Repsol condenado por acoso y a integrar en la plantilla a un empleado de una contrata
Repsol Butano ha sido condenado a integrar en su plantilla a un trabajador de una contrata y, además, porque, tras la denuncia, el empleado fue humillado, luego trasladado a Huelva y, finalmente, despedido.
GARA |
Repsol Butano de Santurtzi ha sido condenado a integrar en su plantilla a un trabajador que desempeñaba labores de carretillero, contratado por la empresa Budecar S.L., con sede en Huelva, en Octubre de 2001. Según explicó UGT, este sindicato había denunciado en octubre de 2005 a la Inspección de Trabajo de Bizkaia la situación irregular en la que se encontraba el trabajador, O.O.LL., dado que trabajaba bajo la organización de Repsol Butano y recibía las órdenes de sus mandos, pero seguía vinculado formalmente con una empresa de la que no dependía.
La Inspección reconoció la existencia de una cesión ilegal del trabajador e impuso una sanción de 12.000 euros a las empresas infractoras. UGT aseguró que, tras esta sentencia, la situación del trabajador se volvió «cada vez mas difícil» y en enero de 2006 se vio sustituido por otra persona y fue relegado sin encomendarle actividad alguna en su horario laboral.
Trato hostil y humillante
Esta situación hizo que la empresa fuera sancionada nuevamente, ésta vez con 15.000 euros, por atentar contra la dignidad del trabajador. «La sentencia constató que se vio obligado a trabajar en un entorno hostil, humillante y ofensivo», explicó la secretaria de Acción Sindical de UGT, Carmen Moreno Sánchez. «La situación de acoso le provocó un proceso depresivo que persiste en la actualidad». añadió. El sindicato denunció que el trabajador posteriormente trasladado a Huelva en setiembre de 2006 y más tarde despedido el 31 de octubre, antes de que se llegara a celebrar el juicio.
El Juzgado de lo Social nº 4 de Bilbo confirmó en noviembre la sanción impuesta a la empresa por el trato humillante dado al trabajador y el Juzgado de lo Social nº 3 confirmó el mes pasado la existencia de la infracción al entender que el verdadero empleador era Repsol Butano.
Concluyó reconciendo el derecho del trabajador a incorporarse a su plantilla, pero Repsol se ha negado a cumplir el fallo. UGT denunció «la falta de ética de la que hacen gala ciertas empresas que tratan a las personas como meros instrumentos de trabajo. No es propio de una empresa como Repsol participar en una cacería como la que está sufriendo el trabajador, con una indiferencia absoluta al grave deterioro de salud que está padeciendo».