ATHLETIC Los rojiblancos caen a puestos de descenso
El Athletic se desvanece y el Barça lo utiliza como juguete
El conjunto rojiblanco cosecha una merecida derrota al venirse abajo tras el autogol de Amorebieta. El Barcelona pudo haber endosado una mayor goleada a un Athletic que cuajó el peor partido con Mané.
Manex ALTUNA | BILBO
El Athletic cayó ayer a los puestos de descenso tras completar el peor partido desde la llegada de Mané al banquillo. El conjunto rojiblanco fue un juguete roto en manos de un Barcelona que se reconcilió con su afición tras el varapalo sufrido en Champions ante el Liverpool.
La sensación ofrecida por el equipo fue desalentadora al bajar los brazos y trabajar sin tensión durante gran parte del encuentro. El Athletic apenas hizo faltas y tan sólo vio una tarjeta amarilla que llegó en el minuto 88. Un dato que demuestra lo sucedido en el Camp Nou, porque ante equipos que te superan en calidad es necesario recurrir a un juego más bronco.
Los bilbainos dieron por perdido el partido al encajar los dos primeros goles pese a que el planteamiento defensivo propuesto por Mané funcionó a la perfección durante los primeros veinte minutos. El Barcelona no logró hacer circular la pelota por la buena disposición táctica de los rojiblancos, que presionaron en la posición adecuada y sin perder la solidez.
El equipo de Mané hizo frente a los culés no sólo en defensa ya que, incluso, se atrevió a estirar sus líneas y buscar la portería contraria. Un lanzamiento de Yeste que atajó sin problemas Valdés fue la respuesta a las acciones de un Barcelona que en ataque se limitó a esperar la inspiración del delantero brasileño Ronaldinho.
Sin embargo, los buenos augurios se fueron al traste al introducir Amorebieta en la portería un despeje defectuoso. Giuly se marchó por velocidad de Casas y su centro terminó en las redes rojiblancas. A partir del tanto, el Athletic comenzó a perder el sitio y el Barcelona demostró que es un equipo letal cuando dispone de espacios. Los catalanes comenzaron a combinar con facilidad y se dieron el gusto con una magnífica jugada que aumentaba la diferencia en el marcador. El gol de Xavi Hernández fue digno de cualquier manual de buen fútbol y contó con una ejecución perfecta al primer toque.
El Barcelona continuó por la senda abierta y el tercero no tardó en llegar. La línea defensiva del Athletic tiró mal el fuera de juego y Eto'o entró por un costado para batir con un disparo rasó a Aranzubia. Aunque unos minutos antes Urzaiz pudo acortar las diferencias, el navarro no acertó con su cabezazo y los rojiblancos se marcharon al descanso con el partido prácticamente sentenciado.
Los cambios no provocaron ninguna reacción positiva en la segunda mitad y el Athletic se fue descomponiendo con el paso de los minutos. El equipo había perdido la confianza y se veía superado por la calidad de los blaugrana. Entre ellos un Ronaldinho que buscó con ahínco su gol y creó ocasiones inverosímiles. ¡Ya nos gustaría que nuestros jugadores también tuvieran los supuestos kilos de más que tiene el brasileño!
El repaso de los catalanes fue insultante y lo verdaderamente increíble fue que el Athletic lograra no encajar ningún gol más en un segundo tiempo desastroso y sin tensión. El Barcelona disfrutó de una victoria cómoda ante un Athletic que prefirió reservarse para el partido del próximo domingo ante el Nástic en San Mamés.
El entrenador del Athletic lamentó la pasividad y falta de agresividad de sus jugadores porque, como admitió, su equipo estuvo «muy mal, muy pasivo y sin agresividad». Mané se resignó a que el resultado final dejará «feliz al Barça» y al Athletic, «obligado a recapacitar».
«Ya sabíamos que si el Barcelona se pone por delante, nos complicaría mucho el partido porque es un equipo que domina los espacios y el balón y amplía el campo como ningún equipo», analizó Mané.
El preparador del conjunto rojiblanco reconoció que el partido del Camp Nou ha sido el peor desde que dirige al Athletic, si bien recordó que «delante estuvo el Barcelona, que está en la mejor época de los últimos tiempos, el campeón de Europa y de Liga», precisamente en el regreso de Samuel Eto'o a la titularidad. «Ha sido un debut perfecto para él», añadió.
Mané también reconoció que después del 2-0, su equipo se limitó a jugar para no caer goleado y no ser sancionado con tarjetas «porque nuestra Liga es otra y quisimos equilibrar el partido de una manera honrosa, que nos permita no salir muy goleados y mantener el orgullo de un equipo de Primera división, pero sin la agresividad debida es muy difícil ganar». Mané no dio importancia al hecho de que el Athletic esté de nuevo en puestos de descenso -«ya llevamos tiempo en esa situación y no afecta»-, aunque reconoció que su equipo está obligado «el próximo domingo a ganar al Nástic».
GARA
Los resultados de los rivales no fueron del todo satisfactorios para los intereses del Athletic en la jornada de ayer y el empate del Celta les dejó en puestos de descenso antes de comenzar el partido.
El mexicano fue el jugador descartado por Mané para afrontar el encuentro. Una decisión sorprendente si se tiene en cuenta que Iturriaga era el único jugador de centro del campo que podía esperar sentado en el banquillo en caso de necesidad.
El central de Laudio dispuso al final de la oportunidad de debutar con el primer equipo en Primera. Para evitar que Sarriegi viera la quinta tarjeta amarilla -Yeste, Javi Martínez y Murillo tampoco fueron amonestados y podrán jugar ante el Nástic-, Mané le metió en el campo en los últimos minutos del segundo tiempo.