Sólo la final copera de hace dos años supera en el ranking de desplazamientos masivos de hinchas rojillos al que se produjo este pasado miércoles a Burdeos. Pese a tratarse de unos dieciseisavos de la Copa de la UEFA -la misma que disputó en la campaña 91/92 ante el Ajax-, la cercanía física de la capital aquitana multiplicó exponencialmente la afluencia de aficionados a un estadio rival.

Aunque con la dificultad propia de ajustar un número exacto dadas las enormes cifras barajadas, los cálculos aproxima- dos determinaron que alrededor de 7.000 osasunistas se dieron cita en el Stade Chaban Delmas. Guarismos que superan con creces anteriores muestras de apoyo, motivadas por la buena o mala situación deportiva del club.

Además de los más de ochenta autobuses contratados fundamentalmente por peñas rojillas, un buen número de aficionados, a la vista de la mencionada proximidad entre ambas ciudades, se desplazó en coche hasta Burdeos no sólo la fecha del partido, sino incluso algún día antes para aprovechar la excursión con fines turísticos.

Con todos estos ingredientes, el Girondins-Osasuna ha ascendido momentáneamente al segundo puesto en la curiosa clasificación de los apoyos multi- tudinarios a la escuadra navarra, sólo superado por la final copera ante el Betis.

Será, de hecho, difícil batir los números de esta última cita, en la que se concentraron nada menos que 20.000 hinchas en el Vicente Calderón, que pudieron haber sido bastantes más de no ser por el chanchullo que la Federación llevó a cabo en beneficio del Betis -al que envió muchas más localidades-, y ante el que la directiva osasunista sólo tuvo tímidas quejas, que quedaron en agua de borrajas.

Este último desplazamiento a la ciudad bordelesa ha dejado atrás a otras citas que gran parte de la afición guarda en su retina. Así, la penúltima jornada liguera de la temporada 1999/2000, disputada ante el Sporting de Gijón, consiguió unir a unos 5.000 aficionados, que vieron in situ cómo Osasuna lograba empatar in extremis y encarrilaba su último ascenso a Primera División.

En el cuarto lugar, otra fecha con bastantes similitudes a la de la ciudad asturiana. Era el 1 de junio de 1980 de una tarde so-leada en Murcia en la que el club de la Plaza del Castillo se jugaba regresar a la máxima categoría ante unos pimentoneros que ya eran matemáticamente campeones de la Segunda División. Un gol del txantreano Txuma Rández en el minuto 26 hizo las delicias de los más de 4.000 seguidores que se congregaron en las gradas de La Condomina.

También a las duras

Pero el apoyo al equipo no sólo se ha producido cuando las cosas han ido de cara. Algunos éxodos motivados por el cierre de El Sadar y momentos muy delicados por la situación deportiva del club han sido la mejor muestra de la fidelidad de la afición hacia su escuadra.

Entre ellos, destaca el peregrinaje en tren que debieron realizar los más de 3.000 aficionados en dirección a Gasteiz para apoyar con su aliento a un objetivo que se antojaba casi imposible, pero que se alcanzó: evitar el descenso a Segunda B.

A menor nivel y de manera más periódica, también ha habido desplazamientos masivos coincidiendo con la celebración de derbis con otros conjuntos vascos, destacando especialmente el que disputaron los rojillos ante la Real Sociedad hace seis años salvando la categoría en la última jornada.

Un esfuerzo el de la afición que, como no podía ser de otra manera, encuentra respaldo y reconocimiento en la plantilla. El capitán Patxi Puñal fue el primero en expresar este agradecimiento a la finalización del choque contra el Girondins y de insistir en que el apoyo de la grada es muy importante para los jugadores.

Precisamente, el uhartearra es una de las piezas que casi con toda seguridad no tocará Ziganda de cara al compromiso liguero del domingo ante el Celta. La sanción de un partido por la quinta tarjeta amarilla de Nekounam invita a ello, dado que el de Larraintzar no cuenta con otro claro pivote defensivo.

El centrocampista rojillo ya está mentalizado de cara a la visita de los gallegos, «ante los que hará falta todo porque van a venir a tope, pero estamos concentrados y sabemos que, si ganamos, podemos abrir más brecha con los puestos de descenso».

De hecho, obtener sendas victorias consecutivas en los dos partidos caseros ante celtiñas y Espanyol traerían consigo, a juicio de Puñal, que el equipo «tuviera que mirar hacia arriba, pero es el cuento de la lechera y primero hay que jugar estos encuentros».

A esas dos citas caseras hay que sumar los partidos de vuelta de UEFA y Copa, con diferentes opciones a priori, lo que completa un apretado calendario de citas deportivas en El Sadar, con especial relevancia a la vuelta frente al Girondins.

Aunque planea en el ambiente lo ocurrido ante el Hamburgo, «va a ser muy diferente, porque aquello nos pilló de pardillos. Hemos adquirido experiencia europea y ello nos ha curtido», especificó Puñal.