Nostalgia
Raimundo Fitero
Las dudas me producen nostalgia, la nostalgia ardor de estómago, para combatirlo tomo un jarabe que a su vez me produce urticaria leve y excitación generalizada, por lo que debo tomar unos ansiolíticos que me dejan bastante tirado. En estas condiciones, me pregunto, ¿son los juicios asunto televisivo? El fútbol, sí. La política, también. Las comparecencias en los juzgados, obviamente, pero ¿los juicios son material audiovisual como para ocupar tantas horas de nuestras vidas catódicas? ¿Qué he dicho? ¿Ven cómo me pongo? He escrito catódico. ¡Qué antigualla!
Trenes, Bush, amenaza nuclear, Colombia, los pepejotas tronando con sus mensajes golpistas, y un programa explícitamente de sexología, sexo aplicado, sexo recreativo que teníamos en la parrilla lo quitan por falta de audiencia, ¿dónde iremos a parar? Empiezo a pensar que si colocan a cualquier inspector de Hacienda en un polígrafo nos divertiríamos más que con los restos de series del famoseo en cuarto parentesco con los que intentan entretenernos las generalistas las tardes de labor.
Tomemos un respiro: «House» ganó, por primera vez a «Los Serrano» en audiencia. Como lo oyen. Hay esperanzas. Los programas de reality van de capa caída, los programas del corazón se mantienen en mínimos, ha repuntado la audiencia del fútbol con la Champions y no sabemos cómo Cuatro está desperdiciando tiempo, dinero y a una mujer como Concha García Campoy en las mañanas con una oferta que no se diferencia en nada a la que presenta la intertextualizada autora de Tele 5, ARQ, cada día más etérea y más proclive a convertir cualquier asunto que suceda en una espuma de caviar informativo.
La verdad es que los trenes sí son material televisivo. En acción, parados, a carbón, gasoil o eléctricos, accidentados, volados, aquí, allí, en todos los lugares. Y en el juicio del 11-M, de seguir por este camino en sus declaraciones van a desaparecer los trenes, nos van a convencer de que se trataba de maquetas. Nadie sabe nada. El cinismo es espectacular. Y la campaña de manipulación de los aznaristas para crear confusión, de premio. O de considerandos judiciales. Nostalgia. ¿A ver si va a ser síntoma pre-primaveral?