Londres y Dublín dejan sin vacaciones estivales a los partidos norirlandeses
El 24 de noviembre sigue siendo la fecha límite para un acuerdo entre partidos para la elección de un Ejecutivo norirlandés. Así lo anunciaron el británico Tony Blair y el irlandés Bertie Ahern después de encontrarse con los partidos norirlandeses en Belfast. Ambos mostraron su decepción por la falta de avances y exigieron a los políticos mayor compromiso y voluntad para el progreso de las negociaciones, que continuarán durante los meses de verano.
DUBLIN
Este año los políticos norirlandeses se quedan sin vacaciones. En su declaración conjunta, los primeros ministros británico e irlandés, Tony Blair y Bertie Ahern, calificaron de «frustrante» la falta de progreso en el proceso desde la reinstauración de la Asamblea de Belfast el 15 de mayo, y advirtieron de que los partidos deben participar con «mayor urgencia y determinación» si se quiere alcanzar un acuerdo para el mes de noviembre. Se espera que esas negociaciones se produzcan en el seno de la Asamblea. Los gobiernos de Londres y Dublín han pedido a los partidos políticos del norte de Irlanda que hagan uso del verano para continuar sus negociaciones para la reinstauración del Ejecutivo en el seno de las comisiones de trabajo, de forma que la Asamblea esté lista para la elección del gobierno de Belfast en su primera reunión tras las vacaciones. Ahern y Blair apuntaron que este es el momento para que los partidos inicien sus consultas con las comunidades en una clara señal al DUP que deseaba retrasar la consulta hasta el otoño. Esta es una de las recomendaciones que Blair y Ahern presentaron durante su reunión en Belfast, y que se incluye en una declaración de cinco puntos detallando el que será el plan de actuación para impulsar el proceso de paz irlandés hasta la de nuevo confirmada fecha límite del 24 de noviembre. El gobierno británico también ha anunciado que si los partidos norirlandeses no llegan a un acuerdo para la constitución de un Ejecutivo dentro de este plazo, gobernará el norte de Irlanda con una mayor participación desde Dublín, una propuesta a la que se oponen los unionistas. «Los partidos deben sopesar los temas pendientes y las desconfianza que perdura frente a la posibilidad de perder el gobierno autonómico por otra generación», advirtieron. Como parte del plan presentado por los primeros ministros se incluye un calendario, que plantea reuniones del Comité de Preparación para el Gobierno, formado por todos los partidos con representación en la Asamblea, durante julio y agosto para preparar un programa de trabajo para la Asamblea que debe ser anunciado para finales de agosto. La Asamblea reanudará sus reuniones el 4 de septiembre, y entonces se producirán reuniones entre Londres, Dublín y los partidos para discutir los cambios en las instituciones políticas y la transferencia del control de las Fuerzas de Seguridad.
Comisión de Verificación
En el plan se apunta que la publicación por parte de la Comisión de Verificación de su informe sobre la actuación de los grupos armados, el próximo 2 de octubre, marcará el final de las discusiones por parte de los partidos sobre las cuestiones a resolver. Si para entonces los partidos han alcanzado un acuerdo, se prevé la aprobación de legislación de emergencia para iniciar la transferencia de poderes. La última oportunidad para los miembros de la Asamblea de elegir un ejecutivo será el 24 de noviembre. Si los partidos no alcanzan acuerdo, la Asamblea será disuelta y los 108 diputados perderán sus sueldos y dietas, así como los partidos sus subsidios. El presidente de Sinn Féin, Gerry Adams, expresó su esperanza de que el proceso avance, y pidió a Blair y Ahern que utilicen sus acciones para reforzar su apoyo verbal al proceso.
El DUP, entre la espada y la pared
S.G. DUBLIN Los líderes del DUP ya han advertido de que no se dejarán amedrentar o chantajear para aceptar un gobierno con participación republicana, pero en estos momentos en los que la paciencia, no ya de los políticos norirlandeses, sino la de Londres y Dublín parece haber llegado al límite, el partido unionista parece encontrarse ante un dilema no fácil de solucionar. Si el DUP sigue negándose a formar gobierno con Sinn Féin para noviembre no sólo perderá del orden de 4,47 millones de euros, sino que deberá aceptar un creciente papel del gobierno de Dublín en la toma de decisiones de gobierno para el norte de Irlanda, una idea que claramente repugna a la comunidad unionista. Ya se lo señalaron los lealistas de la organización paramilitar UVF: Antes un gobierno norirlandés, incluso con presencia republicana, que la «interferencia» de Dublín. Londres y Dublín ya han indicado que no aceptarán dilaciones, y sin mencionar nombres, todos saben que esta es una advertencia al DUP de que no se tolerarán más obstrucciones al progreso del proceso de paz irlandés.
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