El 5 de marzo de 2005 se presentaba públicamente la Plataforma de Solidaridad con Pepe Uruñuela «Gu gara Pepe» manifestando que «el objetivo del grupo es conseguir que Pepe sea declarado inocente de todas y cada una de las falsas acusaciones que se le imputan y que le sea reparado, en la medida de lo posible, el daño que todo esto le está causando». Mujeres y hombres, trabajadores manuales e intelectuales, compañeros de luchas y colegas profesionales, sindicalistas, jueces, abogados y objetores insumisos, ciudadanos individuales y aso- ciados en movimientos sociales y culturales, amigos y otra mucha gente publicaban su compromiso de proclamar ante la sociedad el atropello que se estaba cometiendo con él, y limpiar su nombre de la injusta e inmoral acusación de pertenencia a una organización armada como ETA.

Casi dos años después, el grueso de los objetivos se han cumplido y Pepe no sólo es inocente, sino que el 6 de febrero pasado la Fiscalía de la Audiencia Nacional y la acusación particular le retiraban los cargos que tan artificialmente habían construido.

Cabe por tanto, ahora, trasladar a toda esa sociedad nuestro sentimiento: alegría por la libertad de Pepe; amargura por la enorme pena que se le impuso hace ahora 6 años: el daño de su imagen, el abandono del despacho, el enorme coste económico del juicio, la limitación a su libertad personal... Orgullo por la red de solidaridad que se ha tejido alrededor de Pepe. Pesadumbre por la situación del resto de los procesados en el 18/98 y, especialmente, por los de la Fundación Joxemi Zumalabe.

Como entendemos que ya se ha cumplido nuestro trabajo, queremos informar de nuestra disolución. Pero antes, queremos agradecer:

A sus compañeros y compañeras de profesión que tan generosamente asumieron la codefensa en el juicio y a todos los que le prestaron su apoyo. A los trabajadores de la administración de justicia, magistrados, jueces y secretarios que se solidarizaron.

A cuantos se tomaron la molestia de escribir para mostrar su perplejidad, rechazo y angustia ante este proceso y expresaron su apoyo incondicional a Pepe y lo exculparon.

A los partidos políticos, organizaciones sindicales, movimientos sociales y culturales que desde el primer momento no du- daron de la inocencia de Pepe y lo publicaron. A los representantes de estos grupos que lo manifestaron de manera pública.

A los medios de comunicación que tan bien nos han recibido y han sabido transmitir nuestras preocupaciones y demandas.

A su abogada defensora, Nines López, que asumió su defensa y que con tanto rigor la ha llevado a cabo.

A todos los grupos que, en el resto del Estado español, nos han apoyado, acompañado, acogido y animado, especialmente a los compañeros y compañeras de Madrid.

Y finalmente y de manera muy especial, porque sin ellas nada de lo conseguido hubiera sido posible, a todas las personas que pública o discretamente han prestado su apoyo acudiendo a las actividades que la plataforma ha organizado en este tiempo, han colaborado para la defensa de Pepe con sus aportaciones dinerarias, han reivindicado el derecho a la disidencia y a la desobediencia civil como medio de lucha y oposición a las injusticias de manera firme, pero pacífica; han resistido este embate bajo el grito de «Gu gara Pepe».