El filme-denuncia sobre Ciudad Juárez no cala en la Berlinale
La Berlinale se erigió ayer en plataforma de denuncia de las muertes masivas de mujeres de Ciudad Juárez con «Ciudad del silencio", aunque el festival no se creyó ni a su protagonista, Jennifer López, ni esa película, más cercana al cine de acción que a un tema de esa dimensión social.
Gemma CASADEVALL | BERLIN
La Berlinale tuvo a su pareja de lujo, Jennifer López y Antonio Banderas -quien interpreta un papel secundario-, pero la crítica internacional se tomó casi a risa un film que no encaja en lo que se espera ver en un festival. Había un ambiente adverso de entrada, pues se daba por supuesto que «J.Lo» no sería capaz de dar cuerpo a una periodista metida a investigar las muertes de centenares de mujeres en esa ciudad fronteriza mexicana.
La presencia en la Berlinale de Norma Andrade, madre de una de esas muchachas desaparecidas cuya muerte no se ha esclarecido aún, dio la dimensión justa de las cosas y sirvió al objetivo del director, Gregory Nava, de «denunciar esa cuestión». «Por favor, no se callen, escriban. Escriban hoy, y pregunten también dentro de ocho días qué pasa en Ciudad Juárez», clamó Andrade, con lágrimas en los ojos y portando una foto de su hija con la palabra «justicia».
Andrade, viuda y maestra de primaria, llevó a la Berlinale la lucha de tantas mujeres como ella contra la impunidad de unos crímenes que empezaron en 1993, con la instalación de las maquiladoras, plantas de ensamblaje donde abunda el empleo femenino como mano de obra barata. Explicó, además, que por duro que pueda parecer el filme, éste se queda corto, «porque la verdad es mucho peor» que lo que se ve.
«Tal vez hoy mismo aparezca otra muchacha muerta», dijo, puesto que el cómputo de víctimas -unas cuatrocientas asesinadas y cientos de desaparecidas, según cifras oficiales- sigue, mientras se barajan distintas teorías que van del crimen organizado al individual.
El testimonio de Andrade conmovió a la Berlinale, pero la proyección previa para la prensa fue cruel con una Jennifer López comprometida con la causa -«uno no puede cruzarse de brazos y volver a la rutina», dijo- pero que no ha nacido para esos papeles.
Carcajadas y risas irónicas
En las escenas en que se muestra más «combativa» se escucharon carcajadas, hubo risas irónicas en la escena de amor que protagoniza con Juan Diego Botto y abucheos al final de la proyección. Nava, además, tuvo la mala fortuna de incorporar al cantante Juanes interpretándose a sí mismo ante una muchacha mexicana que lo idolatra, y con ello se coronó el festín de risas.
El problema de «Ciudad del silencio» no es que López sea o no floja como actriz, sino el concepto en sí del film. Un tema como los crímenes de Ciudad Juárez necesita de una película como «María, llena eres de gracia» y una intérprete como Catalina Sandino, quien sí tocó la fibra y triunfó ante la Berlinale hace tres años en su papel de «mula» o transporte humano de droga de Colombia a EEUU.