La OMC agota sus plazos para liberalizar el comercio sin apenas acercar posturas
Desde hoy y hasta el domingo, los ministros de los estados de la OMC intentarán desbloquear las posturas que mantienen desde hace meses y en la que cada una de las partes no se muestra dispuesta a ceder. La diferencia con anteriores citas que acabaron en fracaso es que en esta ocasión el tiempo que la propia OMC se ha dado para liberalizar el comercio de agricultura, bienes industriales y servicios se agota. Los países del G-20 insisten en que la UE y EEUU abran sus mercados agrícolas, mientras éstos se reclaman mutuamente mayores concesiones en sus propuestas.
GINEBRA
Los estados miembros de la OMC intentan desde ayer y hasta el 2 de julio determinar las cifras y fórmulas para aplicar rebajas arancelarias a las importaciones de bienes agrícolas e industriales, para conseguir salvar la denominada Ronda de Doha, de liberalización del comercio de agricultura, industria y servicios. Ylo hacen agotando los plazos para poder concluir la ronda este año, después de los fracasos de Seattle y Cancún y el «maquillado» de Hong Kong. Los seis principales actores de las negociaciones: la UE, EEUU, Brasil, India, Australia y Japón iniciaron ayer el primer encuentro de esta cumbre, que reúne a 60 países. El director general de la OMC, Pascal Lamy, advirtió a los negociadores que «están ante el momento de la verdad, y ya no se pueden prolongar más las decisiones sin poner en riesgo todo el proyecto». Las negociaciones se encuentran atascadas desde hace meses y Lamy subrayó que tanto la UE como EEUU y los países agrupados en el Grupo de los Veinte (G-20), «tendrán que hacer concesiones difíciles» en los próximos días si quieren el éxito de la negociación. El G-20 insiste en obtener de EEUU y de la UE una mayor reducción de los subsidios internos a la agricultura y más acceso a sus mercados agrícolas, respectivamente. Washington y Bruselas piden más acceso a los mercados industriales de las economías emergentes, algo a lo que éstas no están dispuestas sin lograr sus peticiones. La UE y Estados Unidos se intercambiaron ayer acusaciones mutuas porque cada uno de ellos considera que el otro no hace suficientes concesiones. El comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, reiteró que la UE «está preparada para moverse si los otros lo hacen y para mejorar de forma significativa la oferta en acceso a mercados agrícolas, hasta acercarnos a lo que propone el G-20». Para la comisaria europea de Agricultura, Mariann Fisher Boel, «las ofertas cosméticas no son suficientes. Queremos recortes reales en subsidios domésticos por parte de EEUU». Bruselas propone una reducción media del 39% de los aranceles a las importaciones de productos agrícolas, pudiendo llegar al 47% para las procedentes de los países desarrollados, mientras que el G-20 propone un recorte del 54%. Bruselas plantea acercarse a esta cifra, aunque EEUUpide que llegue al 66%. «La UE no ha venido preparada para concluir las negociaciones», replicó la delegación estadounidense, que también cree que la oferta del G-20 «no proporciona verdaderos recortes de tarifas en el acceso a los mercados».
Pesimismo El G-20 opinó que «es esencial» que los países ricos «mejoren sus propuestas para lograr un recorte efectivo y sustancial de sus ayudas internas, como se acordó en Hong Kong».
El ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Celso Amorim, expresó su pesimismo por la marcha de las negociaciones, que «no se aproximan al resultado necesario» y consideró que «la brecha no parece disminuir con respecto a hace dos o tres meses». El Grupo de los Diez (G-10), que reúne a países más ricos e importadores netos de alimentos rechazó el acercamiento del negociador europeo a las tesis del G-20.
La UE negocia con oposición interna a más concesiones
GINEBRA La UE no sólo se enfrenta al resto de miembros de la OMC en Ginebra, sino que tiene que lidiar con las discrepancias internas. Estas quedaron en evidencia ante la oferta lanzada por Mandelson rechazada por estados como el francés o el español. Sus respectivas ministras de Comercio, Christine Lagarde, y de Agricultura, Elena Espinosa, consideraron que no se ajustaba al mandato dado a la Comisión Europea, que establece que ningún acuerdo deberá implicar nuevas reformas de la PAC. Mandelson había asegurado que los Veinticinco estaban dispuestos a reducir los subsidios agrarios y acercarse a las propuestas del G-20 si otros países también hacían concesiones. «Eso es una trampa, y queremos asegurarnos de que la Comisión no caiga en esa trampa» afirmó el ministro francés de Agricultura, Dominique de Bussereau. A su vez, el ministro de Agricultura de Austria, Josef Proell, declaró que aceptar la propuesta del G-20, liderado por Brasil y la India, «no es posible para los agricultores de la UE». Los agricultores europeos opuestos a la liberalización del comercio agroalimentario, como el caso de EHNE en Euskal Herria, han pedido a la UE «que se mantenga en una posición que le permita gestionar sus propios mercados y mantener una agricultura multifuncional». Por su parte, la Federación de Agricultores de EEUU criticó las propuestas que se barajan en las negociaciones por considerar que todas ellas perjudican a su sector. Cuatro días para resolver 760
discrepancias
Sólo el documento sobre agricultura con el que trabajan los ministros de la OMC consta de 760 pares de corchetes, que reflejan los puntos de discrepancia, y supone casi el doble de los 402 que había en el documento elaborado para Seattle en 1998. Frente al apremio de Lamy a conseguir resultados en esta reunión, el ministro brasileño Celso Amorim negó que se trate de un plazo absoluto porque «tenemos por delante el mes de julio». -
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