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Gara > Idatzia > Iritzia > Kolaborazioak 2006-12-02
Koldo Sagasti - Brigadista en Palestina
Frente a caridad, solidaridad

A la solidaridad ahora le llaman cooperaci�n, a la militancia voluntariado, y al brigadista cooperante. El sistema nos roba las palabras, los conceptos, vaci�ndolos de contenido pol�tico, prostituy�ndolos, y utiliz�ndolos para sus intereses. Esto, en Palestina, lejos de ser una perversi�n inocente del lenguaje, esconde tras de s� una estrategia absolutamente premeditada y planificada. A d�a de hoy, Palestina es un pa�s absolutamente dependiente de la ayuda externa. Las aportaciones de las instituciones internacionales evitan, por un lado, el colap- so humanitario y social de un pueblo ocupado que ve imposibilitada cualquier v�a de desarrollo. Por otro lado, sin embargo, convierte a Palestina en un proyecto de pa�s dependiente de una ayuda externa condicionada a una serie de requisitos pol�ticos.

Esto se ha visto claramente con el bloqueo econ�mico al que la comunidad internacional someti� al pueblo palestino a ra�z de la victoria electoral de Hamas, y con la actual maniobra de reconstrucci�n de los cuadros del Gobierno de la ANP para contentar a los gobiernos occidentales y acabar as� con un bloqueo econ�mico que amenazaba con conducir al pueblo palestino a una crisis humanitaria seria y al enfrentamiento civil en el propio seno de la sociedad.

Todo obedece a una estrategia bastante truculenta. Por un lado el Estado sionista de Israel con todo su aparato militar se ocupa de hacer f�sica, pol�tica y econ�micamente inviable un proyecto de estado palestino:

­F�sicamente inviable porque el muro del apartheid que Israel comenz� a construir en 2002 sin respetar la L�nea Verde trazada por la ONU y contraviniendo las opiniones consultivas del Tribunal de Justicia Internacional reducir� la superficie de Palestina al 10% de lo que fuera la Palestina hist�rica y la divide en tres ghettos inconexos, lo que dificulta evidentemente y sobremanera la viabilidad de un estado territorialmente dividido en pedazos aislados sin posibilidad de comunicaci�n entre s� (cuatro si contamos el ghetto de Gaza).

­Pol�ticamente inviable porque las instituciones, cuyos representantes han sido elegidos en unos comicios democr�ticos, son sistem�ticamente boicoteadas. Por un lado la fragmentaci�n territorial hace que los diputados electos de Gaza (74 de un total de 130) no puedan acudir al Parlamento palestino en Ramallah por lo que las sesiones parlamentarias se deben realizar mediante videoconferencia. Pero adem�s estas instituciones son ineficaces porque alrededor de 34 de sus diputados, as� como varios ministros del Gobierno, se encuentran en prisi�n. Desde la victoria electoral de Hamas la detenci�n de representantes electos y los ataques a instituciones como el Parlamento pales- tino en Ramallah o la demolici�n de la sede de la ANP en Nablus, han sido incesantes.

­Econ�micamente inviable porque como consecuencia de la ocupaci�n militar y del abso- luto aislamiento f�sico carece de una m�nima infraestructura industrial y de un tejido econ�mico que le pueda permitir la autosuficiencia como estado independiente sin la intervenci�n del capital internacional.

Pero por otro lado hay que valorar en su justa medida el papel que juega la cooperaci�n internacional en esta truculenta estrategia. En este escenario de un gobierno inviable las ONG extranjeras se convierten en indispensables para evitar el colapso humanitario, suplantando el papel de las instituciones elegidas por el pueblo palestino que, de no estar sometidas al boicot israel�, y de tener los recursos necesarios, ser�an autosuficientes para poder gestionar esos servicios.

El problema es que esta cooperaci�n, ayuda econ�mica, caridad, o como la queramos llamar est� supeditada a una serie de condiciones pol�ticas, lo que la convierte en una herramienta de control pol�tico en manos de occidente. Es muy claro el ejemplo de multitud de asociaciones y/o ONG palestinas gestionadas por palestinos a las que aquel organismo estadounidense, USAID, condiciona las posibles subvenciones econ�micas a que firmen un documento de condena del �terrorismo� refiri�ndose como tal a la legitima resis- tencia palestina.

En los �ltimos meses hemos asistido a un experimento sociol�gico que ha tenido como conejillos de indias a los 4 millones de palestinos que viven en Gaza y Cisjordania y que ha puesto en evidencia la eficacia de este nuevo modelo de colonialismo, al que podr�amos denominar oenegeizaci�n. Cuando una organizaci�n como Hamas ha asumido las reglas del juego impuestas por occidente, ha concurrido por primera vez a unas elecciones legislativas y las ha ganado, el resultado no ha sido del agrado de los aparatos de poder occidentales que han puesto r�pidamente en marcha su maquinaria. Las consecuencias no se han hecho esperar, han bloqueado econ�micamente a Palestina hasta empujarla al borde del caos humanitario, han estado a punto de encender un enfrentamiento civil en la sociedad palestina, y con todo ello han empujado al gobierno electo a sustituir a su primer ministro y a formar un �gobierno de unidad� con Fatah, los grandes perdedores de unas elecciones en las que precisamente fueron castigados por los palestinos por su servilismo a los dictados de Israel y Estados Unidos y por la corrupci�n arraigada en un partido hasta entonces anquilosado en el poder.

En este escenario de neocolonialismo econ�mico, vuelven a cobrar m�s vigencia que nunca aquellas palabras del periodista Theodor Herlz, uno de los principales ide�logos y fundadores del movimiento sionista internacional que justificaba as� ante los gobiernos europeos la necesidad de crear un estado jud�o en Palestina: �...ser�amos un centinela, una avanzadilla de Europa frente a los salvajes. Nos mantendr�amos como un estado neutral con unas relaciones continuas con Europa. A cambio Europa deber�a garantizar la existencia de ese estado...�. Por eso es bastante razonable pensar que este modelo de estado dependiente econ�micamente del exterior y con- trolado pol�ticamente tambi�n desde fuera obedece a una estrategia bien pensada y dise�ada.

Entre tanto, y pese a su pol�tica de genocidio y exterminio que diariamente se cobra la vida de civiles palestinos en Gaza y Cisjordania, Israel pretende aparecer ante el mundo como un estado democr�tico y normalizado, (como dir�a Theodor Herlz, como una vanguardia de la civilizaci�n frente a los b�rbaros). Nuestros gobiernos comercian e incluso venden armas a Israel, eso no es ning�n secreto, nuestras universidades tienen programas de colaboraci�n con las universidades del estado sionista, en los centros comerciales podemos adquirir productos de origen israel�, y cuando quiera, equipos deportivos o grupos culturales o musicales financiados por el estado genocida campean a sus anchas por Europa dando una imagen de normalidad y modernismo de su pa�s artificial.

Por eso, lo que necesita hoy m�s que nunca Palestina de las sociedades europeas es una solidaridad sincera y basada en el reconocimiento del derecho del pueblo palestino a su legitima defensa y una apuesta clara y directa por combatir desde la sociedad civil de los pueblos de Europa la �estrategia de normalizaci�n� del Estado de Israel, promoviendo el boicot total al estado terrorista israel� en todas las facetas (comerciales, institucionales, acad�micas, pol�ticas, culturales, deportivas...). Hay que desenmascarar esa fachada de normalidad que pretende vender Israel. Recuperemos pues las palabras, frente a caridad solidaridad. Salud y libertad. Salamat. -


 
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