Segolène Royal se mostró muy poco accesible en su visita a Lapurdi
No a un Departamento vasco, sí a la ratificación de la Carta de Lenguas minorizadas y defensa de la cultura y tradiciones vascas. Así podría resumirse el mensaje trasladado ayer por la candidata socialista a la presidencia de la República. El resto del discurso bien podría haberse escuchado en cualquier localidad del Hexágono. Eso sí: su visita relámpago a Angelu y Ziburu despertó enorme expectación.
Maria AIZPURUA |
«Francia ratificará la Carta de las Lenguas. Gracias por esta cultura tan auténtica y entrañable». Esas fueron las primeras palabras pronunciadas por Segolène Royal, tras llegar a duras penas al quiosco de la plaza del Ayuntamiento de Angelu. A partir de ahí, la candidata socialista se lanzó en un discurso general sobre temas globales.
Hablando de la situación económica, hizo especial hincapié en la crisis de la empresa Airbus y propuso que los Consejos Regionales puedan introducir capital «como lo hacen los landers alemanes». La necesidad de «aportar seguridad a las nuevas inseguridades»; su intención de invertir en las personas; los problemas de formación y educación de los jóvenes o la apuesta por la investigación y por garantizar la igualdad de cuidados sanitarios, para lo que avanzó la instalación de dispensarios de cercanía, fueron otros de los ejes de su mensaje.
Royal se permitió un apunte local al hablar de la especulación del suelo y la problemática de la vivienda. Asegurando que si es elegida llevará una «política de vivienda extremadamente ofensiva», se declaró sabedora de que, precisamente la ciudad angelutarra que la acogía no llega ni de lejos al 20% de vivienda social que estipula la ley, y prometió que si los municipios no la cumplen, el Estado los sustituirá hasta alcanzar ese porcentaje, no sin antes conminar a los electos a que respeten la ley, «ya que es la primera de las reglas morales para que los representantes políticos puedan serlo con legitimidad».
La candidata socialista insistió mucho en el potencial del Estado francés y en la «utopía realizable de volver a alzarlo con el talento que posee para que recupere su sitio en Europa, y Europa en el mundo». Aconsejó a los asistentes que no tengan miedo a «la mirada exterior ni a la mundialización porque Francia tiene gran capacidad».
En su discurso, Royal apenas dirigió críticas a los demás partidos, si acaso una pequeña reseña «a las dificultades de la tarea de enderezar el país porque la derecha deja una deuda pública muy importante».
Presidenta de «los sin voz»
Aunque Royal está insistiendo mucho en su campaña en la democracia participativa, ni los asistentes al acto ni la prensa pudo hacer preguntas o plantear sus peticiones a pesar de que instantes antes había afirmado que iba a ser «la presidenta de los sin voz».
Fue en Ziburu, donde se desplazó para reunirse con representantes de los pescadores que le expusieron la problemática situación en la que se encuentran, donde accedió a contestar a algunas preguntas. Así, respondió que no es favorable a la creación de un Departamento vasco «porque ya existe la estructura de pays-Pays Basque y porque, ante todo, lo importante es su desarrollo económico y no la partición». Royal se reafirmó en su compromiso de ratificación de la Carta de Lenguas y prometió defender las identidades culturales y tradiciones «a las que los habitantes están tan apegados».
La candidata no quiso pronunciarse ni sobre sus recientes declaraciones favorables a la soberanía de Québec y Córcega que matizó posteriormente, ni tampoco sobre el proceso de paz y el nivel de implicación que debería tener el Estado francés.