Gasteiz reflexiona sobre la situación del pueblo gitano
El sociólogo Cesar Manzanos y representantes de la asociación gitana Gao Lacho Drom, el Consejo de la Juventud de Euskadi, la Unión Romaní por Andalucía y el Movimiento contra la Intolerancia reflexionaron en las jornadas que se están desarrollando en Gasteiz sobre la situación actual del pueblo gitano.
GASTEIZ
La situación actual del pueblo gitano es objeto de debate estos días en Gasteiz. La ponencia sobre discriminación y exclusión social del profesor de sociología de la UPV/EHU y director de la investigación realizada por Ikasbide en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, Cesar Manzanos, y la mesa redonda sobre el papel de las organizaciones sociales, consiguieron abarrotar en la tarde de ayer la sala principal de palacio de Villasuso. El primero en tomar la palabra fue Manzanos. Destacó que el pueblo gitano es una minoría cultural y una cultura minorizada «en la búsqueda del reconocimiento de su ciudadanía». Manifestó, en este sentido, que a pesar de que «históricamente» se le ha discriminando definiéndola como una «subcultura de la marginación» e intentando «confundir sus rasgos culturales con estereotipos discriminatorios», es una «cultura con mayúsculas», en continúo proceso de transformación. Aseguró, asimismo, que a diferencia de otras minorías culturales, la gitana está «asentada». Manzanos explicó que su población representa, aproximadamente, seis de cada mil personas que viven en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Una proporción que, a su entender, se mantiene estable e incluso ha crecido ligeramente desde hace al menos tres décadas, sobre todo en lo que a población infantil y juvenil se refiere.
Reconocimiento de un pueblo
Para este profesor de sociología, el reto no pasa por la integración de las personas gitanas, sino por «cómo conseguir el reconocimiento de este pueblo» por parte de la sociedad mayoritaria y por cómo «demoler las barreras discriminatorias y los prejuicios sociales»hacia el mismo. Así las cosas, insistió en la necesidad de que las administraciones competentes habiliten partidas presupuestarias para impulsar medidas de promoción del pueblo gitano. Actuaciones que, en opinión de este experto, no sólo han de estar centradas en la existencia de situaciones de marginación y exclusión dentro de dicha comunidad, sino en un sentido más amplio, y sobre todo, «en el reconocimiento de componentes culturales específicos e idiosincrásicos a potenciar». Manzanos subrayó, por otra parte, la importancia de impulsar políticas sociales y culturales que sustituyan y eliminen progresivamente el recurso actual a «políticas asistencialistas y criminalizadoras», ya que, según indicó, refuerzan una «imagen estigmatizante, irreal y discriminatoria» de las personas gitanas.
A menudo ignorada
Denunció que esta comunidad «está acostumbrada» a que «a menudo se le ignore» a la hora de repartir los recursos y de acceder al «efectivo» ejercicio de los derechos y libertades, o que sólo se le visibilice cuando «hacen falta chivos expiatorios que reflejen la imagen del malo de la película», con el objeto de otorgarle una «identidad desviada, deteriorada». Añadió, no obstante, que el pueblo gitano es consciente de que todos esos estereotipos y prejuicios, «ese racismo hacia él se caen por su propio preso cuando se conoce, se convive y se comparte con las personas gitanas».Manzanos se refirió al estudio sociológico que él mismo ha dirigido sobre la situación de este colectivo. Una investigación que está a punto de concluirse y cuyos resultados se hagan públicos, posiblemente, antes de que finalice el año. Señaló que el objetivo de este diagnóstico ha sido «tratar de dar voz» a la comunidad en la definición de su realidad, así como a la hora de plantear diferentes propuestas de actuación. El equipo ha realizado, para ellos, decenas de entrevistas personales a informadores y representantes institucionales, así como a grupos de encuentro con distintos sectores. También han analizado la documentación recopilada mediante entrevistas en casi 600 hogares constituidos por personas gitanas. Tras la intervención de Cesar Manzanos, dio comienzo una mesa redonda que abordó el papel de las organizaciones sociales frente a la discriminación y contó con la participación de Alberto Ríos, de la asociación gitana Gao Lacho Drom, Iker Larreina, del Consejo de la Juventud de Euskadi, Manuel Vizarraga, vocal de Unión Romaní por Andalucía, y Olga Hurtado, del Movimiento contra la Intolerancia. Todos los participantes apostaron por seguir trabajando hasta conseguir la «igualdad real», poniendo en marcha actuaciones dirigidas tanto para la ciudadanía en general como al colectivo en cuestión. Alberto Ríos se centró en la discriminación de las personas gitanas en el contexto judicial y penitenciario. Citó varios casos recogidos por Amnistía Internacional, dos de ellos de la comunidad de Gasteiz. El que más estremeció a los asistentes fue el de un joven, que según el integrante de Gao Lacho Drom, fue golpeado por media docena de funcionarios, por recriminar a uno de ellos, que dio una patada a la correspondencia de su hija. Su familia ha interpuesto una denuncia en un juzgado
Palencia, después de que el juzgado penitenciario de Burgos no constatase la
existencia de abuso de poder entre los funcionarios, ni vulneración de los
derechos del interno. También tomó imágenes de la paliza, que en la tarde de
ayer pudieron verse en el palacio Villasuso de Gasteiz.
Piden que cesen los rechazos en el trabajo, en la sanidad y en los colegios
GASTEIZ El vicepresidente del Consejo para la Promoción y Participación Social del Pueblo Gitano en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, Bartolomé Jiménez, reivindicó ayer las mismas oportunidades para este colectivo que las que disfrutan otros ciudadanos y reclamó que cesen los rechazos en los trabajos, la sanidad, la vivienda, o los colegios. Jiménez intervino en la apertura de las jornadas «Pueblo Gitano del País Vasco: por la diversidad, contra la discriminación», que se celebran en el Palacio de Villasuso de Gasteiz con el objetivo de que los gitanos y los payos se conozcan mejor. El representante de los gitanos pidió a la sociedad un mayor esfuerzo de convivencia «sin olvidarnos de nuestra cultura» y apostó por fomentar un debate social sobre las identidades diversas y los valores compartidos en la sociedad intercultural. Apuntó asimismo la necesidad de abordar la igualdad de trato y la lucha contra la discriminación y el racismo. En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa viven alrededor de 16.000 gitanos, el 60% de ellos en Bizkaia y el resto en Araba y Gipuzkoa, con un 20% en cada territorio, aseguró la directora de Asuntos Sociales de Lakua, Carmen Vicioso, quien reconoció que la discriminación hacia los gitanos «existe todavía». En su intervención al inicio de las jornadas, Vicioso consideró que las razones de esta discriminación no pueden atribuirse al hecho de que es una cultura diferente, sino que lo que realmente afecta a esa dificultad de convivencia está relacionado con «la desigualdad socioeconómica» y con cuestiones «de clase». La directora de Asuntos Sociales solicitó a todas las fuerzas sociales y económicas que colaboren con el Plan para la Promoción Integral y Participación Social del Pueblo Gitano que Lakua aprobó el 16 de noviembre de 2004. Destacó que, transcurridos dos años desde la puesta en marcha de ese plan, se ha avanzado en temas como dar a conocer a la ciudadanía la situación real de los gitanos, eliminar los obstáculos que impedían su acceso a los servicios sociales y a la inserción en la sociedad o escolarizar a los menores. «No hemos avanzado tanto en el aumento de la participación en la vida social», lamentó Vicioso, quien, no obstante, resaltó que las nuevas generaciones de este colectivo se están preparando para hacer frente a los nuevos retos estudiando euskara, nuevas tecnologías y con la incorporación de la mujer al mercado laboral. Durante la inauguración de las jornadas, la diputada de Asuntos Sociales de Araba, Ainhoa Domaica, manifestó que «todos somos iguales pero diferentes», un concepto que debe ser el punto de partida para enfocar las políticas que ayuden a superar la discriminación actual hacia colectivos como los gitanos. Señaló asimismo que existe un «gran desconocimiento» sobre la cultura gitana, de la que dijo que se tiene una imagen «empañada». Domaica se refirió a los convenios que tiene la Diputación de Araba con las asociaciones gitanas, entre ellos los relativos a cursos de formación y de rehabilitación e inserción social de los toxicómanos, o al apoyo socioeducativo a la infancia.
Actos por el Día del Pueblo Gitano en Bilbo
BILBO
Las comunidades gitanas de Euskal Herria y el Estado
español conmemorarán este viernes en Bilbo el Día del Pueblo Gitano en una
jornada organizada por la asociación Iniciativa Gitana, a la que acudirán
organizaciones y asociaciones que componen el Consejo Estatal del Pueblo Gitano.
El programa de actividades previsto fue presentado por el
concejal de Cultura de Bilbo, Jon Sánchez, y el presidente y el secretario de la
Asociación, Marcelo Borja y Mario Gabarri, respectivamente.
Las actividades incluyen una visita guiada por los puntos
de interés de la ciudad y un gran espectáculo flamenco en el teatro Ayala.
Con la conmemoración de este día, la asociación pretende
dar a conocer la situación actual del pueblo gitano en la sociedad bilbaina y
mostrar su voluntad de trabajar «de la mano» de las instituciones en general y
del Ayuntamiento de Bilbo en particular, para «mejorar la situación de los
gitanos en la Villa» y para que se reconozcan sus derechos.
El Día del Pueblo Gitano Vasco se celebró por primera vez
el año pasado, con el objetivo de transmitir los grandes problemas de las
comunidades gitanas.
Como fecha para la celebración se eligió la semana del 16
de noviembre para conmemorar la firma en el Parlamento de Gasteiz, ese mismo día
de 2004, del primer Plan Vasco para la Promoción Integral y Participación Social
del Pueblo Gitano.
Señalaron que la conmemoración anual de esta fecha
representa «mucho más que un día» propio para la comunidad, permite «dar un
nuevo impulso» al desarrollo del Plan y supone también una buena ocasión para
mostrar al resto de la sociedad los numerosos escollos que todavía restan por
salvar en el camino hacia la integración definitiva de la comunidad gitana.
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