucho más modestas que la de Andelos, pero también interesantes.

Incluso en la séptima merindad es Nafarroa rica en testimonios de época romana.

Donezahar y Urkulu

En Donezahar, junto a Garazi, pueden visitarse los restos del campamento romano de lo que fue Imus Pyrenaeus, fundada en el año 30 a. C. con el fin de controlar la vía Dax-Iruñea. Un pequeño museo alberga algunos objetos hallados durante las excavaciones. Puede obtenerse más información sobre los horarios y condiciones de visita en el 0559379108.

Puerto arriba, siguiendo la ruta histórica del Camino de Santiago, se encuentra, no lejos de Ibañeta, la asombrosa torre de Urkulu. De planta circular, tiene veinte metros de diámetro y muros de entre tres y cuatro metros de altura. Son muchas las hipótesis que se han barajado sobre su origen y utilidad, no pocas de ellas legendarias. En la actualidad, parece que la que más unanimidad suscita entre los especialistas es que fue levantada para conmemorar una victoria que debió ser muy importante. Quizá la de la conquista definitiva de Aquitania.

En Zuberoa, el resto romano más conocido y accesible al público es probablemente el altar votivo que se encuentra en la ermita de La Madelaine, en el término municipal de Atharratze. Es una pieza modesta, pero tiene la particularidad de que fue ofrecida por un tal Gaius Valerius Valerianus a un dios local cuyo nombre es de estirpe indudablemente éuskara: Herauscorritsehe. Se ha solido traducir como el dios del rayo rojo o algo por el estilo, pero Manex Goienetxe hacía notar que heraus significa macho cabrío, de modo que se trataría de una divinidad «muy pirenaica», que incluso todavía muchos siglos después daría de qué hablar.

En Lapurdi, los restos romanos más vistosos son las murallas de Baiona (la Lapurdum de los romanos). Han sufrido numerosas alteraciones, lógicamente. Del bulevar Lachepaillet, por ejemplo, pueden verse tres sistemas de fortificaciones concéntricos: el romano, el medieval y el moderno (siglo XVI). En la calle Tour-de-Sault, existen aún dos torres defensivas de origen romano, aunque modificadas en la Edad Media.

También en la Getaria laburdina existen restos de época romana. De hecho, el topónimo que da nombre a la localidad ­al igual que sucede con su homónima guipuzcoana­ deriva de cetarea, que es como los romanos denominaban a las factorías de salazón. Hace unos años fueron hallados cerca de la estación de tren restos de esta actividad, incluida una inscripción que parece indicar que fue un liberto de la familia Julia quien organizó la factoría. Precisamente, el Museo de Getaria está preparando de cara al próximo otoño una exposición sobre estos hallazgos.

Entre los restos de época romana laburdinos es famosa una inscripción hallada en Hazparne, a través de la cual un tal Vero agradece la constitución por Augusto de Novempopulania, que supone la restitución de la antigua Aquitania y su segregación de la Galia.

En Gipuzkoa, hasta ahora sólo se ha podido visitar la necrópolis de la ermita de Santa Elena, en Irun, que, además, ofre- ce una modesta panorámica de la época romana en el entorno más inmediato, con el fondeadero del cabo de Higer y las minas de plata de Arditurri.

El Museo de Oiasso de Irun

Pero la situación va a cambiar radicalmente, porque este mismo mes de julio está previsto inaugurar, en las rehabilitadas escuelas del Juncal, el Museo Romano Oiasso de Irun. Serán cerca de 1.500 metros cuadrados de exposición centrados en la polis vasco-romana que, en muy poco tiempo, gracias a la labor de los arqueólogos, ha ido emergiendo del subsuelo de la ciudad actual. Una polis cuya superficie se evalúa entre quince y veinte hectáreas y que, fundamentalmente entre los años 50 y 150 de nuestra era, contó con un floreciente puerto. Precisamente será parte de ese puerto (una pieza de cincuenta metros cuadrados, con sus gradas y pasarelas), rescatada hace unos años del subsuelo de la calle Tadeo Murgia, la estrella del museo, enriquecido también con parte de las importantes colecciones de objetos hallados en las excavaciones, desde zapatos a instrumental médico, desde joyas hasta anzuelos. Y todo apoyado por un importante aparato audiovisual.

La directora del proyecto, Mertxe Urteaga, adelanta que el centro ofrecerá una visión de la romanidad muy diferente a la de otros museos, más centrados quizá en estatuas o mosaicos espectaculares.

Por otra parte, el puerto de Oiasso estuvo íntimamente ligado a la explotación de las cercanas minas de plata de Arditurri, en Oiartzun, donde han sido localizadas cerca de cincuenta galerías de época romana. El Ayuntamiento de la localidad ha encargado un proyecto para acondicionar alguna de estas galerías ­en concreto, una de unos 500 metros de longitud­ y hacerla visitable.

Oiasso no fue el único asentamiento romano de Gipuzkoa, tal y como lo prueban los recientes hallazgos de Zarautz y Getaria, parte de los cuales pueden apreciarse hoy en las respectivas parroquias.

En Bizkaia, acercarse a los testimonios arqueológicos de la época romana pasa por visitar el Museo Vasco de Bilbo y, sobre todo, el poblado de Forua.

El Museo Vasco no dedica a los restos de época romana un espacio tan importante como el Museo de Ar- queología de Araba o el Museo de Navarra, pero sí incluye algunas piezas halladas en el señorío. La directora del centro, Amaia Basterretxea, destaca, por su espectacularidad, el miliario del Berron, procedente de Enkarterriak, una especie de mojón de carretera de la época que estaba situado al borde de la calzada que discurría entre Palencia y Castro.

El poblado de Forua

Pero el yacimiento de referencia de época romana en Bizkaia es sin duda el de Forua, topónimo directamente derivado del forum latino, el equivalente a la plaza pública. Veinte años de campañas arqueológicas han sacado a la luz los restos de un poblado de más de doce hectáreas que, entre los siglos I y V, desarrolló una importante actividad metalúrgica y comercial, íntimamente relacionada con el puerto de Mundaka.

Este mismo mes de junio han sido presentados los resultados de las excavaciones arqueológicas realizadas aprovechando la necesidad que había de realizar obras en la parroquia de San Martín de Tours de Forua. Los hallazgos ­entre los que destaca una de las necrópolis más antiguas e importantes de Bizkaia­ han sido espectaculares y se remontan hasta la época romana. Dada la importancia de los mismos y su evidente relación con el poblado romano, la Diputación de Bizkaia ha puesto en marcha hasta el 6 de agosto una campaña de visitas, guiadas por los propios arqueó- logos. Las visitas son gratuitas pero es preciso hacer una reserva en el Museo de Euskal Herria de Gernika a través del teléfono 946255451.

Para acercarse a la romanidad en Araba, las referencias insoslayables son el Museo de Arqueología, en Gasteiz, y, por supuesto, el yacimiento de Iruña-Veleia.

El Museo cuenta con una sala completa dedicada a la romanización donde se exhiben los materiales más significativos hallados no sólo de Iruña-Veleia sino en todos los yacimientos de época romana del herrialde, que ascienden a varias decenas. «No están agrupados por yacimientos ­explica la directora del centro, Amelia Baldeón­, sino de forma que favorezcan la comprensión de aspectos como la tradición prerromana, la vida doméstica, la casa, los revestimientos de la casa, etcétera». Son muchas las piezas expuestas, algunas espectaculares, como la escultura ­un torso humano­ que saluda a los visitantes en el propio hall del Museo de Arqueología y que procede precisamente de Iruña-Veleia.

Pero, para acercarse a la romanidad en Araba, hay que visitar Iruña-Veleia, una típica ciudad romana fundada al borde de la vía Astorga-Burdeos sobre un asentamiento indígena que se remontaba a la Edad del Bronce, aproximadamente hasta el inicio del primer milenio antes de Cristo.

Iruña-Veleia extendió su urbanismo ortogonal a lo largo y ancho de varias decenas de hectáreas. Contó con al menos dos establecimientos de baños, varias plazas públicas, áreas comerciales, talleres y residencias palaciegas, las famosas domus, una de las cuales, la de Ponpeia Valentina, es uno de los principales hitos de la visita. Iruña-Veleia cuenta también con una importante muralla, construida en el siglo III, en un momento en el que el imperio romano había empezado a sumirse en una crisis que lo llevaría a desaparecer.

Visitas a Iruña-Veleia

Iruña-Veleia se puede visitar, de martes a viernes, de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00 horas; sábados, domingos y festivos, de 11.00 a 14.00. Se puede obtener más información y concertar visitas guiadas llamando al 945-403044.

Los responsables de Iruña-Veleia organiza todos los años unas jornadas de reconstrución histórica, los ludi veleiensis, en las que se representan diferentes aspectos de la vida de la época. Las actividades más espectaculares suelen ser siempre las luchas de gladiadores. Este año, los ludi veleiensis tendrán lugar los días 16 y 17 de setiembre.

Un importante yacimiento alavés de época romana es el de las termas de Arkaia. Puede verse desde el exterior de la verja que lo protege. Un plano ayuda a interpretar los restos. -

DONOSTIA



Andelos celebra el V Festival Romano
Mendigorria celebra este fin de semana el V Festival Romano de Andelos, que brinda la posibilidad de conocer diversos aspectos de la vida en época romana.

Hoy, a las 20.30, tendrá lugar la presentación, seguida, a las 22.30, por una conferencia a cargo de Francisco Javier Navarro, profesor de la Universidad de Navarra.

Mañana sábado, entre las 11.00 y las 14.00, un autobús partirá cada media hora de Mendigorria a Andelos, donde tendrán lugar visitas guiadas al museo y al yacimiento. A las 12, también se podrá visitar un campamento legionario. A las 18.30, tendrá lugar una demostración sobre el funcionamiento de una legión en plena campaña militar. A las 19.30 se reconstruirá un banquete. A las 20.30, en el patio de las antiguas escuelas de Mendigorria, representación de “Cásima”, de Plauto, a cargo del grupo Larrahi. A las 22.00, en el mirador, banquete romano, amenizado con bailes y música de época.

El domingo, volverá a salir un autobús cada media hora de Mendigorria a Andelos, donde de 11.00 a 14.00 habrá visitas guiadas y, básicamente, se repetirá el programa de la víspera en torno al funcionamiento de la legión o la representación de un banquetes. Mientras, en Mendigorria, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00, se celebrará un «auténtico» mercado romano. La fiesta concluirá a las 19.00 con la representación de “Barskunes”. Andelos es un próspero poblado vascón que celebra la visita de Iturissa. La llegada de las legiones romanas acabará con la fiesta.


 
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