Sobre las 19.30, tomó tierra en el aeropuerto de Las Palmas un Boeing 737-700, con 79 personas a bordo. Al parecer, el secuestrador, un mauritano que llevaba dos pistolas, exigió que la nave -que debía hacer escala en Nuadibú antes de llegar a Las Palmas- aterrizara en París, donde al parecer pensaba pedir asilo político, pero la tripulación del aparato le explicó que no disponía del combustible suficiente para completar el trayecto hasta la capital francesa.

La tripulación intentó aterrizar entonces en el aeropuerto de Dajla, en el Sahara Occidental, pero las autoridades marroquíes le denegaron el permiso, una circunstancia que confirmaron fuentes oficiales de ese país.

El avión aterrizó hacia las 19.15 GMT en el aeropuerto grancanario y se encontraba en la base militar de Gando, situada junto a las pistas del aeropuerto de Gran Canaria.

Después de que el avión tomara tierra, agentes de la Guardia Civil detuvieron al secuestrador y liberaron a sus ocupantes, de los que veinte fueron atendidos por personal del Servicio de Emergencias y Seguridad del Gobierno canario, según informaron a Efe fuentes del 112.

El alcalde de la localidad mauritana de Inal, Mohamed Ahmed Brahim, quien viajaba en el avión secuestrado, aseguró que media docena de pasajeros se lanzaron durante el aterrizaje sobre el secuestrador, quien no llegó a realizar ningún disparo con las dos armas que portaba. Añadió que el secuestrador en ningún momento explicó a los pasajeros el motivo de su actuación y que, después de que se introdujera en la cabina del piloto, fue éste quien salió a explicar a los viajeros que se iban a desviar a Dajla (Sáhara Occidental).

La subdelegada del Gobierno español en Las Palmas, Carolina Darias, confirmó que fueron los propios pasajeros los que redujeron al secuestrador.

Testigos presenciales dijeron haber visto algunas personas que, después de salir del avión, echaron a correr por las pistas del aeropuerto.

El aeropuerto de Gran Canaria se reabrió de nuevo al trafico aéreo a las 20.40 horas locales, después de permanecer cerrado desde las 19.30 horas, cuando aterrizó el avión secuestrado.

Una veintena de pasajeros fue traslada a centros sanitarios para que les trataran de lesiones de carácter leve como erosiones o policontusiones, según indicaron los servicios de Emergencias del 112. A la hora de cerrar esta edición no había constancia de que hubiera heridos de consideración grave y se reiteraba que presentaban policontusiones y erosiones de carácter leve.

Los Servicios de Emergencia precisaron a las agencias de información que también había varias personas afectadas por «fracturas leves, magulladuras fuertes o torceduras que debían ser analizadas», por lo que se requirió que fueran trasladados al hospital Insular y al hospital Doctor Negrín, ambos situados en Gran Canaria, para recibir la atención médica que necesitaban sus lesiones.

El Servicio de Urgencias de Canarias (SUC), dependiente del 112, envió un total de siete dotaciones a las instalaciones del aeropuerto de Gando en Las Palmas de Gran Canaria.

En un primer momento fueron movilizadas cinco ambulancias, dos de ellas medicalizadas, otra sanitarizada y dos de soporte vital básico. Posteriormente fueron enviadas otras dos ambulancias de refuerzo.

Todas las dotaciones de Bomberos disponibles en la zona de Las Palmas acudieron también al aeropuerto de Gando. GARA