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Txelui Moreno Delegado de LAB en Osasunbidea

La atención primaria en Nafarroa

La falta de previsión y planificación, una política de contratación más propia de una ETT, la voluntad política de UPN por lo público y una apuesta clara por la sanidad privada son algunas de las causas que nos han llevado a esta situación

Las protestas del personal de Atención Primaria han vuelto a dejar al descubierto que el otrora buque insignia de Navarra, la sanidad, está haciendo agua. A las interminables listas de espera, la masificación de las urgencias, la escasez de camas, la falta de recursos y voluntad política en los centros de atención a la mujer, los problemas en el Banco de Sangre, se une la protesta de los profesionales de Atención Primaria ante el deterioro de la calidad en la sanidad pública.

La falta de previsión y planificación, una política de contratación más propia de una ETT que de la administración, la nula voluntad política de UPN por lo público y una apuesta clara por la sanidad privada (CUN/OPUS) unido a la desidia de todo el arco parlamentario son algunas de las causas de esta situación.

Las propuestas planteadas por LAB en la mesa técnica de Atención Primaria recogían desde cambios en el área administrativa hasta modificaciones y desarrollo legislativo pasando por los 10 minutos por paciente dejando tiempo para la formación docencia e investigación y acabar con los agravios. Ninguna fue admitida por la Administración.

La filosofía con que se crearon los centros de salud es correcta y debe mantenerse, eso sí adecuando los recursos materiales y de personal a las necesidades de salud, a las actividades que se deben realizar y a las características de cada población y zona.

Proponemos una readecuación de las cartillas por cupo que posibilite un mínimo de 10 minutos por paciente, así como dar cabida en la jornada laboral a actividades de docencia, formación, investigación, coordinación con otros profesionales, trabajo con la comunidad, actividades que en la actualidad mayoritariamente no se pueden realizar.

Otro punto que precisa urgente mejora es el área administrativa, adecuando el personal y los locales a las nuevas actividades que se están realizando.

En cuanto a las guardias en el área rural planteamos que, por el principio de equidad, la jornada laboral no debería sobrepasar las 35 horas semanales. Para cubrir la atención continuada se deberían crear las plazas necesarias. Mientras, es imprescindible que ástas sean voluntarias, que se establezca un máximo de guardias mensuales y que el personal fijo no pueda asumir aquellas que otros compañeros hayan dejado. Con respecto a las contrataciones, deben cubrir el 100% de la jornada a sustituir, y con las mismas condiciones laborales del personal fijo.

Planteamos algunas modificaciones legislativas como la derogación de la libre elección del médico general y pediatra para los no residentes en la zona básica, pago por capitación y dispersión geográfica al equipo del centro tanto sanitarios como no sanitario, carrera profesional a todos los profesionales sanitarios y no sanitarios, acabar con los agravios existentes como el del 8% o el desarrollo y aplicación de los artículos 27 y 28 del DF 148/1986.

Como se puede apreciar, las soluciones que se deben plantear van desde la política de contratación hasta la atención al paciente, eso sí, dirigidas al conjunto de trabajadores que conforman el equipo del centro.

Capítulo aparte merece la falta de previsión para inversiones en nuevas infraestructuras sanitarias ante el crecimiento demográfico, solventadas derivando pacientes a la clínica privada del Opus Dei. Difícilmente se podrán solucionar los problemas de la sanidad navarra si el Gobierno sigue recortando el presupuesto para sanidad. Sólo una política comprometida con la defensa del sector público puede hacer que la sanidad navarra vuelva a los índices de calidad que tuvo y que nunca debió perder.

Buscando una solución hemos pedido que se convoque la mesa técnica de atención primaria. Por otra parte sería buena la comparecencia de los trabajadores de centros como el de Altsasu o de los directores de los centros rurales en la comisión de Sanidad del Parlamento. Bueno sería que los políticos del actual arco parlamentario tomaran nota del compromiso de los trabajadores con la defensa de la sanidad pública y siguieran su ejemplo.

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