El Gobierno en funciones de Ecuador afronta en el escaso mes que le queda de vida, hasta la toma de posesión de Rafael Correa en enero, la nueva provocación del Gobierno colombiano por la reanudación de las fumigaciones en la zona fronteriza entre ambos países.El primer paso del Ejecutivo de Quito ha sido llamar a consultas al embajador en Bogotá, Alejandro Suárez, mientras que anuncia que llevará el tema a instancias internacionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA) y Naciones Unidas. La embajada de Ecuador en Ginebra también tiene orden de invitar al país al relator especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, para discutir los «efectos nocivos para el goce de derechos humanos del traslado y el vertido ilícito de productos y desechos tóxicos y peligrosos».
El lanzamiento de glifosato, un potente herbicida por parte de Colombia, se suspendió el pasado mes de enero después de la negociaciones mantenidas con Ecuador. Bogotá aceptó en aquellas fechas la tesis ecuatoriana para establecer una franja de diez kilómetros en su territorio, desde la divisoria con Ecuador, libre de fumigaciones para eliminar, según la versión oficial, cultivos de coca.
Además, los ecuatorianos culpan al veneno que lanzan los aviones colombianos de numerosas enfermedades, la muerte de animales domésticos y la destrucción de cultivos.
Sin embargo, la relativa calma vivida en la zona fronteriza a lo largo del año se rompió el pasado martes cuando el Ejecutivo de Uribe anunció la reanudación de las fumigaciones en la franja de 10 kilómetros, rompiendo el acuerdo alcanzado con Ecuador un año atrás y sin dejar que concluyeran las investigaciones de los expertos sobre los efectos del glifosato para la salud humana. En Vietnam continúa muriendo gente en la actualidad por los efectos del agente naranja la guerra impuesta por EEUU terminó en 1975 y todavía nacen numerosos niños deformes y con graves deficiencias. En Ecuador, de momento, son miles de personas las que sufren enfermedades graves.
¿Por qué Uribe ha roto de manera unilateral el acuerdo alcanzado con Ecuador? La respuesta, según analistas colombianos y ecuatorianos, pasa por Casa Nariño, la sede presidencial de Colombia.
Así, recuerdan que desde hace quince días el Gobierno de Uribe trata de lanzar paladas de tierra, cuantas más mejor, sobre el último escándalo causado por «sus» paramilitares, al conocerse, con nombre y apellidos, los estrechos vínculos entre importantes políticos y paramilitares para controlar, además de las entidades regionales, el aparato estatal.
Desde Bogotá, observadores locales calificaron de muy peligroso este método para desviar la atención porque podría rebotar contra el Gobierno y agravar aún más la crisis.
Victima del plan Colombia
Entretanto, el portavoz de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Ecuador, Alexis Ponce, manifestó en una entrevista realizada por Radio 36 de Uruguay y recogida por la agencia Anncol, que Ecuador es una víctima más del llamado Plan Colombia.
Ponce afirmó que «el Ejército colombiano ha procedido a incendiar casas de campesinos ecuatorianos, a asesinar gente y las fumigaciones han liquidado nuestras plantaciones, han dejado alrededor de 5.000 personas con graves secuelas en su piel, enfermedades toxicológicas y estomacales».
Este fin de semana, 96 organizaciones campesinas de la zona fronteriza se reunirán en Nueva Loja para denunciar las fumigaciones de glifosato. -
DONOSTIA