Miguel Ángel Lotina trasmitió en el entrenamiento de ayer a su plantilla que se encuentra con ganas y fuerza para seguir adelante y los jugadores no son partidarios del cambio de entrenador que contemplaba el Consejo como último revulsivo para dar la vuelta a la situación.

Tras la imagen abatida que trasmitió Lotina el viernes en la lectura del comunicado con el que quería motivar una implicación del público ante el Deportivo, quedó la sensación de que podía dimitir en caso de derrota. El Consejo mantuvo durante la pasada semana diferentes reuniones con jugadores y técnicos de la casa para conocer su opinión sobre la situación y de paso calibrar hasta qué punto la sustitución de Lotina podía ser un revulsivo. Pero de todos los movimientos registrados durante la semana y de lo vivido el sábado en Anoeta la sensación que queda es que el equipo y su afición confían más en Lotina que en el Consejo. Y no se ve claro el recambio. No está legitimado ahora a plantear a nadie fichar por lo que queda y un año más y para 14 partidos pocos van a arriesgarse a un descenso demasiado probable. Y lo que más se podía pedir al de Meñaka lo cumplió el sábado al apostar por los jugadores en los que todos más confían.

Al margen de que ya es tarde, el mayor problema para cambiar de entrenador es que ni la afición ni el vestuario vean en esa decisión un revulsivo. Los jugadores de la Real están ajenos esta temporada a esa necesidad que muchas veces deben tener los vestuarios de buscar la razón de sus problemas en el banquillo. Tampoco veían una solución en el cese de Bakero. Se sienten tan responsables y tan poco legitimados para buscar culpables en los demás que tampoco ven ahora un revulsivo en el cambio de Lotina a pesar de que pocas desconfianzas de un vestuario y pocas destituciones habrían encontrado unos argumentos más contundentes por los resultados y los constantes cambios de Lotina.

Eso fue lo que dejó entrever Garitano al manifestar ayer que: «al final somos los futbolistas los que jugamos. Han pasado bastantes entrenadores y con ninguno ha tenido problemas el vestuario. Cuando los resultados no salen siempre se cuestiona al mister, pero le veo para seguir y nos ha comentado que está con ganas de continuar y hay que tirar para adelante».

Preguntado por el estado de ánimo del técnico, Garitano comentaba que «el mister tiene su manera de ser. No expresa sus alegrías y sus penas. Cuenta con mucha experiencia. Le afecta esta situación como a todos, pero tiene la suficiente experiencia como para llevar esto». 

Agradecimiento al público

En la dura situación de la Real, los jugadores se resisten a resignarse al descenso que la afición ya asume y agradecían el comportamiento del público ante el Deportivo: «Durante los noventa minutos, estando en nuestra situación y dándole tan pocas alegrías, el comportamiento que tuvo fue de diez. Al final expresó su malestar, pero ahí los jugadores no podemos entrar en valoraciones. El público es libre de expresar su opinión y nos apoyó a tope. Hay que estar unidos hasta final de temporada y entonces se sacarán las conclusiones, pero el público demostró que está con nosotros y le damos las gracias».

El público también valoró la casta que puso el vizcaino, de la misma manera que su equipo agradeció la presencia de un hombre de su carácter y su capacidad de liderazgo. Fue llamativo su esfuerzo por ayudar moralmente al jugador que más lo necesita. Tras un fallo de Kovacevic en un pase dejó su posición para ir a animarle y nada más acabar el partido buscó lo mismo. Y es que cualquier posibilidad de la Real pasa por recuperar al serbio y a sus goles.

En esa línea Garitano comentaba ayer que «Darko está en una situación difícil para un delantero como él que todo la vida ha hecho muchísimos goles y ahora no tiene suerte para lograr ninguno. Con toda su experiencia, un goleador vive del gol y, conociéndole como es, al final sufres como él porque ves que lo pone todo y no tiene una pizca de suerte. Pero seguro que va a volver a marcar y además va a hacerlo muy pronto».