Maite SOROA | msoroa@gara.net
Solitos y felices
Los del PP se quedaron más solos que la una en el Congreso español y quienes, desde la prensa, le marcan el paso a Rajoy mostraban ayer su felicidad.
Según «La Razón» el triunfo fue espectacular porque «todo el andamiaje del PSOE para aislar al PP, basado en que comparte con los demás partidos un frente común, se vino abajo en pocos minutos». Una no tiene esa misma impresión, pero de lo que se trata en los medios ultras es de animar al candi- dato al que, después de su siguiente fracaso, se merendarán con zanahorias y patatitas.
Para mayor gloria del que va camino del sacrificio aturdido como un corderito, Francisco Marhuenda hablaba en el mismo medio de «la grandeza de la soledad» y le susurraba a Mariano que «la soledad del PP es irrelevante, porque cuenta con la mayoría de la sociedad española». Y como resulta que esa mayoría de esa «sociedad española» no les vota, va Marhuenda y lo explica: «Es cierto que una parte está adormecida por el mensaje simplón e insolvente de Zapatero, pero al Gobierno hay que darle cuerda para que se ahorque solito».
El editorialista del «Abc» sentenciaba que lo ocurrido en Madrid acredita que «el Estado ha dejado de tener política antiterrorista» y que «el peor efecto de la decisión tomada ayer por el PSOE y sus socios parlamentarios es que, además de establecer un `cordón sanitario' político para blindar a la izquierda poetarra, rebautizada como izquierda abertzale, los socialistas lo han hecho con argumentos que avalan la estrategia de Otegi y compañía contra la ley de Partidos».
También «El Mundo» adobaba el lomo a Rajoy para que siga, feliz, por la senda que le trazan: «más que subrayar la idea de que el PP se ha quedado solo en materia antiterrorista, los socialistas harían bien en plantearse si esos socios son los que más le convienen. Su apoyo puede volvérsele en contra y dejarles en evidencia si llega a demostrarse que Batasuna ha burlado las instituciones y las usa para sus fines antidemocráticos».
Y en «El Correo Español» Tonia Etxarri animaba al todavía líder del PP porque «la actitud del presidente Zapatero, al que le empieza a molestar demasiado la oposición no domesticada, se va pareciendo al lehendakari Ibarretxe cuando decía que los críticos con su plan no hicieran tanto ruido, que no crisparan. Al final, todo se contagia». Y Mariano, feliz en su soledad.