La vida política de La Habana ha girado estos días alrededor del Palacio de Convenciones. Allí, en el interior del gran edificio acristalado, entre tres grandes salas con traducción simultánea y circuito cerrado de televisión, se han dado cita ministros y cargos políticos del Gobierno cubano, intelectuales comprometidos, reconocidos escritores, miembros de organizaciones no gubernamentales y organismos solidarios o autoridades oficiales llegadas desde Venezuela, Ecuador o desde puntos más remotos como India o Vietnam. Y, por si lo único que pudiera faltar en esta cita fuera un toque de glamour, el jueves llegó sorpresivamente, y cuando ya nadie le esperaba, el actor Gerard Depardieu.
La aparición del actor francés Gerard Depardieu en la
mitad de un coloquio sobre «Manipulación mediática» añadió color a las jornadas
que se han celebrado en la capital habanera en homenaje a Fidel Castro y que
culminarán hoy con el desfile militar que movilizará a 300.000 personas hacia la
Plaza de la Revolución.
Un participante más
Hablaba el intelectual belga François Hutart sobre las aportaciones de Cuba a una nueva concepción de la cultura cuando Depardieu entró en la sala y se sentó, como un participante más, para asistir durante un rato a la conferencia.
El conferenciante siguió su disertación, el actor se colocó los auriculares para la traducción simultánea y el público, tras unos minutos de miradas para satisfacer la natural curiosidad, volvió a sumirse en el tema que ocupaba el encuentro. Ante la reacción de la concurrencia, un periodista sudamericano observó divertido que «ni siquiera Depardieu, con lo grande que es, hace sombra a Fidel». Poco antes, Hutart había provocado la risa de los presentes al referirse a la particular forma que ha adoptado la revolución en Cuba y al recordar que desde los países socialistas del Este no entendían «cómo se podía construir el socialismo en un país donde todos tocan la guitarra».
Así, entre debates divididos en tres salas, mas de mil
invitados han asistido durante dos jornadas a coloquios e intervenciones en los
que la figura de Fidel ha sido el elemento central y al que, de una forma u
otra, todos los ponentes aludían en algún momento de sus discursos.
Alfonso Sastre
El escritor Alfonso Sastre planteó para el debate la duda de si la conquista de la libertad era una premisa para desarrollar la cultura o si, precisamente, era el desarrollo de la cultura la premisa para la libertad. «Yo, que modestamente voy cumpliendo mis 80 años como Fidel sentenció he visto que Cuba ha conseguido demostrar que no existe tal paradoja, sino que existe la posibilidad de una articulación dialéctica de ambos conceptos. No existe, pues, la paradoja, como tampoco aquella en la que parecían irreconciliables las tareas de la actividad revolucionaria, incluyendo la toma de las armas, con la creación intelectual. Cuba y Fidel han venido a demostrar que también son necesarias las personas que trabajan con el pensamiento y la creación».
Lucius Walker
Referencias al líder cubano que llegaron también de Estados Unidos, de la mano del reverendo Lucius Walker, dirigente de la organización Pastores por la Paz. Lucius Walker sostuvo ante el auditorio que «los pobres del mundo aplauden a Fidel Castro» y criticó que la administración estadounidense impida la visita de ciudadanos estadounidenses a Cuba.
«Temen agregó el reverendo norteamericano que se divulgue cómo esta pequeña isla envía médicos para ayudar a los más humildes de cualquier parte del mundo, mientras mi gobierno manda tropas para matar a inocentes».
Bonafini, Borge, Teitelboim...
Desde Hebe de Bonafini, la madre por excelencia de la Plaza de Mayo, que calificaba de «único» el actual momento político de América Latina, hasta el comandante sandinista Tomás Borge, que no dudaba en adjudicar el triunfo del Frente en Nicaragua a Fidel Castro como «encarnación de todos los revolucionarios del mundo», pasando por el escritor ecuatoriano Raúl Pérez Torres, jubiloso por la derrota de la derecha en su país, las intervenciones de los participantes en los tres paneles temáticos de las jornadas de la Fundación Guayasamín constituyeron un gran homenaje en vida de la izquierda latinoamericana a Fidel Castro, a quien se citó continuamente como referente incuestionable.
Lo dijo explícitamente el intelectual chileno Volodia Teitelboim, para quien «no ha habido en el siglo XX alguien de esta tierra que haya merecido el desconocimiento, la furia y la impotencia del enemigo como Fidel que, contra viento y marea, ha encabezado un proceso de cambio trascendental no sólo en su país, sino también en América Latina».
Un homenaje ininterrumpido, pues, a la figura, a la vida y a la obra de un Fidel Castro que, según dijo ayer el presidente de la Asamblea Nacional cubana Ricardo Alarcón, siguió en directo y «con gran atención» desde el hospital los actos que se celebraron en el Palacio de Convenciones mediante la señal enviada desde allí por el circuito cerrado de televisión. -El Consejo de Ministros en pleno y autoridades políticas
y militares al más alto nivel, presidirán el desfile que moviliza estos días a
los ciudadanos de la capital cubana. La jornada en la que se cumplen cincuenta
años desde que se produjera el desembarco del mítico Granma será «una auténtica demostración de fuerza» ante EEUU y un alarde de adhesión y homenaje a Fidel Castro. Prácticamente descartada la posibilidad de que el líder cubano participe en los actos, los vecinos de cuatro barrios de La Habana, hasta alcanzar el número de 300.000, han sido convocados a la plaza a horas tempranas para participar en el evento. Pedro Sáez, secretario del Partido en La Habana, y responsable de la organización de los convocados, se refirió al acontecimiento como una «gran oportunidad para que el enemigo imperialista compruebe una vez más la fuerza de nuestra Revolución».
