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La OMC intentará desbloquear la Ronda de Doha antes de junio

Los principales actores de la OMC han iniciado contactos discretos y bilaterales para poder avanzar en la negociación de la Ronda de Doha para liberalizar los intercambios de productos agrícolas, industriales y de servicios, que hasta ahora ha fracasado. EEUU y la UE se acusan mutuamente de no proponer medidas suficientes mientras los países más pobres esperan que reduzcan sus ayudas agrícolas.

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Los socios de la OMC siguen intentando un acuerdo para salvar la denominada Ronda de Doha, que pretende liberalizar el comercio de productos agrícolas, manufacturas y servicios. A pesar de los últimos fracasos y del enrocamiento de las posiciones, los responsables de Comercio de los principales actores, EEUU, la Unión Europea (UE), Brasil e India, han llevado a cabo la pasada semana diferentes reuniones de carácter bilateral y a puerta cerrada para intentar progresos en las negociaciones.

El director general de la OMC, Pascal Lamy, se reunió por separado con el ministro indio de Comercio, Kamal Nath, el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, la representante de Comercio Exterior de EEUU, Susan Schwab, y con el ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Celso Amorim.

Portavocces de EEUU y de la Comisión Europea indicaron que las reuniones fueron «constructivas», sin especificar contenidos. Schwab se entrevistó por separado con el director general de la OMC, Pascal Lamy, así como con Amorim. El fin de semana anterior se había reunido en Londres con Nath y Mandelson.

Las negociaciones sobre agricultura son la clave para que la Ronda de Desarrollo de Doha, lanzada en 2001 y que lleva más de dos años de retraso, se dirija hacia un acuerdo o, por el contrario, se precipite al fracaso definitivo.

Los países de la OMC acordaron en enero reanudar las negociaciones paralizadas desde fines de julio de 2006. Las conversaciones actuales se mantienen en un nivel estrictamente técnico, a la espera de que llegue el influjo político. Lamy ha insistido a los países en que los próximos meses serán esenciales para lograr cerrar la Ronda de Doha este año.

EEUU y Brasil ven urgencia

A estos contactos se une la reunion que Amorim y Schwab mantuvieron el sábado en Brasil, en la que anunciaron que estas reuniones continuarán porque todos los países saben que «hay un sentido de urgencia».

Amorim afirmó que «no podemos colocar un plazo final, fatal, pero todos tenemos la conciencia de que durante este semenstre deben hacerse progresos muy claros, Abril va a ser un mes muy imporante», afirmó el conaciller brasileño. En su opinión, el riesgo es que «los propios líderes se cansen y las opiniones públicas que ejercen influencia sobre los líderes se cansen».

Schwab también indicó que es necesario un consenso en los próximos meses «porque después esta ventana de oportunidades puede estar cerrada», pero rechazó dar plazos. Los plazos que la OMC se ha ido fijando han ido superándose sin resultados y las cumbres ministeriales han cosechados fracasos en Seattle, Cancún y Hong Kong, lo que ha llevado a intentarlo con reuniones más discretas entre los principales protagonistas. Las principales trabas para un acuerdo estriban en que Washington acusa a Bruselas de no querer recortar lo suficiente los aranceles que aplica a las importaciones mientras que la UE se queja de que las subvenciones que concede Estados Unidos a sus agricultores son excesivas. A la vez, estados como Brasil o India exigen a ambos que abran sus mercados a sus productos agrícolas antes de que ellos eliminen las barreras a los productos manufacturados de los más ricos. En medio de esa disputa, la UE debe además lidiar con las diferencias internas de 27 socios y las exigencias algunos de estos para que no vaya demasiado lejos en sus concesiones.

Las grandes cadenas occidentales de supermercados se quejan de las dificultades que encuentran para operar en India mientras que los exportadores europeos denuncian por excesivos los aranceles que Brasil aplica a las importaciones industriales. Por su parte, el Gobierno indio cree que las propuestas de los países ricos para que los pobres reduzcan las tarifas aduaneras sobre bienes industriales que han realizado en los últimos meses socavan el objetivo de «promover el desarrollo». El Ministerio indio de Comercio e Industria también negó que los países ricos ya hayan rebajado sus aranceles, alegando que todavía hay impuestos altos en productos que los países pobres estarían dispuestos a exportar.

Frente a todos estos intentos liberalizadores se encuentra la posición de grupos de agricultores que defienden la «soberanía alimentaria» y rechazan someter la producción de alimentos a los dictados de un mercado mundial que deje indefensas a las producciones familiares.

También sindicatos de varios países han pedido a sus gobiernos que no acepten más concesiones. La Confederación Unificada de Trabajadores de Brasil, la Central de Trabajadores y la Confederación General del Trabajo de Argentina, y la Confederación de Trabajadores de Venezuela, además de sindicatos de Egipto, India, Indonesia, Namibia, Filipinas, Sudáfrica y Túnez creen que rebajar los aranceles industriales de sus países «tendría un efecto devastador para el empleo nacional».

Calendario apretado

Pascal Lamy reconoce que la realidad política impone «un calendario muy apretado», según el cual los temas más importantes deben quedar resueltos para junio. Así, la facultad del Ejecutivo de EEUU para negociar acuerdos comerciales por la vía rápida (fast track), expira en junio, por lo que un acuerdo permitiría al presidente, George W. Bush, presentar en el Congreso, con mayoría demócrata, una imagen completa cuando pida a los legisladores que le concedan una ampliación de esa facultad. La ministra francesa de Comercio, Christine Lagarde, ha criticado al comisario europeo, Peter Mandelson, por ofrecer a Estados Unidos recortes de los aranceles agrícolas superiores al 39%, que es el máximo que acepta el Estado francés.

En cambio, la OMC ha advertido a la UE que, aunque pocos, aún tiene obstáculos al comercio y que eliminarlos o reducirlos «irá en beneficio de la economía mundial».

Así lo defiende un informe que examina la política comercial de la UE, que ocupa el primer lugar entre los mayores exportadores de mercancías del mundo y el segundo entre los importadores.

Obstáculos europeos

El informe sostiene que su economía ha seguido sosteniendo el crecimiento mundial al mantener abierto su mercado. «No obstante, los obstáculos al comercio siguen siendo sustanciales en unas pocas -pero importantes- esferas, principalmente la de la agricultura», indica. Ante esa situación señalan a los Veintisiete que «la reducción o eliminación de las subvenciones a la exportación y de los aranceles aplicados a la importación de productos agrícolas beneficiaría a los consumidores de la UE, mejoraría la asignación de recursos y contribuiría significativamente a la promoción de la economía mundial».

La UE aplica la reforma de 2003 de su Política Agrícola Común (PAC) desvinculando las ayudas de la producción, lo que ha dejado a los agricultores «más expuestos» a las señales del mercado mundial, recuerdan los expertos. Como consecuencia, la proporción de la ayuda destinada al sostenimiento de los precios del mercado en relación con la producción y los insumos descendió del 71,7% de la ayuda total a los productores en 2003 al 63,8% en 2005.

Chirac arremete contra el negociador europeo

El Estado francés lidera la resistencia en el seno de la Unión Europea a rebajar los aranceles a productos agrícolas del exterior y modificar la Política Agraria Comunitaria pactada en la Unión. El presidente francés, Jacques Chirac, ha reclamado a la Unión Europea que se mantenga «firme como una roca» en las negociaciones en el seno de la OMC. «Debemos ser firmes como una roca y no debemos seguir ni de cerca ni de lejos las tentaciones de Mandelson», declaró Chirac en la inauguración del Salón de la Agricultura, en París, en referencia al comisario europeo de Comercio.

El jefe de Estado francés arremetió abiertamente contra Mandelson. «Me choca profundamente ciertas actitudes del comisario europeo Mandelson, que está continuamente dispuesto a ceder sin que en contrapartida los estadounidenses hayan manifestado ninguna intención de hacer la menor concesión en el plano agrícola», afirmó. Añadió que tampoco los países «emergentes», como Brasil o India, están dispuestos a transigir en materia de servicios. Por tanto, subrayó Chirac, «esta especie de manía que caracteriza la reflexión, si se puede llamar reflexión, es más bien una ambición del comisario Mandelson de querer encontrar una solución en las negociaciones a cualquier precio».

El Ejecutivo francés considera que Mandelson ha enseñando demasiadas cartas y que ha llegado a traspasar las «líneas rojas» de lo que, en su opinión, debería ceder la UE. GARA

Los grandes empresarios del mundo, ansiosos por un acuerdo

Dos organizaciones de empresarios han publicado sendas cartas en el diario «Financial Times» en las que presionan para que se llegue a un acuerdo en la ronda de Doha de la OMC. La primera -suscrita por el presidente de la Cámara Internacional de Comercio, Marcus Wallenberg, del Skandinaviska Enskilda Banken, el vicepresidente, Victor Fung, del grupo Li Fung, de Hong Kong, y el presidente honorífico, Jean-René Fourtou, de Vivendi Universal, y otros 82 signatarios- señala que el acuerdo de relanzar las negociaciones de la OMC parece haber «abierto una diminuta ventana de oportunidad» para alcanzar en las próximas semanas un compromiso «histórico» de medidas de liberalización del comercio. «Instamos a los miembros de la OMC a aprovechar esta oportunidad como objetivo político de la máxima prioridad. Si fracasa la ronda de Doha, se perderán las ganancias que estaban ya sobre la mesa y el mayor acuerdo global de liberalización comercial» jamás negociado, afirman. Igualmente, el presidente y vicepresidente de la Mesa Redonda de Industriales Europeos, Jorma Ollila, (Nokia), y Peter Sutherland, (British Petroleum), señalan que con un acuerdo que abra «nuevas oportunidades de mercado a las empresas del sector industrial, los proveedores de servicios y los agricultores, abriremos también las puertas a un mayor crecimiento económico y a la creación de nuevos empleos, a la vez que mejoraremos sustancialmente las perspectivas de los productores del mundo en desarrollo. Dejar perder esta oportunidad, que tenemos en la punta de los dedos, sería una auténtica vergüenza», a la vez que piden a los negociadores mayor flexibilidad. GARA

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