israel revienta en al aqsa los tímidos festejos palestinos tras el acuerdo
La irrupción israelí en la Explanada de las Mezquitas, objeto de excavaciones desde el pasado martes, fue ayer el colofón, totalmente esclarecedor, al desconfiado optimismo de la población palestina tras el Acuerdo de la Meca.
Dabid LAZKANOITURURU
Cientos de palestinos salieron en la madrugada del jueves a las calles de la ciudad de Gaza a celebrar el acuerdo alcanzado por Hamas y al Fatah en la ciudad de La Meca. En Ramallah, Cisjordania, banderas de ambas organizaciones desfilaban juntas a primera hora de ayer, como intentando empujar y hacer realidad las promesas de unidad que escucharon la víspera por boca de sus principales líderes junto a la Kaaba, primer lugar santo para la religión musulmana.
Desde las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa hasta la Yihad Islámica, pasando por los Comités de Resistencia Popular y las formaciones que representan a los palestinos con pasaporte israelí, la pléyade de movimientos políticos y armados palestinos saludaron el acuerdo y se comprometieron a apoyar al nuevo Gobierno de unidad.
Poco duró la contenida alegría, nacida de la esperanza en que acabe la sangría interna que se ha saldado en los últimos meses con la muerte de alrededor de ochenta palestinos en unos enfrentamientos fraticidas que han horrorizado no sólo a los palestinos sino a toda la sociedad civil musulmana.
Siguiendo los pasos del ex primer ministro Ariel Sharon allá por setiembre de 2000, la Policía israelí irrumpía en la mañana de ayer, viernes -día de oración en el mundo musulmán- en la Explanada de las Mezquitas y dispersaba a golpes y a granadas a los fieles que rezaban. Decenas de personas resultaron heridas. Un grupo de ellas logró atrincherarse en la Mezquita al-Aqsa y resistía en el interior al cierre de esta edición.
«No nos han dejado tiempo ni para reaccionar», narraba desde Ramallah Samia Shannan, colaboradora de GARA. «Es cierto que ha habido algunas manifestaciones, pero con la que está cayendo en Al Aqsa la gente no está para festejar nada. Si los que viven en Jerusalén ni siquiera pueden entrar a sus casas...», denunciaba a algunos kilómetros del epicentro de esta nueva crisis.
Esta mujer palestina muestra su indignación porque, «como siempre ocurre, es Israel el que marca los tiempos y decide, con una exactitud criminal, sus movimientos en perjuicio de los palestinos».
Curiosa «coincidencia»
Casualmente, y coincidiendo con la llegada de las planas mayores de al-Fatah y de Hamas a Yeddah -invitados por el jefe de la casa de los Saud, rey Abdallah-, las excavadoras comenzaban el pasado martes unas excavaciones junto a la Puerta de los Magrebíes, uno de los accesos a la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo para los musulmanes de todo el mundo, tras La Meca y Medina, y emblema de la lucha de los palestinos por recuperar su tierra y su capital, Al Qods (Jerusalén).
Israel insiste en que estas obras tienen como objetivo remozar una rampa que habría quedado dañada en un reciente terremoto. Altruísmo que choca con una historia plagada de ataques contra vestigios arqueológicos árabes, en un intento de borrar las huellas de la historia palestina en lo que actualmente es el Estado hebreo Y en un escenario, además, acariciado por el sionismo y el judaísmo, que insisten albergaría los restos del Templo de Salomón, demolido por el imperio romano hace 2.000 años.
Como todos los palestinos y sus hermanos árabes y musulmanes, Samia Shannan es tajante. «Es una nueva provocación que busca una reacción en forma de algún ataque de respuesta. Y la verdad es que no lo descarto, por lo menos desde algunas facciones de Hamas. Luego vendrían con el sambenito de `ya están los terroristas palestinos otra vez'», añade.
En esta línea, ella no es muy optimista con respecto a las posibilidades del acuerdo de La Meca, que abría ayer las cabeceras de todos los periódicos locales mientras los palestinos respondían con piedras a los soldados israelíes en Jerusalén y en otras ciudades palestinas. Y no lo es precisamente por la posición de Israel y de EEUU, que harán todo lo posible por que el proceso descarrile». ¿Y Europa? «Los europeos siguen ahí, durmiendo en sus laureles y sin hacer nada. Ahí tienes a Moratinos y a Solana -ministro de Exteriores español y responsable de la UE de Exteriores, respectivamente-, que lo único que hacen es hablar».
Reacciones internacionales
Tanto EEUU como Israel mostraron reservas y prudencia en torno al acuerdo alcanzado en la ciudad santa saudí. Las principales cancillerías de la UE valoraron «positivamente» el acuerdo aunque se alinearon con la posición «prudente» de sus aliados. Sólo Rusia, que forma parte del Cuarteto (junto a EEUU, UE y ONU) que respondió con un brutal boicot económico y político a la victoria de Hamas en las elecciones de enero de 2006, instó ayer públicamente «a debatir el levantamiento del bloqueo, que -recordó- sufre la población civil y afecta negativamente a la situación en la región».
Rusia, heredera de la URSS que trata estos años de resurgir como potencia menor, tiene históricamente su propia agenda en la región de Oriente Próximo Otra cosa es que tenga fuerza para afrontar las presiones del imperio estadounidense.
A la vista de las reacciones, todo apunta a que el acuerdo interpalestino, calculadamente ambigüo, podría tener siquiera una posibilidad de debilitar la posición de los defensores del boicot. Samir Awad, del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Bir-Zeit, en Cisjordania, opina que el hecho de que Arabia Saudita haya patrocinado el acuerdo va a animar a muchos países árabes a quebrantar el bloqueo» y llega a anticipar «brechas en la posición europea, que llevarán al fracaso a la iniciativa liderada por Washington y Tel Aviv». Ambos países, con la ayuda de la UE, exigen que todo nuevo gobierno de la ANP desprecie la voluntad palestina y ponen tres condiciones para levantar su boicot: que reconozca a priori y sin contrapartida alguna el Estado de Israel, que «abandone la violencia» y que asuma las cesiones a Israel decididas en su día por la OLP de Yaser Arafat.
La Declaración de La Meca no recoge expresamente ni siquiera el tercer punto, relativo a las cesiones, tal y como aventuró al-Fatah, al «confundir» una declaración del presidente de la ANP, Mahmud Abbas, con la literalidad del texto acordado.
Con todo, Samia Shannan recuerda que, en todo caso, el final del boicot sería un triunfo de los palestinos. «Han hecho pasar verdadera hambre a la gente para impulsarla a derrocar a Hamas. No calcularon que los palestinos, en este caso para lo bueno, estamos acostumbrados a sufrir, De su fracaso surgió la estrategia de impulsar los enfrentamientos sangrientos«, añade.
Una estrategia en la que los palestinos ven clara la mano de EEUU y de Israel pero en la que Shannan incluye una clave interna que le lleva a ratificar su escaso optimismo inicial con respecto al acuerdo. «Antes de nada te digo que yo no apoyo a Hamas y que en ningún momento se me ocurriría hacerlo, porque discrepo de sus posiciones en materia social y en otros aspectos y no creo que un Gobierno de Hamas sea lo mejor para los palestinos. Pero, dicho esto, hay que recordar que hay que respetar la voluntad del electorado y denunciar que al-Fatah está llevando a cabo la política de EEUU», añade.
Compara, en este sentido, lo que ocurre en los territorios ocupados con la política de EEUU en América Latina, «donde ha contado con el apoyo de sectores nativos para llevar adelante sus planes golpistas».
Porque ella tiene claro que «no estamos ante una guerra civil en ciernes, sino ante un intento de golpe de estado en el que al-Fatah juega el papel de provocador de enfrentamientos entre hermanos».
Más optimista, el principal diario palestino, Al-Qods, aseguraba ayer que «la pelota vuelve a estar en el tejado de Israel, EEUU y Europa». Ayer por lo menos volvió a Palestina como un boomerang sangriento.