El Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos condenó ayer «los ataques, amenazas de muerte y allanamientos» sufridos por varios activistas de Guatemala. En un comunicado, expresó su «preocupación por el incremento de este tipo de actos». Alertó también de la «permanente situación de peligro existente y la persistencia de graves actos de violencia». Por ello, urgió a las autoridades guatemaltecas a que «adopten todas las medidas oportunas y apropiadas para que todos los defensores de derechos humanos reciban una protección eficaz que les permita un cabal desempeño de sus actividades».

El primero de los hechos denunciados ocurrió el pasado día 2 cuando hombres armados secuestraron al coordinador del área de derechos humanos de los pueblos indígenas del Centro de Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH), Roberto Morales. Fue liberado en una colonia cercana por los raptores, que lo amenazaron de muerte y abandonaron después su coche, un ordenador portátil y documentos, lo que a juicio del Observatorio evidencia que no se trató de delincuencia común. Aludió además al allanamiento, entre la mañana del 3 y el amanecer del día 5, de las oficinas que comparten el Movimiento Nacional de Derechos Humanos, la Unidad de Protección de Defensores de Derechos Humanos y la asociación Comunicación para el Arte y la Paz. El día 5, la abogada de CALDH Angélica González encontró una nota amenazante en su vehículo.

El Observatorio destacó que estas organizaciones «trabajan por la lucha por la justicia en crímenes del pasado y desarrollan una acción constante de denuncia de vulneraciones».