Alvaro Reizabal - Abogado
El Gobierno Vasco dispersa
Mikel es un donostiarra que un mal día fue detenido acusado de participar en un altercado en un establecimiento de una multinacional a la que consideraba explotadora de jóvenes. Los ertzainas que le detuvieron dijeron haber encontrado en su cartera un papelito con una anotación que, según ellos, se correspondía con la matrícula de un vehículo camuflado de la Ertzaintza. El siempre negó la acusación, pero el Juzgado Central de Menores le condenó a dos años de internamiento, eufemístico nombre de la prisión para los menores. Empezó a cumplir en “Los Rosales” de Madrid, que tiene más de reformatorio del franquismo que de otra cosa. Quiso el destino que con motivo de una intervención quirúrgica Mikel tuviera que ser trasladado a Donostia en junio, habiendo permanecido en el hospital y, durante su convalecencia, en el centro de menores de Zumarraga, dependiente del Departamento de Justicia de Lakua. Durante su estancia, los máximos responsables del centro trataron en reiteradas ocasiones de que Mikel firmara cierto documento, ofreciéndole a cambio el caramelo de quedarse en Euskal Herria, negándose Mikel, alegando que si legalmente tenía que estar aquí, no tenía por qué firmar nada. Tras unos meses de permanencia en dicho centro, sus regidores propusieron al Juzgado Central de Menores que se sustituyera la medida de internamiento por la de libertad vigilada, que permite hacer vida normal teniendo que comparecer periódicamente en el juzgado o en una comisaría. El 6 de noviembre celebramos la vista para tratar sobre la propuesta, y el mismo día el juez dictó un auto por el que denegaba la libertad vigilada, pero acordaba que la medida de internamiento se cumpliera en el centro de Zumarraga o en otro a determinar por la Viceconsejería de Justicia del Gobierno Vasco. Como pasaban los días y el traslado no se producía, pedimos al Juzgado que procediera a la ejecución de la medida y cuál fue nuestra sorpresa cuando se nos notifica un escrito de la Viceconsejería de Justicia de Lakua en el que se dice que la estancia de Mikel en el centro Ibaiondo desde junio a octubre fue por la aceptación voluntaria de la Dirección de Ejecución Penal para que recibiera atención médica, pero que como la que ahora precisa puede prestarse ya en Madrid, y como no hay firmado un convenio entre la Audiencia Nacional y el Gobierno Vasco, no aceptan el traslado de Mikel a Euskal Herria. El PNV fue uno de los muñidores de la dispersión de los presos vascos. Ahora, el mismo partido y su desdoblamiento EA se llenan la boca pidiendo el acercamiento de los que colaboraron a dispersar. Pero para una vez que la repatriación estaba en su mano la impiden. Hechos son amores y no buenas razones. -
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