PP, PSE y Confebask critican a ELA por su oposición al TAV
La campaña emprendida por ELA contra el Tren de Alta Velocidad no ha gustado a sus defensores. Mientras la consejera Nuria López de Guereñu criticaba «la práctica política" de su actual dirección, PP, PSE y Confebask arremetían contra la central que lidera José Elorrieta acusando a la primera fuerza sindical de Hego Euskal Herria, por ejemplo, de alinearse con «las posiciones políticas más radicales, sólo compartidas por sectores cercanos a ETA".
Agustín GOIKOETXEA
No ha gustado a Lakua, ni al PSE ni al PP, ni a la patronal agrupada en Confebask la campaña emprendida por ELA contra el proyecto de `Y vasca' y reivindicando un tren social para Euskal Herria. El tono de las declaraciones de réplica es similar al empleado hace dos semanas cuando PNV, EA, PSE y PP aprobaron una proposición no de ley en la Cámara de Gasteiz en la que apoyaban el proyecto de alta velocidad y «de repulsa a los actos contra el trazado».
Entonces, tras consultar este diario a grupos parlamentarios, ninguno supo explicar ni cuáles son los supuestos planes de ETA, ni si existen. Ayer, PP y PSE volvieron a insistir en esta línea argumental, acusando al sindicato que lidera José Elorrieta de alinearse con «las posiciones más radicales».
El secretario de Organización y portavoz del PSE, Rodolfo Ares, calificó «de terrible equivocación y completa irresponsabilidad» la iniciativa de ELA, consecuente con la práctica de los últimos años de la central, que viene reivindicando con otros agentes políticos, sociales y sindicales el debate ciudadano sobre esta infraestructura dado su impacto económico, social y medioambiental.
Ares defendió el consenso interinstitucional hacia la `Y vasca', ajeno a cualquier cuestionamiento de la ciudadanía. «Se posiciona en contra de todas las instituciones, tanto del País Vasco como de España. Demuestra, una vez más, que no hace sindicalismo, hace política, y se mete en el terreno de las formaciones políticas con el único objetivo de generar conflictividad, acercándose además a las posiciones políticas más radicales, sólo compartidas por sectores cercanos a ETA», manifestó.
En el coro de voces críticas se encontró el parlamentario del PP Borja Sémper, que les acusó de «perjudicar los intereses de los trabajadores vascos» al emprender la campaña. «El anunció de ELA se enmarca dentro de su irresponsable carrera sindical con LAB para ver quién es más duro, sin detenerse en los enormes perjuicios que esta postura pueda acarrear a la sociedad vasca en su desarrollo y en concreto al futuro de los trabajadores vascos a los que dice representar», declaró, insistiendo que el beneficio que dará a las empresas.
En línea con esta reflexión, Confebask reiteró su apoyo al TAV auspiciado por los gobiernos español y de Gasteiz, definiéndolo como «vital no sólo para el desarrollo económico y social de Euskadi, sino también para su vertebración interna y su interconexión con Europa».
El blanco de las críticas de ELA, el Ejecutivo de Lakua, respondió por boca de la responsable de Transportes y Obras Públicas, Nuria López de Guereñu, quien censuró la «práctica política» de la dirección de la central, a la que situó en «actitudes radicales y aislacionistas». La consejera jeltzale defendió la legimidad del proyecto impulsado por el Gobierno español y respaldado por el Gabinete Ibarretxe, acusando al sindicato abertzale de despreciar el actual «sistema institucional y los marcos democráticos de que nos hemos dotado».
«La idea del `debate social' que algunos pretenden trasladar a la opinión pública consiste en situar la legimitidad política fuera del sistema institucional y encuadrarlo en foros que, siendo muy respetables y necesarios en nuestra sociedad, no pueden sustituir el valor democrático de las instituciones», subrayó Nuria López de Guereñu en un comunicado.
«La sociedad vasca a través de sus instituciones ya ha decidido y no puede ni debe permitirse la institucionalización de ningún otro sujeto de decisión», contestó la consejera Nuria López de Guereñu.
Rodolfo Ares, dijo que la central abertzale «se mete en el terreno de las formaciones políticas con el único objetivo de generar conflictividad, acercándose a posiciones sólo compartidas por sectores cercanos a ETA».