FUTBOL Los blanquiazules no merecieron perder
La terca realidad se impone al deseo de los realistas
El Madrid marcó en dos errores de Bravo en sus primeras aproximaciones al área local y logró remontar el tanto que Aranburu, tras otro fallo de Iker Casillas, consiguió en el comienzo del partido.
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
El deseo de todos los realistas de iniciar la reacción con el triunfo más deseado ante el equipo menos querido se desvaneció con la terca realidad. Ganar al Madrid siempre es difícil y más cuando llega tan motivado. Y si la Real está tan rácana a la hora de marcar goles y además padece la peor tarde de Bravo en uno de sus mejores partidos...
Porque el Madrid necesita muy poco ganar y cualquier error se paga caro. Así su efectividad plena en las dos primeras aproximaciones al área de un desconocido portero chileno acabó con la ilusión de la Real y de su afición de obtener un triunfo que le devolviera la esperanza. El conjunto blanquiazul y su gente volvieron a estar plenos de motivación, se jugó con mucha intensidad, pero eso no basta cuando se enfrenta a un gran equipo que llegaba con sus jugadores igual de mentalizados para poner fin a la crisis.
Si algún iluso pensaba que los blancos iban a llegar a Anoeta a dejarse ganar para poner fin a la etapa de Capello en el banquillo madridista se equivocó por completo. Raúl siempre ha apoyado a Capello y Beckham es un gran profesional. Ellos fueron los exponentes claros de que el Real Madrid, a falta de juego, que demostró no tenerlo, iba a poner la misma motivación de los de Lotina para ganar.
Y como la Real tampoco está con demasiado juego, a igual motivación se impone la mayor calidad del Madrid. Porque los jugadores blanquiazules ponen todo lo que tienen a nivel de actitud, pero para ganar partidos hay que tener más efectividad en el juego ofensivo.
Los jugadores importantes
Cuando un equipo llega a situaciones límites los entrenadores no tienen más remedio que situar en el campo a sus jugadores más importantes. Así Capello rectificó la decisión tomada sobre David Beckham y situó al inglés junto a Raúl y Guti en la línea de tres por detrás de Van Nistelrooy y Lotina también colocó a Aranburu y Kovacevic en su alineación, aunque luego le sobraron demasiado rápido.
Con la negación de todos de cara al gol no dejarle al serbio más de una hora de juego acaba por minar su maltrecha moral y retirar al jugador que ha marcado los dos últimos goles no es la mejor manera de conciliarse con el arte que impide a la Real culminar cualquier faena.
El primer tiempo hizo buena esa apuesta por los jugadores importantes favorecidos por los errores de dos buenos porteros. Aranburu aprovechó un fallo de un inseguro Casillas para cabecear a placer y Beckham provocó el tercer error importante de Bravo en disparos demasiado lejanos en lo que se lleva de año al no reaccionar de manera adecuada en una falta directa lanzada por el inglés.
Fue una pena porque el Real Madrid no fue capaz de crear la más mínima opción de peligro en todo el primer tiempo y esa falta le bastó para equilibrar un partido que se había puesto en su inicio de la mejor manera para los realistas, a los que no les gusta llevar la iniciativa. Así los blanquiazules controlaron sin problemas al Madrid apoyados en el gol y en una mayor agresividad de un equipo que con Kovacevic, Aranburu, Rivas y Elustondo presionaba bien la salida del balón madridista.
Hubo una jugada clave en la que pareció que Cannavaro cortaba en falta una jugada de Xabi Prieto que hubiera supuesto la segunda tarjeta del italiano. El partido estaba como quería la Real y Kovacevic puso en aprietos a Casillas en un disparo con bote desde fuera del área. Pero los blanquiazules no aprovecharon esa opción ni los cuatro corners ni las tres faltas botadas en el primer tiempo desde las inmediaciones del área, mientras que el Real Madrid sacó petróleo de una de sus dos únicas opciones de estrategia.
Es lo que tiene un grande como el Madrid. Necesita muy poco para hacer goles por la calidad de sus futbolistas. Así le bastó su segundo acercamiento al área de y un nuevo error de Bravo para que Van Nistelrooy demostrara su olfato goleador y adelantara a su equipo.
Querer y no poder
Lotina reaccionó al golpe con la retirada de Aranburu y Kovacevic y, aunque el empate pudo llegar en dos buenas opciones de Xabi Prieto y Germán Herrera, el Real Madrid poco a poco se apoderó del partido y acabó con las pocas esperanzas que mantenían los realistas.
El problema no es el partido de ayer, sino todos los anteriores ante rivales de menor entidad que no se han ganado y que dejan a la Real con la obligación de vencer encuentros poco factibles para no acortar más el margen de error de un equipo obligado a lograr nueve partidos en dieciséis jornadas. Algo que, siendo realista, es casi imposible.