Unos 500 vecinos del Valle de Izarbe secundaron ayer la protesta que había convocado la asociación Valdizarbe Saludable en contra del gran matadero industrial proyectado en la localidad de Legarda.

Los participantes partieron desde Muruzabal y, en un ambiente festivo, recorrieron aproximadamente los tres kilómetros de distancia que separa la localidad del área industrial de Valdizarbe, donde se proyecta construir el proyecto también conocido como la «Ciudad de la Carne». A la convocatoria también se sumaron los alcaldes de Obanos, Muruzabal y Eneritz. 

Ambiente festivo

Una vez llegaron a los terrenos que albergarán el eventual gran matadero, los participantes en la protesta pudieron degustar pinchos de txistorra que los organizadores habían preparado.

El proyecto ha generado un gran malestar entre los vecinos de la zona, y fruto de ello se creó la asociación Valdizarbe Saludable. Los miembros de esta asociación están convencidos de que el proyecto afectará considerablemente al bienestar de los vecinos del valle y que se verán afectados por los olores que emanará la planta. Según las previsiones, en este matadero, que ocuparía más de un millón de metros cuadrados, se sacrificarían cada día alrededor de 3.600 cerdos, 300 reses de vacuno y 3.000 corderos.

La asociación Valdizarbe Saludable anuncia que presentará alegaciones contra el proyecto, que se encuentra en estos momentos en fase de exposición pública, y está recogiendo firmas de adhesión.

En la marcha también participaron representantes de la plataforma Arga Bizirik, que han denunciado la intención de abastecer el gran matadero con agua del río Arga.

Según anunciaron, el proyecto consistiría en tomar el agua del río en Zubiurrutia, en una cantidad de 21,33 litros por segundo. Ante estos hechos, la plataforma ha puesto en marcha una recogida de firmas para presentar una alegación que se llevaría ante la Confederación Hidrográfica del Ebro, el Gobierno de Nafarroa y los ayuntamientos de Gares y Legarda. De esta foma, pretenden oponerse a la toma de agua del río y a la instalación de colectores en Gares, y también a la contaminación que supondrá el hecho de que las aguas utilizadas vuelvan al caudal de río.