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La izquierda abertzale presenta su propuesta como herramienta de paz

En un Pabellón Anaitasuna repleto, la izquierda abertzale hizo pública ayer su propuesta de marco democrático a partir de una autonomía para los cuatro herrialdes del sur y otra para los tres del norte. Arnaldo Otegi instó a los partidos a aprovechar la ocasión para lograr el acuerdo político que resuelva el conflicto. Y de cara a la izquierda abertzale, aseguró que será «la primera estación para el tren de la independencia".

Ramón SOLA- Iker IRIARTE | IRUÑEA

La izquierda abertzale dio ayer un paso adelante en la búsqueda de un acuerdo político que resuelva el conflicto al presentar públicamente una propuesta de marco democrático «por una nueva Euskal Herria». El valor de la iniciativa quedó resaltado en las palabras de Arnaldo Otegi, que cerró el acto refiriéndose a esta propuesta como «herramienta para la paz».

En los más de 3.000 asientos dispuestos en el pabellón iruindarra esperaban otros tantos folletos con el contenido íntegro de la iniciativa, bajo el título «Euskal Herria Berria». Refunde tanto la propuesta presentada en enero en Uztaritze para la conformación de una autonomía formada por Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa como la enunciada en febrero por la comisión negociadora de la izquierda abertzale, que planteó una «autonomía a cuatro» con los territorios del sur que deposite en la ciudadanía de los mismos la capacidad de decidir libremente su futuro. Nafarroa Garaia tendría estatus propio «teniendo en cuenta su identidad histórica y su carácter».

La izquierda abertzale ofrece ahora este texto para cerrar un acuerdo político. Los agentes políticos, sindicales y sociales participarían en la elaboración y definición del citado marco democrático, que necesitaría además «obligatoriamente para su entrada en vigor» la aprobación mayoritaria de la ciudadanía «tanto de la Comunidad Autónoma Vasca como de la Co- munidad Foral de Navarra».

Ante más de quince cámaras de televisión, decenas de periodistas y más de 3.000 abertzales, fue Arnaldo Otegi quien se encargó de desarrollar el contenido de esta propuesta, y sobre todo de explicar sus objetivos. Su intervención tuvo un mensaje externo y otro interno. Por un lado, alentó a la toma en consideración de esta iniciativa en una mesa de diálogo porque «la paz es posible, el acuerdo es posible, la democracia es posible». Por el otro, subrayó a los militantes de la izquierda abertzale que lo que se propone es «una primera estación para que parta el tren de la independencia, lleno de jóvenes, de hombres, de mujeres y sobre todo de trabajadores».

«No hay alternativa razonable»

La persistencia del conflicto planeó sobre el acto sin necesidad de subrayados especiales. Pero tanto Arnaldo Otegi como Pernando Barrena, que le precedió en el uso de la palabra, pusieron el acento en que «la puerta de la solución está abierta», en palabras del mahaikide navarro. Y es aquí donde Otegi pidió entender que a partir de esta propuesta «es posible la paz. Este proceso no tiene alternativa razona- ble. Hay que hacer el acuerdo político para resolver de una vez el conflicto», añadió.

«Emplazamos a todos los partidos y todos los agentes a que se pongan en una mesa a discutir de esto y a hacer el acuerdo que pide este pueblo -continuó Otegi-. Si hay voluntad, se puede hacer en semanas». En este punto reclamó una vez más dos cosas: «Responsabilidad política y ambición histórica».

La izquierda abertzale pone «sólo una condición» para esa negociación, que no ha fructificado por el momento pero puede verse facilitada por esta iniciativa del Anaitasuna: «Todas las propuestas tienen que ir a las raíces», reclamó, en alusión a la autodeterminación y la territorialidad, presentadas como los dos nudos a desatar.

Sea o no sea así, Otegi culminó su intervención con mensajes cargados de futuro: «El camino es nuestro, es del pueblo vasco, de nadie más. Va a ser largo, pero vamos a ganar», aseguró como colofón.

«Reconstruir el jarrón»

La propuesta, en su formulación detallada, bebe de muchas iniciativas anteriores de la izquierda abertzale. Después de que Aurore Martin y Gloria Rekarte repasaran todos los pasos dados estos 30 años, Otegi dedicó buena parte de su intervención a explicar a las bases de la izquierda abertzale cuáles son los criterios por los que se apuesta por esta doble autonomía.

El mahaikide de Elgoibar, recién llegado de Irlanda, situó esta propuesta de marco democrático como la fórmula que además de dar salida al conflicto político resuelve tres cuestiones fundamentales: la falta de reconocimiento de Euskal Herria («somos una nación negada»), la partición territorial («nos han dividido y troceado la nación, y eso sí que es una losa estructural»), y el rechazo secular a aceptar su derecho de autodeterminación («no somos dueños de nuestra palabra y de nuestra decisión»).

Frente a ello, Otegi resaltó que la iniciativa conlleva el reconocimiento de Euskal Herria y está elaborada con una perspectiva nacional; que se basa en los derechos individuales y en los colectivos; y que es el primer paso para reconstruir el país.

La solución dada a la territorialidad en esta propuesta de «primera estación» fue muy desarrollada por Otegi. Para ello se apoyó en el famosísimo artículo de Telesforo de Monzón sobre la partición territorial de Euskal Herria, que sigue teniendo plena vigencia tres décadas después. En el Anaitasuna se volvió a escuchar aquella profética metáfora sobre la ruptura del jarrón y las consecuencias que iba a acarrear, y aquella afirmación de que «sin Navarra no queremos nada, nada, nada. Navarra no se tiene que integrar en ningún sitio. Nos indigna oír que tiene que ir a, que tiene que estar en...». Otegi completó la frase con rotundidad: «Nafarroa tiene que ir a ningún sitio, Nafarroa es el pilar del proyecto de Euskal Herria». Fue el momento en que se escuchó la mayor ovación de la tarde en el polideportivo de Donibane.

Otegi argumentó que si aquella partición se impuso «por la fuerza», la reconstrucción se propone ahora por la vía de la decisión popular. Minutos antes había sido el mahaikide navarro Pernando Barrena quien había explicado que «por eso los de UPN están realmente nerviosos». Dijo que «tienen un miedo atroz a que seamos dueños de nuestro futuro. La mera posibilidad de que el estatus de partición se consulte es motivo de pánico para ellos».

«Les preocupa porque saben que la mayoría social de Navarra no comulga con su régimen uniprovincial de neocatolicismo», remarcó Barrena. Recordó que horas antes cientos de personas se concentraron en la Plaza del Ayuntamiento, con la alcaldesa Yolanda Barcina a la cabeza, para responder a la excarcelación de Iñaki de Juana, y lo presentó como una confirmación más de que UPN «está en las antípodas de la democracia. Une su discurso a los nazis y falangistas que el viernes cantaban el `Cara al sol'. Saben que cuando gana la democracia ellos pierden. Y que vamos a ser determinantes para sacarles de las instituciones», subrayó en alusión a las próximas elecciones de mayo. Otra fuerte ovación cerró estas palabras de Barrena.

Los discursos pusieron énfasis en la cuestión de Nafarroa, pero no sólo en eso. «Empezamos por reconstruir el jarrón en el norte y también en el sur», declaró Otegi. Y respecto a esta última cuestión, volvió a parafrasear a Telesforo: «Preferimos una autonomía de cuatro para comprar garbanzos que una de tres envuelta en papel de celofán de más y más competencias», resaltó.

Recuperar decisión para ganar

La otra gran cuestión a resolver en el acuerdo político es la del derecho a decidir de la ciudadanía vasca. La propuesta de doble autonomía reclama textualmente «depositar la capacidad de decisión en manos de la ciudadanía vasca y, por tanto, abrir la puerta al desarrollo de nuestro proyecto político». Es decir, la independencia.

Al desarrollar este punto, Otegi aludió directamente al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Re- cordó sus palabras hace dos semanas en Gasteiz cuando, según resumió el mahaikide, «dijo que acaso la izquierda abertzale tenía miedo a la palabra porque quizás sus tesis no sean mayoritarias. No. Los que le tienen pavor y pánico a la palabra del pueblo vasco son los que utilizan Constituciones, policías, Audiencias Nacionales, Gendarmerías y Supremos...»

Preguntó por qué y se respondió lo siguiente: «Porque saben que el día en que este país comience a recomponer el jarrón y disponga de instituciones democráticas la izquierda abertzale construirá una alianza popular que lograría una mayoría por la independencia y el socialismo». Otegi cerraba así el círculo que abrió al inicio de su intervención, cuando apuntó que esta apuesta por una «primera estación» no debe hacer olvidar que el destino final de la izquierda abertzale es un Estado vasco independente que defienda los intereses de sus trabajadores. «La independencia y el socialismo son nuestros últimos objetivos, pero antes hay que consolidar muchas cosas y superar muchos obstáculos», argumentó.

Un acto muy político

Las intervenciones fueron seguidas con atención por un público en el que se veían ikurriñas y banderas navarras y que entonó junto al coro canciones como ``Egun da Santimamiña'', ``Ikusi mendizaleak'', ``Euskara jalgi hadi plazara!'', ``Batasuna'' eta ``Lepoan hartu''. El acto cobró intensidad con los gritos en favor de los presos vascos o de la independencia.

En cualquier caso, el evento no estuvo cargado de referencias folklóricas que despistaran el objetivo final de dar a conocer la propuesta política. Sólo se intercalaron un aurresku interpretado a modo de danza clásica, y el saludo hecho llegar por Gerry Adams, que la izquierda abertzale se trajo de Irlanda ayer mismo.

Una pequeña introducción recordó que los vascos sólo aspiran a ser vascos en un país de «tres, hiru, trois lenguas». Se recordó lo difícil que sigue siendo encontrar a Euskal Herria en un mapa internacional pese a que éste cambie continuamente. Y se subrayó que «la independencia es la herramienta para la supervivencia», pero que el camino tiene estaciones intermedias como la formulada ayer.

Borroka luzeak erdietsitako unea borrokaren bidez baliatzeko deia

Duela bi urte eta erdi Anoetan hitzetik hortzera erabili zuten hitza «borroka» izan zen. Atzokoan ere, irtenbidera hurbiltzen den proposamen berri honen testinguruan, borrokaren beharra egon zen hizlarien ahotan, batez ere Pernando Barrenarenean. Borrokaren isla izan zen bere lehen hitzetan, espetxean jarduera luzea egin duten bi borrokalari ekarri baitzituen gogora, Filipe Bidart eta Iñaki de Juana. Borrokaren itzala ere bazen polikiroldegian eskegitako pankartetan, batez ere duela 31 urte Gasteizen bost langile hil zituztela gogora ekartzen zuen horretan. Eta borrokaren deiadarra egin zuten, azkenik, ekitaldira hurbildu zirenek: «Presoak kalera, amnistia osoa» izan zen gehien entzun zen oihua.

Borroka bide horrek askotan berri tamalgarriak ekarri dituela aipatuz hartu zuen hitza Barrenak: «Tristeak garela esan ohi du nire lagun batek, beti berri tristeak ematen ditugulako. Baina gaur pozik gaude, oso pozik, Filipe eta Iñaki kalera ateratzea lortu dugulako», adierazi zuen. Hala ere, horrekin ez dela nahikoa erantsi zuen, eta justu duela urtebete «Igor [Angulo] eta Baru [Roberto Sainz] lurperatzen ari ginela» jarri zuen adibidetzat. Hori dela-eta, euskal presoen eskubideak errespetatzeko ordua dela azpimarratu zuen Barrenak, eta dei zehatza egin zuen hainbat egoera latz konpontzeko: «Sakabanaketarekin amaitu, Auzitegi Goreneko doktrina berriak indargabetu eta gaixorik dauden presoak kalera atera behar dituzte. Euskal presoak Euskal Herrira orain!», gaineratu zuen Barrenak.

Ezker abertzaleak «gauzak ez direla berez etortzen» sobera ikasia duela esan zuen jarraian Berriozarko mahaikideak. Ezker abertzalearen lan «zintzoa eta koherentea» jarri zuen oraingo egoeraren oinarrian. Eta horri lotuta, EAJri «ez dadila okertu» eskatu zion. Izan ere, atzo aurkeztutako proposamena 1977an «mespretxatu zutena» dela esan zuen: lau herrialdeak osatutako autonomia, erabakitzeko eskubidea barruan hartzen duena. Gerora, EAJ eta ezker abertzalearen ibilbidea oso ezberdina izan dela nabarmendu nahi izan zuen.

«Negozioaren alde jokatu dute beti, eta gaur abertzale jatorrenak bost etxe ditu, hori da Josu Jon Imazek eta Uxue Barkosek saldu nahi diguten eredua». Eta horren parean, ezker abertzalea beti borrokan, Pernando Barrenaren hitzetan: «Frankismoaren aurka, martxoaren 3an, 1978ko sanferminetan, Lemoizen aurka, Tuteran Gladysekin, OTANen aurka, intsumituen alde, dozenaka greba...», aipatu zuen. Ondorioa: «Ateak irekitzeko erabakiorra izan da borroka. Bidea izan da orain arte eta izango da, independentzia lortu arte». R.S.

POR UNA NUEVA EUSKAL HERRIA LAS SOLUCIONES DE HOY, OPORTUNIDADES PARA MAÑANA

(...) En los últimos treinta años la Izquierda Abertzale ha realizado un largo recorrido lleno de propuestas y esfuerzos en pos de la solución y la paz. A pesar de las dificultades, el objetivo ha sido siempre aprender de las experiencias vividas, corregir los fallos cometidos y acercarnos al momento en el que se consiga finalmente un marco democrático para Euskal Herria. Sin embargo, no ha sido esa la postura de los dos Estados, no por lo menos hasta el día de hoy. Ambos han mantenido de forma permanente una estrategia de negación y de sometimiento contra nuestro Pueblo.

1.- SITUACIÓN ACTUAL

En Euskal Herria, por encima de las actitudes y estrategias ya mencionadas, de imposición y de marcos agotados, la necesidad imperiosa de cambio ha cuajado en la ciudadanía. En ese sentido, la reivindicación de un nuevo marco democrático basado en el respeto a la palabra y a la decisión de la ciudadanía vasca cuenta con un respaldo social mayoritario.

Por ello, diálogo, acuerdo, respeto a la palabra y a la decisión de la ciudadanía y como consecuencia de todo ello, paz en toda Euskal Herria: ésa es la prioridad de la Izquierda Abertzale. Tomando la propuesta de Anoeta y profundizando en la misma, es factible hacer realidad un marco democrático en la presente coyuntura y situar a Euskal Herria en su conjunto en un nuevo escenario político. Para ello, todos y todas debemos mostrar voluntad democrática en pos del diálogo y responsabilidad histórica en pos del acuerdo.

En las dos propuestas que la Izquierda Abertzale acaba de presentar en enero y febrero, partimos de la realidad concreta que viven los territorios vascos para definir el camino con el que el conjunto de Euskal Herria sea una nación democrática y en paz. Hemos comenzado ya a andar ese camino. Así las cosas, la Izquierda Abertzale ofrece a Euskal Herria una propuesta histórica para solucionar el conflicto y conseguir definitivamente la paz.

En ese camino, el primer paso firme lo dimos el 27 de enero en Uztaritze, con la presentación de la «Propuesta Político-Institucional para Ipar Euskal Herria». En ella, hemos situado al Estado francés ante su responsabilidad actual: aceptar una autonomía basada en el derecho a decidir de Ipar Euskal Herria.

Así, hemos trasladado al Estado francés un planteamiento claro: debe tomar esta propuesta como una oportunidad para no convertirse en el único Estado de Europa que no ve a Euskal Herria como una realidad. Los tiempos del modelo jacobino han quedado ya obsoletos. ¿Quién no quiere escuchar el euskara a estas alturas? ¿Quién no quiere ver las ikastolas? ¿Quién va a negar en la Europa del siglo XXI que el Pays Basque es Euskal Herria? Los tiempos actuales exigen que Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa se unan con un modelo propio de autonomía, para que sus habitantes puedan disponer de las competencias necesarias para organizar su vida política y social y garantizar su futuro. Eso es lo que exige, también, la propia evolución de Europa.

El segundo paso en firme de la Izquierda Abertzale llegó el 7 de febrero, cuando a su Comisión Negociadora presentó una propuesta concreta tanto al Estado español como a todos los agentes políticos, quienes deberán debatir, acordar y materializar el Acuerdo Político que supere el conflicto: una Autonomía para Hego Euskal Herria basada en el derecho a decidir.

De esas propuestas nace el llamamiento explícito que realiza la Izquierda Abertzale tanto al Estado español como al francés para pasar de la fase de negación de Euskal Herria y de conflicto político, a otra nueva de diálogo, acuerdo, solución, democracia y paz.

Las consecuencias del conflicto que mantienen los dos estados con Euskal Herria son bien conocidas. En los últimos doscientos años, todas las generaciones de vascas y vascos han padecido de manera directa las consecuencias del mismo. Hoy en día siguen siendo bien visibles esas consecuencias: se nos sigue negando la posibilidad de organizar nuestro futuro de manera libre y democrática, las cárceles de los dos estados están llenas de presas y presos políticos, los macro-sumarios inundan los tribunales, y nuestra lengua y cultura siguen siendo marginadas. Por tanto, las consecuencias más dolorosas del enfrentamiento se mantienen y por parte de ambos estados no se ofrece otra perspectiva diferente a la del mantenimiento y extensión en el tiempo del conflicto, cuyas consecuencias salpican ya a la misma Unión Europea.

Desde su propia realidad institucional y política, al Estado español y francés les ha llegado la hora de adoptar posturas democráticas en relación a Euskal Herria: en lugar de la actual división impuesta, solución democrática basada en la libre decisión de la ciudadanía. En lugar del apartheid y la exclusión actual, respeto y posibilidad de ejecución de todas las opiniones y proyectos políticos. Un marco democrático en contraposición a la situación actual de conflicto.

La Izquierda Abertzale exige tanto al Estado español como al francés unas reglas de juego democráticas, ya que está en juego el futuro de nuestro Pueblo y de la ciudadanía. Una Euskal Herria en democracia y paz dejará de ser un sueño si aunamos nuestras fuerzas en torno al diálogo y al acuerdo político.

2.- ES EL MOMENTO DE DEFINIR EL MARCO DEMOCRÁTICO

Nuestro objetivo principal es construir un marco democrático del que surja el escenario que posibilite la materialización democrática de todos los proyectos políticos. Un escenario que abra las puertas de par en par a todos los que soñamos con un Estado Vasco independiente como consecuencia de la libre adhesión de la ciudadanía.

Somos un Pueblo europeo, y dentro del proceso de construcción que vive actualmente Europa, debemos definir nuestra arquitectura democrática aprovechando el derecho y la posibilidad que tiene Euskal Herria para un desarrollo democrático propio.

Las vascas y vascos de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa, Nafarroa Garaia, Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa debemos construir una casa común para poder vivir en libertad y paz en la Europa del siglo XXI.

Euskal Herria, nación: sujeto de derechos

La estructuración democrática nacional que proponemos se debe realizar en democracia, y se sustenta en un primer cimiento básico: reconocer la existencia de Euskal Herria.

Nuestro Pueblo y nuestra nación está formada por siete territorios, y quienes vivimos en ellos, en base a nuestra libre voluntad y decisión, tenemos derecho a dotar a esta nación de instituciones propias, y así poder tomar decisiones relacionadas con nuestra vida cultural, económica, social y lingüística. Tenemos el derecho de dirigirnos a Europa y al mundo en nombre de una nación libre.

En Euskal Herria, desde nuestra condición de ciudadanos-as vascos-as, nadie nos podrá negar nuestro derecho a conocer, vivir y comunicarnos oficialmente en euskara, nadie nos podrá negar nuestro derecho a crear y organizar un sistema educativo y universitario basado en nuestra cultura y abierto al resto de culturas del mundo; nadie nos podrá negar nuestro derecho a organizar nuestra vida común en los distintos ámbitos y a ser representados como Pueblo.

Cuando hablamos de un marco que garantice los derechos de toda la ciudadanía vasca, para que dicho marco sea democrático deberá superar la actual realidad de desigualdad entre hombres y mujeres, y garantizar el ejercicio de derechos y la igualdad de oportunidades.

Sobre la institucionalización nacional de Euskal Herria

Reivindicamos el derecho básico a crear y desarrollar en toda Euskal Herria nuestras propias instituciones. Por encima de fronteras impuestas, tenemos el derecho a dar pasos en la institucionalización de Euskal Herria a través de una estructura política e institucional de carácter nacional.

Además del reconocimiento como Pueblo, reivindicamos que se garantice la posibilidad de estructurar institucionalmente la vida política y jurídica de los siete territorios vascos, la capacidad de dotarse de las competencias necesarias, y la de superar institucionalmente la división territorial impuesta por los dos estados.

Articulación política e institucional de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa Garaia

Con el objetivo de construir un marco democrático para los territorios de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa Garaia, proponemos una Autonomía basada en el derecho a decidir de la ciudadanía de los cuatro territorios.

Atendiendo sus contenidos, nuestra propuesta recoge los siguientes puntos:

Se constituiría en términos jurídicos como una Autonomía.

Depositaría en la ciudadanía de los cuatro territorios la capacidad de decidir libremente su futuro político e institucional, quedando así garantizado que todos los proyectos políticos (incluido el independentista), puedan ser no sólo defendidos sino materializados, si ése es el deseo mayoritario de la ciudadanía expresado en términos pacíficos y democráticos.

Teniendo en cuenta la identidad histórica y el carácter de Nafarroa Garaia, este territorio tendría un estatus propio.

La elaboración y definición del citado marco político se realizaría siguiendo los siguientes criterios:

- Mediante un Acuerdo Político entre los agentes políticos, sindicales y sociales de Euskal Herria.

-Acuerdo que partiendo de la actual realidad política e institucional (que no es consecuencia de la voluntad democrática de la ciudadanía), posibilite un nuevo marco político para los territorios de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa Garaia.

-Rechazando los viejos esquemas anexionistas, integracionistas o particionistas, y planteando la relación de los territorios vasco-navarros en términos de respeto y suma de voluntades democráticas.

-Necesitando obligatoriamente para su entrada en vigor de la aprobación mayoritaria de la ciudadanía tanto de la Comunidad Autónoma Vasca como de la Comunidad Foral de Navarra.

Sobre la articulación política e institucional de Lapurdi, Nafarroa Behera y Zuberoa

Proponemos una Autonomía para Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa, basada en el reconocimiento institucional de los tres territorios y que garantice la defensa y la materialización de todas las opciones políticas. Se trata de un marco que debe plasmar la capacidad de decisión de toda la ciudadanía.

Atendiendo sus contenidos, nuestra propuesta recoge los siguientes puntos:

-Reivindicamos que el Estado francés reconozca definitivamente a Euskal Herria, y posibilite un marco político e institucional para los tres territorios.

-Se constituiría en términos jurídicos como una Autonomía.

-Depositaría la capacidad de decisión en manos de la ciudadanía vasca, y por tanto, abriría la puerta al desarrollo de nuestro proyecto político.

-Para la aprobación y el desarrollo de este nuevo marco es imprescindible que sea apoyado por la mayoría de la ciudadanía.

-Igualmente, para poder garantizar la supervivencia de nuestro Pueblo, lengua y cultura en los tres territorios, es necesario que se dote a este marco autonómico de las competencias necesarias para ello.

Municipios e institucionalización nacional

Para la Izquierda Abertzale la labor de los Ayuntamientos tiene una gran importancia, ya que se trata del marco institucional más cercano a la ciudadanía. A su vez, la dinámica municipal posibilita la articulación de nuestra nación, partiendo de cada Ayuntamiento hasta llegar y conformar la institución que agrupe a todos los municipios y electos del conjunto de Euskal Herria: Udalbiltza.

3.- ES TIEMPOPARA EL ACUERDOY EL COMPROMISO

Estamos ante la oportunidad de abrir las puertas al marco democrático, al compromiso y al acuerdo. Necesitamos compromisos para conseguir un marco democrático integral, abierto, pacífico y garante de derechos. Ese marco debe posibilitar que todas las opciones políticas e ideológicas puedan ser manifestadas y desarrolladas en igualdad de condiciones.

Desde la situación actual, desde la realidad que vivimos, debemos labrar el camino que posibilite ese nuevo marco democrático: ésa es precisamente la esencia de la propuesta que esta presentando la Izquierda Abertzale. Es una transición realizable y una oportunidad real que se presenta a Euskal Herria, al Estado español y al Estado francés. Es una opción que dejamos en manos de toda la ciudadanía vasca. Eso sí, para que pueda realizarse los dos estados deberán mostrar voluntad democrática para aceptar de una vez por todas la existencia de Euskal Herria e igualmente deberán respetar las decisiones democráticas de la ciudadanía vasca.

Por nuestra parte, creemos firmemente que los verdaderos artífices del marco democrático que debemos construir somos todos y cada una de las ciudadanas y los agentes políticos, sindicales y sociales. Los instrumentos indispensables para esa tarea histórica son el diálogo y el acuerdo. Sin ningún lugar a dudas, en caso de alcanzar la libertad y la paz será como consecuencia del trabajo en común de toda la sociedad.

El nuevo marco democrático que planteamos también nos presenta una oportunidad para responder de la manera más adecuada a los problemas principales que nos deparará el futuro. Es una oportunidad para avanzar hacia una sociedad justa e igualitaria, para llevar a cabo una articulación territorial adecuada, para hacer frente a los problemas que se nos plantean a nivel europeo y mundial en este mundo globalizado que vivimos. Así, podemos abrir las puertas a un modelo de sociedad diferente, justo, solidario y renovador, que es precisamente el modelo por el que apuesta la Izquierda Abertzale de cara al futuro.

Lo dijimos en Anoeta y nuevamente nos reafirmamos: la Izquierda Abertzale se presenta con las manos tendidas a la solución, al diálogo y al acuerdo. Les ofrecemos el mismo mensaje tanto al Estado español como al francés: apostar de una vez por todas por la solución y por la paz, respetar a Euskal Herria y la decisión democrática de su ciudadanía.

También tenemos las manos tendidas y un mensaje claro para todas las formaciones políticas de Euskal Herria: Abordemos entre todos y todas, ahora, el acuerdo para la solución. Pongámonos de acuerdo para implantar un nuevo marco democrático en Euskal Herria.

Por último, hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía de Euskal Herria para ganar a través del compromiso un futuro en democracia y en paz. En definitiva, un llamamiento a aunar fuerzas en pos de un marco democrático para Euskal Herria.

La Izquierda Abertzale tiene las manos tendidas, y está preparada para el acuerdo y los compromisos.

En Euskal Herria,3 de marzo de 2007

La propuesta del Anaitasuna llama a partir de hoy a la puerta de PNV y PSOE, como partidos claves en la búsqueda de un acuerdo político. Ninguno de los dos ha dicho que sí, pero tampoco que no. Es más: los jeltzales lo han equiparado con el Plan Ibarretxe. Y ni siquiera el PSN tendría argumentos de peso ante un planteamiento plenamente democrático. Tienen ante sí, además, el punto de no-retorno al conflicto.

¿Podrán PNV y PSOE decir no?

Ramón SOLA

La trascendencia de la propuesta política formulada ayer por la izquierda abertzale en el Polideportivo Anaitasuna de Iruñea queda resumida en la afirmación hecha por Arnaldo Otegi el pasado 7 de febrero, día en que la comisión negociadora anticipó su contenido: «Esta propuesta hace la paz».

Portavoces de PNV y PSOE respondieron a la presentación, aquella misma tarde, con aparentes muestras de asombro. Pero si alguien no tenía motivo para sorprenderse eran ambos partidos, porque ambos saben que la iniciativa es plenamente coherente con los planteamientos puestos en la mesa durante la fase de negociación abierta en otoño pasado y que no estuvo muy lejos de culminar con éxito. De hecho, PSOE y PNV sólo se desmarcaron cuando la izquierda abertzale concretó al máximo para evitar ambigüedades o malas utilizaciones posteriores (no sería el primer caso en que procesos de resolución quiebran por haber interpretado las partes un mismo texto de modo diferente).

La izquierda abertzale ha llevado ahora su planteamiento hasta la opinión pública. No lo hace con intención de poner en evidencia a ambos partidos, sino con la ilusión de dar un impulso definitivo al acuerdo. PSOE y PNV tendrán que definir su posición. También Madrid y París. Y en esa reflexión no podrá pasarse por alto que la aceptación de la propuesta es la resolución. Nada menos que el final del conflicto.

La falta de acuerdo político sigue constituyendo hoy la clave central de un bloqueo cuya manifestación definitiva fue el atentado de ETA en Barajas el pasado 30 de diciembre. Lo es por encima de otras cuestiones como el incumplimiento de los compromisos y las garantías mutuas establecidas antes del alto el fuego, primero y de modo reiterado por parte del Gobierno español y luego por parte de la organización armada vasca. Así queda claro en el comunicado de ETA del 10 de enero, en el que, si bien alude a estos compromisos incumplidos y a la persistencia de los ataques a Euskal Herria, se deja bien claro que «la salida está en la propuesta política que la izquierda abertzale ha repetido de modo incesante y que la mayoría de la sociedad vasca ha hecho suya: reconocer los derechos nacionales de Euskal Herria, respetar lo que decidan los ciudadanos vascos sobre su futuro, y superar la partición territorial impuesta hoy día».

¿Cómo se sitúan PNV y PSOE ante la propuesta que se terminó de definir ayer? Ambos partidos se han encogido de hombros y no han articulado un discurso de rechazo a su contenido. Y es que no es posible negar que se trate de una iniciativa democrática, razonable, factible, y que parte incluso de los actuales marcos políticos.

Así lo ha aceptado la propia Presidencia del Gobierno de Lakua, a quien su reacción inicial sitúa en una evidente contradicción. Cuando Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria, Arantxa Santesteban y Xabi Larralde la adelan- taron en Donostia, fuentes de Lehendakaritza aseguraron que la fórmula «no supone ni aporta novedad alguna». En su opinión, «el nuevo Estatuto político vasco, debatido y aprobado por mayoría absoluta, recoge el contenido de esta propuesta con mayor finura jurídica y más contundencia política». Se podría debatir largo y tendido sobre si efectivamente es así. Pero la pregunta es otra: si el Plan Ibarretxe «recoge el contenido de esta propuesta» y si, además, la izquierda abertzale garantiza que trae la paz, ¿ el PNV no la va a aceptar?

El PSOE, por su parte, ha respondido con evasivas por un lado y con argumentos fácilmente desmontables por otro. La primera línea consiste en obviar el contenido de la iniciativa: «Hasta que no se aparten de la violencia, todo lo demás sobra», ha sentenciado Rodolfo Ares. La segunda vía pasa por desvirtuar una vez más la cuestión de la territorialidad y de la libre decisión de los ciudadanos. El editorial de ``El País'' del pasado martes trataba de dar la vuelta a la propuesta indicando que «puede ser interpretada por ETA como que si no se accede a la integración de Navarra en una nueva comunidad, con reconocimiento de la autodeterminación, será legítimo mantener la violencia». Pero la iniciativa deja claro que para que esa autonomía de cuatro territorios entre en vigor es necesaria «obli- gatoriamente» una aprobación mayoritaria «de la ciudadanía tanto de la CAV como de la Comunidad Foral de Navarra». ¿A qué teme el PSN? ¿A la ciudadanía navarra? ¿Dónde quedan las palabras de Zapatero en Gasteiz hablando de «valentía» para apostar sólo por la palabra si el PSOE no acepta esta fórmula?

Anticipándose a las respuestas, el primer error sería querer vender que la iniciativa de la izquierda abertzale supone un mero intento por impulsar el diálogo o por allanarse el camino hacia las propias elecciones. Es mucho más. De hecho, el diálogo es algo superado desde que hace ya más de medio año se saltara a la fase de la negociación política. El objetivo de la propuesta no es el diálogo, es el acuerdo político, es la solución.

La presentación pública de la iniciativa contribuye a otra cosa: poner ante los ojos de la sociedad vasca que la causa del bloqueo persistente en los últimos meses no es otra que la falta de ese acuerdo político, por encima de otras cuestiones que puedan deparar más noticias y más morbo mediático, como los avatares del diálogo Gobierno-ETA o las acometidas represivas. El acto del Anaitasuna traslada a la ciudadanía dónde está el epicentro del debate, cuál es la punto en el que pueden confluir todas las partes. Refleja además que, pese a lo que afirmen los más escépticos, el acuerdo es factible.

Conscientes de ello, por el momento PNV y PSOE se limitan a llevar la cuestión a otro terreno y reclamar a la izquierda abertzale más pasos. Pero el de ayer es el paso, la fijación con luz y taquígrafos del punto de no-retorno al conflicto político, un punto que se puede tocar con los dedos de la mano. Su aceptación abriría un nuevo escenario que no sólo posibilitaría que todas las opciones pudieran desarrollarse en igualdad de condiciones, sino que supondría el desbloqueo del proceso y la resolución del conflicto político. A partir de ahí, lógicamente, cabrían todos los pasos que se puedan imaginar, y probablemente la aceleración de la mesa Gobierno-ETA que permanece aletargada a la espera del necesario acuerdo político.

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