El presidente del comité de empresa de Mepamsa, Luis Soto, de UGT, explicó ayer que la reunión de los representantes sindicales con la dirección de la multinacional «ha ido muy mal», ya que «ellos han venido con más de lo mismo» y por este motivo «la gente está muy enfadada y dice que no sale nadie hasta que no haya propuestas concretas».

Este podía ser el resumen de la jornada vivida ayer en la planta de la multinacional en Noain, cuando los trabajadores decidían retener al director de la multinacional Franke en el Estado español, al director de la planta y a dos asesores jurídicos en la fábrica tras la reunión.

Soto destacó que «cuando había compromisos para presentar algo concreto sobre planes industriales serios o bien definir las condiciones para los traslados, acompañado de un plan social, nos han venido sin nada absolutamente y con la misma cantinela de siempre», añadía refiriéndose a que Franke sólo mostró interés por el cierre de la fábrica este año.

Tras la reunión, indicó, los miembros del comité de empresa «nos hemos sentido indignados» y los trabajadores que han participado en una asamblea posterior «todavía más».

«Los compañeros se han enfadado y han decidido que de aquí no sale nadie hasta que se nos planteen soluciones», destacó Soto, quien afirmó que «no sabemos cómo resolver este problema porque la verdad es que hay cabreo y la situación se va a complicar bastante».

El sindicato UGT subrayó en un comunicado que, en la reunión de ayer, la dirección de Franke «no ha realizado una sola oferta para resolver el futuro de la plantilla» y los trabajadores «consideran que esta actitud es una burla que no están dispuestos a tolerar».

Los trabajadores de Mepamsa exigieron a mediados de enero un plan industrial que garantice el mantenimiento de los 193 puestos de trabajo de la factoría, después de que la multinacional Franke comunicara el 15 de enero que prevé abandonar la actividad industrial en Noain este año y trasladarse a Zaragoza.

Cruda realidad

El caso de Mepamsa es, sin embargo, uno más en el panorama económico que presenta el herrialde pese a los esfuerzos del Gobierno de Nafarroa para quitar importancia a la pérdida de empleos en BSH de Lizarra y la deslocalización de Caucho Metal, además del anunciado cierre de Mepamsa. Al respecto, LAB denunció la «dependencia que el tejido industrial navarro tiene de las multinacionales».