Las personas que nos reunimos en Gaindegia procedemos de ámbitos económicos y sociales muy diversos y de todos los territorios de Euskal Herria. Somos un grupo de personas que seguimos con atención el devenir de nuestro pueblo. Estamos profundamente convencidos de que Euskal Herria dispone de posibilidades más que suficientes para establecerse con dignidad dentro del escenario internacional. Pero para ello es preciso que nos esforcemos en conseguir la colaboración entre agentes y procuremos llegar al mayor nivel de cohesión posible.Los cambios que se suceden a nivel mundial así como el desarrollo de la Unión Europea plantean muchas cuestiones a los agentes sociales y económicos de todo el mundo, también a los de Euskal Herria. Existe una profunda voluntad de responder a esos retos entre los agentes sociales y económicos de Euskal Herria, pero aún nos queda un largo camino por recorrer para poder llegar a atender las diversas necesidades que existen a lo largo y ancho de nuestro pueblo.
Gaindegia ve con interés los esfuerzos que desde Ipar Euskal Herria se hacen para poder responder a esos retos, y animados por ese interés, enumeramos algunas cuestiones destacables de la situación actual.
A tener en cuenta
Euskal Herria es una unidad de desarrollo sostenible. La mundialización de la economía y el proceso de la Unión Europea hacen que cada vez sea mayor la necesidad de que Ipar y Hego Euskal Herria respondan conjuntamente a los retos económicos y sociales que se nos presentan. La colaboración entre Iparralde y Hegoalde es un pilar para el desarrollo de Euskal Herria. Ahora que en Europa se están fomentando con especial interés las relaciones transfronterizas los agentes socio-económicos vascos podemos llegar a ser campeones en colaboración.
En el desarrollo sostenible los agentes sociales cumplen una función insustituible. En el esfuerzo de crear nuevos proyectos y dinámicas los agentes sociales han de ser protagonistas naturales. La riqueza de nuestro pueblo la componen los agentes sociales y económicos junto con su labor diaria. Difícilmente dispondríamos en la actualidad de una red educativa en euskara tan sólida o un movimiento cooperativo tan potente si nuestros antecesores no hubieran desarrollado una labor seria y constante. Desde esa perspectiva consideramos que para atender los retos de Ipar Euskal Herria son necesarios el dinamismo, el compromiso y la implicación de sus agentes socio-económicos. Hace falta una institucionalización que abarque el conjunto de Ipar Euskal Herria para de esta manera poder gestionar con efectividad las cuestiones que le atañen. Para impulsar una política que revitalice la economía local o para atender con una red educativa adecuada las necesidades de los proyectos locales es necesario un mayor grado de institucionalización que el actual. Incluso para poder interactuar en nivel de igualdad con las instituciones de Hego Euskal Herria es preciso un mayor grado de institucionalización.
Cuestiones que nos preocupan
1) La fuga de jóvenes de Ipar Euskal Herria. En el período entre 1982 y 1999, 47.000 personas abandonaron Lapurdi, Zuberoa y Nafarroa Beherea. Una sociedad que pretende llegar a ser sostenible no puede aceptar semejante tasa de emigración juvenil. Son necesarias unas condiciones en las que la juventud pueda formarse, trabajar y desarrollar su proyecto de vida en su entorno natural. Hay que encontrar la forma de que se pueda vivir y trabajar en ese entorno local, es la única manera que existe de conservar la identidad local o fortalecer la red social local. Un modelo sostenible exige que se pueda ofrecer a la comunidad interesada una alternativa en el ámbito local.
2) La influencia de la muga. A pesar de que han desaparecido las aduanas, aún existen muchas fronteras entre Hego e Ipar Euskal Herria. Hay fronteras culturales, administrativas, económicas, de infraestructuras, psicológicas... que dificultan las respuestas que requieren muchos temas comunes. Ahora que desaparecen las mugas físicas las otras continúan siendo muy sólidas y todo ello viene en detrimento de nuestra cohesión interna. Resulta imprescindible que los agentes sociales, económicos e institucionales de ambos lados de la frontera dispongan nuevas formas de colaboración. Para ello son necesarios una firme voluntad y compromisos concretos, puesto que temas que requieran colaboración urgente sobran.
3) Falta de cohesión territorial. La costa de Lapurdi está creciendo a un ritmo muy fuerte. En lo que respecta al territorio, se concentran en esta zona los habitantes, los servicios y casi la totalidad de la actividad económica. Mientras, el interior pierde habitantes y algunas zonas se están convertiendo en ciudad dormitorio. Por lo tanto, las comarcas más perjudicadas pierden sus habitantes nativos y las zonas superpobladas siguen recibiendo inmigrantes del interior. La den- sidad poblacional de Lapurdi en la actualidad (266,2 hab/km2) es mucho mayor que la de Zuberoa (21,8 hab//km2) y Nafarroa Beherea (19,0 hab/km2).
4) El declive del euskara en la población. El euskara carece de reconocimiento oficial y sufre un grave retroceso en Ipar Euskal Herria. El hecho de que la principal herramienta de comunicación entre quienes vivimos en este pueblo esté en retroceso dificulta la comunicación y obstaculiza la cohesión de nuestra comunidad. La principal forma de reforzar nuestra cohesión interna pasa por aumentar el número de euskaldunes y fomentar su uso.
5) Cuestiones de futuro. Observamos con gran atención el futuro más próximo. Para superar los problemas y carencias anteriormente citadas, Ipar Euskal Herria ha de recorrer un largo camino y mientras, llegarán nuevos retos. Entre dichos retos quisiéramos subrayar el de la competitividad entre territorios. Es imprescindible que Ipar Euskal Herria multiplique su potencial para poder llegar a ocupar una posición digna en dicha pugna.
Consideraciones finales
Euskal Herria dispone de características muy apropiadas para un desarrollo social y económico de base sostenible. Actuando de forma adecuada, Euskal Herria puede llegar a ser una unidad de desarrollo sostenible y adquirir una referencia propia dentro de la Unión Europea y a nivel mundial. Pero para ello hay que valerse de todas las posibilidades. La clave está en acertar a actuar como pueblo que somos, aumentando el nivel de cohesión y avanzando en la colaboración entre territorios y agentes. Es la exigencia que nos plantean los retos del futuro. -