El Gobierno boliviano ha puesto en marcha el plan de reconstrucción nacional tras los desastres causados por el fenómeno «el Niño». Su presidente, Evo Morales, declaró el país en situación de desastre nacional por los daños causados por las inundaciones más graves de las últimas décadas, que se han saldado con 39 muertos y más de 350.000 damnificados.

Las pérdidas representan al menos 114 millones de dólares, según datos oficiales, suma que representa el 1% del PIB. El Ejecutivo cuenta con 170 millones de dólares para atender los daños.

El decreto presidencial que declara la situación de desastre nacional, autoriza el uso del 1% del Presupuesto General de la Nación e igual porcentaje del Impuesto Directo a los Hidrocarburos. La cantidad total asciende a 91,2 millones de dólares, a los que hay que agregar los 80 millones de dólares de la cooperación internacional.