Sólo en México se producen cada año de 1.000 a 2.000 muertes por picaduras de escorpión. En Brasil, por su parte, mueren anualmente un millón de cabezas de ganado por similares causas. En todo el planeta, más de 12 millones de personas cada año son víctimas de picaduras de serpientes o escorpiones, o mordeduras de animales rabiosos. En casos como la rabia, la enfermedad es 100% fatal, pero también puede prevenirse en un 100% de los casos con el tratamiento adecuado. Las picaduras venenosas y la rabia dependen de sueros terapéuticos que, a menudo, y ahí es donde radica el problema, no están disponibles o son inaccesibles en los países donde más se necesitan. Ante este panorama, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamamiento para que se ponga en marcha un programa global que haga frente a un problema que, no en vano, se sitúa como la décima causa de muerte mundial.

Desde 1970, el número de fabricantes de antisueros contra las mordeduras de serpientes africanas ha disminuido de forma notable. En gran parte, dicen los expertos, debido a que los países industrializados han dejado de producir el medicamento porque ya no lo necesitan. Se calcula que, sólo en Africa, se producen anualmente un millón de mordeduras de serpiente, causa de más de 20.000 defunciones, de una mayor incidencia de discapacidades crónicas debidas a secuelas neuronales, y de minusvalías físicas derivadas de efectos necróticos que requieren amputación.

En el valle de Benue, en el nordeste de Nigeria, la incidencia anual de mordeduras de serpiente es de 497 por 100.000 personas y donde la mortalidad llega al 12,2% de los casos, según reveló un informe publicado el año pasado en la revista médica ``PLoS Medicine''. Sus autores estudiaron a fondo este caso como ejemplo de lo que denominaron «uno de los grandes problemas de salud olvidados del siglo XXI».

Para tratar las mordeduras de serpiente y picaduras de escorpión que se registran en todo el mundo se necesitarían más de 10 millones de viales de suero antiveneno, de ellos aproximadamente 2 millones sólo para Africa. Se calcula que, para aplicar plenamente las actuales directrices internacionales sobre profilaxis postexposición, cada año se necesitarían 16 millones de viales de suero antirrábico.

«Necesitamos aumentar la capacidad de los fabricantes locales y mejorar la distribución de los productos a zonas rurales remotas», ha dicho el Dr. Howard Zucker, subdirector general de Tecnologías Sanitarias y Productos Farmacéuticos de la OMS. «Existen soluciones eficaces, que podrían salvar millones de vidas».

«El mercado de estos medicamentos en el mundo desarrollado ha desaparecido -afirma una colega suya, la doctora Padilla, asesora científica de la OMS- y en los países en desarrollo está muy fragmentado. Además, son productos caros y muchos de los países en desarrollo no tienen capacidad para obtenerlos», señala la experta.

Esa llamada de la OMS a un programa mundial que aúne a fabricantes, países y donantes ha tenido respuesta en las autoridades médicas de Bikaner, una ciudad en el estado de Rajastán (norte de la India), que investigarán junto a la OMS el suero obtenido con la sangre de camello para dar con un antídoto contra el veneno de serpientes. El año pasado murieron cerca de 5.000 personas por picadura de serpiente venenosa en Rajastán. Actualmente, en India se emplea un antídoto que fue desarrollado hace 70 años, pero su efectividad es limitada.

Antisueros obtenidos de caballos

El antisuero es una preparación farmacológica que contiene anticuerpos contra uno o más antígenos específicos. Los antisueros se obtienen fraccionando plasma extraído de animales que han sido inmunizados contra los antígenos pertinentes y, en consecuencia, han desarrollado anticuerpos neutralizantes. El plasma se reúne en lotes de entre decenas y centenas de litros, y se procesa para extraer la fracción de inmunoglobulina activa.

El estudio de antivenenos comenzó al producirse antídotos basados en sueros simples, fundamentalmente de caballo. El procedimiento que se seguía era volver resistente al animal inyectándole cierta cantidad de veneno. Así, al cabo de tres meses producía anticuerpos en su sangre, que son proteínas que inhiben o neutralizan los efectos del veneno.

Por cierto, como recomendación general, no debe succionarse ni cortar la herida producida por una picadura de serpiente, ni aplicar hielo en la misma, sino simplemente limpiarla y cubrirla con un vendaje seco.