Arranca la nueva edición de Arco con las puertas abiertas al gran mercado del arte
Coleccionistas, compradores y amantes del arte visitan desde ayer la Feria Internacional de Arte Contemporáneo. Se trata de la XXVI edición de Arco, que se presenta más internacional que en anteriores ocasiones, y con unas expectativas de ventas y visitantes muy optimistas, dada la euforia que el sector ha conocido en los últimos años. Destinada a impulsar el coleccionismo privado, pero sin dejar de lado la promoción del arte emergente, la cita se despedirá el lunes.
GARA | MADRID
En la jornada de ayer quedaba inaugurada oficialmente la nueva edición de Arco, la XXVIª, más internacional que las anteriores y con unas expectativas de ventas y visitantes muy optimistas, dada la euforia que en los últimos años vive el sector. Son más de tres mil los artistas que exponen su obra este año en esta feria que, en sus cerca de 23.000 metros cuadrados de superficie, ha logrado reunir a 271 galerías de unos 29 países -50 galerías se incorporan por primera vez a la cita-.
Muchas son las novedades que ofrece Arco 2007 a visitantes y compradores, como una nueva directora, la donostiarra Lourdes Fernández, y un espacio dedicado a Corea del Sur, el primer país de Asia invitado a este escaparate de la creación contemporánea. Este recorrido por el mercado coreano, en plena ebullición, puede continuar en la exhuberancia brasileña como antesala de lo que será su desembarco como invitado en 2008, pasando por el contraste de la creación emergente latina y por la nueva generación de proyectos y artistas que trabajan con los nuevos medios tecnológicos y audiovisuales.
Mientras tanto, artistas consagrados y emergentes ya comparten espacio -blanco inmaculado- en una edición que confía cerrar sus puertas el lunes por la tarde con un incremento de ventas superior al trece por ciento de 2006, porcentaje que ya supuso un récord. Y, según sus organizadores, hay precios para todo tipo de bolsillos: desde los nueve millones y medio de dólares que cuesta un Bacon, la obra más cara de la feria, hasta los 150 euros que marcan los grabados o dibujos de artistas que dan sus primeros pasos en el mercado del arte.
El más caro, un Bacon
Precisamente, los primeros cálculos de las galerías participantes, facilitados por los organizadores de la feria, sitúan de nuevo a Francis Bacon al frente de la lista de precios. Si en la edición del pasado año hacían falta 6,9 millones de dólares para adquirir una obra del pintor británico expuesta por la sucursal de la galería neoyorquina Marlborough, en esta ocasión serán necesarios 9,5 millones para ser propietario de «Study form the human body figure in movement» (1982).
En el otro extremo podría citarse la galería francesa Sollertis, que ofrece por 150 euros «Desde el Norte», un dibujo con tinta en color sobre papel de Pauline Fondevilla.
Antes de que la feria emprendiera ayer su nueva edición, la víspera abría sus puertas a los profesionales para mostrar un Arco destinado a impulsar el coleccionismo privado y aumentar las ventas, objetivos prioritarios de Lourdes Fernández, según indicó ante la prensa.
La escasez de macro-instalaciones o de montajes ultramodernos, como se ha visto en ediciones anteriores, es también una de las notas novedosas de esta feria, en la que abundan los soportes no pictóricos.
Por lo demás, se mantiene la promoción y distribución internacional del arte emergente como otro de los objetivos, esta vez mediante la incorporación de un programa único, «Proyectos», destinado a apoyar las propuestas de más ferviente actualidad artística. La sección aglutina apuestas creativas a través de una amplia selección de galerías que trabajan como verdaderas plataformas del arte del siglo XXI. Tampoco falta «The black box», un veterano programa que sigue apoyando los últimos proyectos producidos en entornos tecnológicos, con el fin de promover su coleccionismo y facilitarle una posición sólida en el mercado.