La alcaldesa de Iruñea, Yolanda Barcina (UPN), puso ayer la primera piedra de las instalaciones deportivas municipales que se van a construir en el solar donde antiguamente se hallaba el frontón y posterior gaztetxe Euskal Jai de la capital navarra. Este proyecto tendrá un gasto de 6,1 millones de euros y una superficie de 4.454 metros cuadrados.

Sin embargo, hay muchos vecinos que no ven con buen ojo el proyecto del centro termal y, coincidiendo con la colocación oficial de la primera piedra, manifestaron su oposición al proyecto. Fueron miembros de la Asociación Vecinal Alde Zaharra, la Asociación de padres y madres del colegio San Francisco y de Gazte Asanblada los que denunciaron que dicho centro no es una prioridad, y que el barrio tiene numerosas necesidades, como una plaza cubierta, un instituto, espacios para jóvenes o infraestructuras para los mayores.

En nombre de la asociación vecinal, Andoni Iribarren recordó, además, que el PEPRI establece claramente que «resulta ineludible satisfacer en primer término las necesidades de la población residente», y dijo que el centro termal, además de no ser prioridad, no es una dotación para el barrio, sino para toda la ciudad.

Carta al embajador israelí

Por otro lado, Iribarren se refirió a la solicitud hecha recientemente para declarar este solar «Bien de Interés Cultural», que les fue denegada el pasado 5 de febrero.

El portavoz de la asociación vecinal incidió en las especiales características del solar, que hacen posible una buena conservación de los restos, y comentó que en esa zona es donde debería estar la aljama o judería de la antigua capital navarra. Por ello, desde la asociación han enviado una carta al embajador del Estado de Israel en el Estado español solicitándole que tome cartas en el asunto en aras de conservar «las trazas del pasado hebraico de nuestra ciudad».