FÚTBOL Largas colas en las oficinas de El Sadar para conseguir una localidad
La venta de entradas suscita quejas
La localidades para presenciar el partido de ida de la Copa de la UEFA entre Girondins y Osasuna se acabaron en apenas hora y media
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Todavía no ha echado a rodar el balón en el partido de ida de la Copa de la UEFA en el que se medirán Girondins de Burdeos y Osasuna y el encuentro ya ha deparado su primera polémica: la de la forma en que se han distribuido las entradas para este próximo compromiso europeo rojillo.
En apenas hora y media se finiquitaron ayer las 1.200 entradas -de un total de 2.700- que el club puso a la venta para los socios. Previamente se habían reservado otras mil para la Federación de Peñas, 280 para la plantilla y las 220 restantes para compromisos comerciales y con instituciones.
La rapidez con la que se acabaron y, sobre todo, el hecho de que casi todas ellas fueran adquiridas por unas pocas personas que se presentaron en las oficinas con varios centenares de carnets, generó las protestas de un buen número de socios que guardaban cola desde hacía varias horas.
El club abrió las taquillas casi media hora antes de lo previsto -pasados escasos minutos de las 9.00 cuando el horario establecido eran las 9.30- con la intención de no prolongar más la espera y evitar, de paso, que los ánimos se encresparan. Sin embargo, ello no evitó quejas por parte de quienes habían madrugado para hacerse con una localidad.
De este modo, más de uno elevó su grito hacia el presidente de la entidad rojilla, Patxi Izco, por la fórmula aplicada a la hora de distribuir las entradas. «No hay derecho a que estés aquí un montón de tiempo esperando y luego se queden las entradas unos pocos. Esto está muy mal organizado. ¿Dónde está el presidente ahora?», comentó una aficionada.
Y es que hubo personas que ya desde la tarde del lunes se apostaron en las oficinas y pasaron la noche turnándose para ocupar los mejores puestos de la fila. Así, los seis primeros -al parecer, representantes de peñas, establecimientos hosteleros y agencias de viajes- ya adquirieron ellos solos unas seiscientas entradas.
La directiva, sobre aviso
Incluso quienes tuvieron la fortuna de conseguir una localidad también fueron críticos hacia los rectores osasunistas por no haber previsto una situación de este tipo. Un miembro de una peña rojilla calificó de «mala organización» lo ocurrido y recordó que «ya habíamos advertido a la directiva de que iba a haber mucha demanda y no nos hicieron caso. Ahora se han encontrado con esto», apuntó.
Este masivo nivel de peticiones -se habla ya del tercer mayor desplazamiento de aficionados rojillos tras la final de Copa y el encuentro previo al último ascenso, que se disputó en Gijón- también se ha hecho patente en las solicitudes a las que tuvo que hacer frente la Federación de Peñas, a la que se derivaron un millar de entradas.
Germán Urabaien, presidente de esta asociación, reconoció que se han visto «desbordados» ante tanta demanda y que todas las localidades acumuladas por ellos «se van a destinar a socios que ya las pidieron desde hace bastantes fechas atrás». En cuanto al método utilizado para su venta, fue categórico: «El que madruga se las lleva y no puede hacerse otra cosa. La gente se busca la vida», concluyó.
Por su parte, Angel Vizcay, gerente del club, hizo frente a las críticas asegurando que «lo hemos hecho de la mejor forma que hemos creído posible». «Entiendo el enfado de la gente, pero no se puede hacer otra cosa. A partir de ahora se van a poder adquirir en el estadio y en centros comerciales, como club no nos daban más», afirmó.