La izquierda abertzale encara las elecciones con la vista en el proceso
Bastó una breve reflexión de Arnaldo Otegi sobre la estrategia electoral de la izquierda abertzale para que se creara una cascada de reacciones entre la clase política vasca. Apenas faltan cuatro meses para que se cumplan cuatro años desde que se consumara un apartheid político sin precedentes en la historia reciente de Europa. Incluso quienes afirman que Batasuna tiene que estar presente, exigen a esta formación nuevos pasos para «validar" sus votos.
GARA |
En mayo de 2003 se consumó el apartheid político diseñado por el PP y el PSOE para impedir que la voluntad de la ciudadanía vasca tuviera un reflejo real en las instituciones municipales y forales de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa Garaia. Ese apartheid ha sido mantenido durante esta legislatura, no sólo por los representantes de PSE-PSN y PP-UPN, sino también, salvo casos excepcionales, por los de PNV, EA, EB y NEB y Aralar. Cuatro años después, desde Batasuna se insiste en que esta opción estará presente tanto en la cita con las urnas como en las instituciones que serán renovadas por la ciudadanía el próximo 27 de mayo.
En ese contexto, una reflexión de Arnaldo Otegi provocó ayer una riada de declaraciones de otros portavoces políticos sobre el panorama que le espera a la izquierda abertzale ante los próximos comicios. «(Nos presentaremos) como lo que somos y ése es nuestro derecho», comentó el mahaikide durante una entrevista emitida por ETB.
«Lo que sí queremos plantear es que, desde nuestro punto de vista, la no presencia legal de listas de la izquierda abertzale en estas elecciones sería una mala señal, porque significaría que, en estos meses previos, no hemos sido capaces de construir confianzas y bases sólidas suficientes», puntualizó.
Expresó su convicción de que «la izquierda abertzale va estar en esas elecciones y que ése es un escenario posible, deseable, que afianza el proceso en términos de conversaciones democráticas y de confianza. Además -manifestó-, estoy convencido de que haremos una gran marca electoral el día que nos presentemos». El mahaikide relacionó en todo momento el discurrir de la carrera electoral con la evolución del proceso de resolución del conflicto político.
En esas mismas claves se han venido presentando en las últimas semanas distintas plataformas ciudadanas que se configuran como el germen de las candidaturas que la izquierda abertzale presentará a las electoras y electores de los cuatro herrialdes de Hego Euskal Herria la próxima primavera.
Unas iniciativas a las que, en capitales y a nivel provincial, han dado apoyo y han puesto rostro destacados representantes de la izquierda abertzale, muchos de ellos con larga experiencia en las contiendas electorales y en la labor institucional. Lo mismo está ocurriendo en las presentaciones de carácter local, en cuyas comparecencias públicas se han dado cita tanto electos que han ejercido sus mandatos dentro de las instituciones como aquellos que han desarrollado su labor durante estos cuatro años de apartheid.
Además, en sus intervenciones, los portavoces de estas iniciativas de la izquierda abertzale no están ocultando la relevancia del momento actual, en el que, precisamente, se percibe en la sociedad «sed de cambio» y Euskal Herria se encuentra inmersa en un proceso democrático que tiene como objetivo alcanzar una solución justa y duradera.
Contextos distintos
Mientras desde Batasuna se insiste en mirar al futuro con optimismo, confiando en el diálogo como eje para avanzar en el proceso comentado, otras fuerzas políticas continúan reclamando de la izquierda abertzale posicionamientos de distinto tipo sobre hechos concretos, como pueden ser ciertos actos de kale borroka, o sobre la esencia del apartheid: la Ley española de Partidos Políticos. Mensajes que, en muchas ocasiones -y ello no parece una casualidad-, se dirigen personalmente hacia el portavoz de Batasuna.
El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, fue uno de los que ayer reclamó a Arnaldo Otegi que «responda» y se posicione ante las «amenazas, acosos y violencia» ejercida por «grupos de fascistas» contra sedes de algunas formaciones políticas. El líder jeltzale se refería en esos términos a quienes en los últimos días han atacado sedes del PNV y del PSE; la mayoría de esas acciones han sido justificadas por sus autores como denuncia de la situación que sufren los presos políticos vascos y, concretamente, Iñaki de Juana, que hoy cumple 102 días en huelga de hambre.
«Los demás también tenemos derecho a que cese el acoso sobre nuestras formaciones políticas, a tener conversaciones políticas en igualdad de condiciones sin ser objeto de amenazas», reiteró Imaz durante una rueda de prensa, en Bilbo, en la que se presentó e-batzokia, el primer batzoki virtual.
Desde el PSE,Miguel Buen condenó los ataques contra dos sedes de su partido y un batzoki del PNV en Donostia y emplazó emplazó a la izquierda abertzale «no para que condene esos atentados, sino para que les ponga fin», apelando a que «el ejercicio de la política es incompatible con estas acciones».
El secretario general del PSE de Gipuzkoa replicó a las declaraciones de Otegi asegurando que «él sabe que no es compatible con estos ataques» que la izquierda abertzale esté en los próximos comicios. «De una vez por todas, si (Otegi) quiere ejercer un liderazgo en ese mundo radical tiene que ejercerlo de verdad, tiene que hablar menos y hacer más», comentó.
Sin entrar en los acontecimientos del día, pero sí replicando a las declaraciones del portavoz de Batasuna, Alfredo Pérez Rubalcaba comentó que la formación abertzale «tendrá que cumplir la ley», igual que el resto de las fuerzas políticas, si quiere concurrir a las próximas elecciones.
El ministro de Interior no añadió más palabras a su valoración sobre un tema en el que el PP mantiene su acoso al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Ayer fue la del PP en la CAV, María San Gil, la que instó al Ejecutivo español y a la Fiscalía a que hagan «todo lo posible para que Batasuna no consiga burlar la ley y presentarse a los comicios».
San Gil, que visitó en Getaria una bodega de txakoli acompañada por otros dirigentes de su partido, consideró «inadmisible» que Batasuna pretenda «burlar la ley» para concurrir a las elecciones con una «marca de la izquierda abertzale». «La sociedad vasca y española -aseguró- exigen de su presidente del Gobierno la firmeza y la contundencia necesaria para que tengamos la garantía de que Batasuna no va a estar presente» en dichos comicios.
De pueblo en pueblo
Precisamente, en Gipuzkoa han continuado sucediéndose las presentaciones de ciudadanas y ciudadanos de izquierdas y abertzales que han anunciado su intención de concurrir a los comicios de mayo.
Hernani, Azpeitia, Elgeta y Lasarte-Oria son algunos de los municipios en los que se han desarrollado estos actos en los últimos días y donde se ha adelantado la intención de confeccionar un programa de cara a la cita con las urnas.
En Hernani, se criticó duramente la actuación del resto de las formaciones políticas que, valiéndose de la exclusión de la izquierda independentista, «lo primero que hicieron fue subirse el sueldo, luego cerraron el Ayuntamiento, pusieron cámaras, no se tratan las mociones...». «Están hipotecando el futuro de este pueblo, impulsando proyectos que afectarán negativamente al medio ambiente y a nuestra calidad de vida, y vendiendo el patrimonio del municipio» denunciaron. Explicaron, además, que llevan varios meses elaborando un diagnóstico sobre la situación de esta localidad, cuyas conclusiones han sido incorporadas a un revista, que será difundida casa por casa. Ése será el «punto de partida» para el programa con el que se perseguirá «construir un Hernani de izquierdas, abertzale y progresista».
En Lasarte-Oria también anunciaron que garantizarán que «un proyecto de izquierdas y abertzale estará presente en el Ayuntamiento», al tiempo que denunciaron el apartheid.
Con la misma idea, vecinos y vecinas de Azpeitia se congregaron para explicar que «la izquierda abertzale no va a dejar huérfano a nadie; nos vamos a presentar a las próximas elecciones con la esperanza, el compromiso y la seguridad de hacer una política efectiva».