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Gara > Idatzia > Mundua 2006-12-02
Ni en la mejor novela de espías
El caso Litvinenko tiene todos los ingredientes de la mejor novela de espionaje, con reminiscencias de la «guerra fria» y sobre un fondo de envenenamiento, «genial y perverso» con sustancias radiactivas, y de trafico de material nuclear. los personajes implicados son a cual mas misteriosos y las relaciones entre ellos dignas de la mejor pluma.

Un equipo protegido con ropas especiales frente a la radiactividad realizó ayer en el Royal London Hospital la autopsia al cadáver de Alexander Litvinenko, espía ruso refugiado en Londres y muerto el pasado 23 de noviembre tras ser envenenado con polonio 210.

· Veneno «genial y perverso». El doctor Peter D. Zimmerman tilda así el polonio 210 en la edición europea de “Wall Street Journal”. «No se conocen más de dos personas que hayan muerto envenenadas con esta sustancia; la otra un asistente de Madame Curie hace cien años».

· Marie Curie. Polaca afincada en París, Marie Curie (1867-1934), se convirtió en 1903 en la primera mujer en recibir el premio Nobel de Física por sus trabajos en torno a la radiactividad, concretamente con el material del polonio.

· Una muerte horrorosa. «El material radiactivo llega al aparato gastro-intestinal, donde rápidamente mata las células de la pared del intestino. Estas se despegan, provocando náuseas, hemorragias internas y un dolor insoportable», narra Zimmerman. «Es como si sus órganos internos estuvieran expuestos a un sol abrasador. Con una dosis importante, es una sentencia de muerte. Los médicos sólo pueden paliar la agonía», añade.

· Sencillo y complejo a la vez. Este experto asegura que se trata de un «isótopo bastante corriente» que sirve para ionizar el aire para disipar la electricidad estática de la ropa. La Comisión de Regulación Nuclear de EEUU exige pocas garantías para autorizar la compra de esta materia en poca cantidad. No obstante, Zimmerman matiza que su uso para envenenar implica «toda una organización compleja para lograrlo, transportarlo, manipularlo, dosificarlo y administrarlo».

· Scaramella también da positivo. El italiano Mario Scaramella, que se reunió con Litvinenko el día en que éste cayó enfermo (1 de noviembre) en un restaurante japonés, ha dado positivo en las pruebas de contaminación radiactiva, informó ayer BBC. Los médicos aseguran estar preocupados por su salud «a corto plazo». Este «profesor», con sorprendentes conocimientos sobre el servicio secreto ruso y del que no se sabe ni su fecha de nacimiento, fue exculpado desde el primer día por la familia de Litvinenko, quien asegura que recibió de sus manos un informe con nombres de supuestos implicados en la muerte en atentado a principios de octubre de la periodista ­y azote de Vladimir Putin, Anna Politkovskaya. Scaramella asegura que no comió sushi con Litvinenko.

· Sospechoso para algunos. Dado su oscuro pasado ­en Italia saltan chispas en los más altos niveles del Gobierno de Romano Prodi por sus declaraciones, en las que confirma también haber tenido contactos con la CIA­, no falta quien le acusa. El coautor junto a Litvinenko de la obra «El FSB hace explotar Rusia» sostiene que éste sospechaba de Scaramella como autor de su envenenamiento.

· La pista rusa. Alex Goldfarb, amigo de Litvinenko, asegura haber entregado cartas a Scotland Yard en las que un espía del FSB acusado por Moscú de ser un agente doble de Gran Bretaña, Mijail Trepashkin, previno a Litvinenko de que el servicio secreto ruso iba a mandar «a un equipo de especialistas» contra él y contra el magnate Boris Berezovski, residente también en Londres.

· Seguidores del CSKA de Moscú. El diario “The Guardian” aseguró en su edición de ayer que los investigadores siguen la pista de cinco hombres o más que llegaron amparados en la hinchada moscovita que llegó a Londres para asistir al partido de fútbol entre el Arsenal y el CSKA el 1 de noviembre, el misma día del envenenamiento de Litvinenko.

· Tres antiguos camaradas. El diario ruso “Kommersant” aseguraba en su edición de ayer que un hombre de negocios y dos amigos, los tres diplomados en la misma escuela militar que Litvinenko y con historial a las órdenes de los servicios secretos rusos, se encontraron con el finado el mismo 1 de noviembre, antes del partido, en un hotel. Según este diario, Andrei Lugovoi, Dimitri Kovtun y Viacheslav Sokolenko ofrecieron a Litvinenko brindar por el encuentro, a lo que él se habría negado.

· Más aviones y llamadas a la calma. British Airways ordenó ayer la repatriación desde Moscú de un Boeing 767 para analizar la eventual presencia de polonio, con lo que serían tres los aparatos oficialmente contaminados. Paralelamente, el Gobierno británico reitera sus llamadas a la calma a los 33.000 pasajeros de los vuelos que realizaron en noviembre los dos aviones contaminados y asegura que el nivel de polonio detectado no es peligroso para la salud.

· El caso Gaidar y la pista occidental. Hospitalizado en un hospital secreto en Moscú, tanto su familia como sus portavoces autorizados insisten en que el ex primer ministro ruso Yegor Gaidar fue envenenado en Dublín un día después de la muerte de Litvinenko. No hay confirmación oficial ni por parte de los médicos rusos ni de sus colegas irlandeses que le trataron ­la prensa irlandesa asegura que estuvo tres días en coma­ durante días antes de su traslado a Rusia. La familia y los portavoces de su partido descartan que haya sido envenenado por Moscú. Las fuerzas políticas alineadas con el Kremlin y la prensa retoman con fuerza su tesis de que las muertes de Politkovsakaia y de Litvinenko formarían parte de una conspiración de los «enemigos de Rusia». Apuntan directamente contra el magnate Berezovski.

· La «conexión». Litvinenko y Lugovoi, quien visitó a aquél el día de su envenenamiento, fueron en su día responsables de la seguridad del primer ministro Gaidar ­en tiempos de Boris Yeltsin­.

· La «novela». Gerard de Villiers, autor de la serie de novelas de espionaje sobre las francesas SAS, asegura que los personajes aparecidos hasta la fecha en la trama son «hombres de paja». «¿por qué matar a Litvinenko, un objetivo tan improbable? Y sobre todo, ¿Por qué con un método de crimen de Estado?». A su juicio, el caso tiene unas ramificaciones insospechadas.

· Más preguntas. Que Putin es capaz de todo eso y más lo ha demostrado con creces. Y si no que se lo pregunten no ya a los chechenos sino a Qatar, impotente ante la muerte en atentado del ex presidente checheno Zelimjan Jandarbiev en 2004. En este sentido, la muerte de Politkovskaia ­que denunció las masacres rusas en Chechenia­ alberga pocas dudas. Pero, volviendo a Londres y siempre al margen de la atracción que uno pueda sentir sobre las teorías conspirativas, Putin no es el único capaz.

Pero, de avalar la pista rusa, ¿por qué sus envenenadores dieron tiempo a Litvinenko ­agonizó durante 21 días­ a convertir su muerte en un testamento mediático contra Putin? ¿Sólo para darse, en su caso, tiempo para huir? ¿El caso Gaidar podría ser una cortina de humo? ¿Berezovski es sólo víctima...? -


 
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